miércoles, 27 de enero de 2021

Que se callen los sanitarios

 

Sé que no vamos a salir mejor de esta pandemia. Vamos a salir peor. Sobre todo porque habremos visto nuestro lado peor. Lo malos y egoístas que podemos llegar a ser como grupo y como individuos.

También va a ser, está siendo, un momento de examinar nuestras estructuras y recursos. De ver como funcionábamos. Y hay instituciones que van a saltar por los aires. Que han demostrado su inutilidad.

Concretamente, en este país de cuñadismo y navajeo, se ha demostrado la absoluta falta de afiliación y de capacidad de representación. No hablo de los políticos, que ya se sabía. Hablo de los profesionales. Si nos ponemos a contar instituciones y organismos de representación en la cosa de la sanidad pública, nos podemos aburrir. Colegios profesionales provinciales, consejos autonómicos de colegios, consejo nacional, sindicatos de clase, agrupaciones o asociaciones por especialidades… Un sinfín de estructuras con sus cargos y su presunta función de representación.

Pues bien, llegado el momento de necesitar la sociedad una voz autorizada, un interlocutor que informe y tranquilice, toda esa estructura ha demostrado su inutilidad. Ni un solo profesional ha pensado o dicho: “voy a esperar a que mi colegio profesional o mi asociación de especialistas o mi sindicato guay de gente como yo de una versión oficial”. Que va. Todos, los buenos, los malos y los regulares se han lanzado a opinar. Graban videos poniendo por delante su puesto y su número de colegiado y su especialidad y luego empiezan a decir sandeces, o a decir cosas muy inteligentes, da igual, pero lo hacen desde la individualidad y la irresponsabilidad más absoluta. Sin ningún filtro lanzan su visión parcial (porque el individuo que no conoce la totalidad del asunto sino sólo lo que ve cada día, tiene una visión obligatoriamente parcial) para darse importancia y fardar con los vecinos de lo mucho que saben y lo virales que se han hecho.

Y si queda alguno sin malear, les llama una tele o una radio y ahí se lazan a opinar con ningún respeto y sin dar valor a la importancia de la prudencia y la ciencia…Y si algún experto de aquí no viste suficiente, llaman a un experto de algún sitio del extranjero que suene bien, y ese se lanza a opinar sin decoro sobre la sanidad de un país que igual hace 20 años que no pisa.

Sobran expertos. Sobran irresponsables. Sobran representantes autoproclamados. Tenían toda una serie de estructuras muy bonitas y bien financiadas. Y no han servido. Porque no las han respetado y porque no han sabido hacerse respetar.

Sólo espero, que cuando pase todo esto, alguien se dedique a recopilar audios y videos e intervenciones y a ir examinando despacito y con bloc de notas, las tonterías que se han dicho y los mensajes alarmistas que se han difundido. Y se les empiece a exigir responsabilidades a los opinadores.  Tu has opinado esto en este momento, pues te va a caer un paquete por gilipollas, por difundir bulos, por crispar, por hacer propaganda política, por mentir…

Claro que su corporativismo no les dejara ir por ahí…


1 comentario:

  1. Tienes toda la razón. Hay unos cuantos/as que salen tantas veces en televisión que me pregunto "y esta gente ¿Cuándo trabaja?"

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