Un
día comente con mi hijo (AKA “El universitario que mejor vive de la historia de
España”) que sus siestas, de varias horas de duración, no me parecían muy
convenientes dada su condición de “presunto” estudiante. Y que además no
entendía lo de echarse la siesta oyendo música con cascos.
Tomando
el rábano por las hojas, se salto la parte central de la conversación y,
aplicando una metonimia, me saltó con lo de los cascos. “No es música papá. Es
ASMR”.
Yo
me quedé con la copla y busqué que cojones era eso con lo que mi hijo dormía. Y
resultó que es algo parecido a lo que ya conté aquí en la prehistoria de este
blog:
Resulta
que eso que me pasa tiene nombre. Es ASMR. Son las siglas de no se qué,
buscadlo en Google. Pero la definición que di yo en este blog es la perfecta.
Lo difícil es explicarlo.
A
ver si lo logro. La primera vez que recuerdo una sensación así es de muy
pequeño. Le pedí a mi hermano mayor que me dibujara algo. Y se puso a pintar
con un lápiz Alpino sobre papel de dibujo. El roce del lápiz con el papel me
producía una sensación rara. No es sueño. Es como una desconexión del cerebro
con el cuerpo. Es una relajación muy, pero muy, profunda.
Lo
explico en el post de antes. Me pasa en determinados tonos de voz también.
Y
ahora le han puesto nombre y hay gente que graba videos de YouTube para
provocarte esa sensación.
Lo
cual me ha venido muy bien. Cuando te da sueño en el coche te paras, te pones
un video de ASMR y te relajas 10 ó 15 minutos y sigues tan campante. O cuando
no puedes dormir. O cuando estas nervioso. O cuando sea.
Es
difícil transmitir lo que es ASMR. Con el agravante de que el ruido que a unos
se los produce, a otros les puede poner de los nervios. A mi no me agrada el
sonido de bocas masticando, pero hay a quien eso le provoca esa sensación…
Hay
que revolver por los canales de YouTube, buscar qué sonido es el que te “coloca”.
Y disfrutarlo.
Ahora
mi hijo y yo nos pasamos enlaces a los que nos gustan…y mientras tanto sigue
durmiendo unas siestas como un general….