Mi relación con mis amigos es sencilla. Aquí mis amigos y aquí sus señoras. Es lo que hay, desde el principio de los tiempos y La Parienta lo asumió sin gran complicación. Es fácil. Da lo mismo llamar a uno que a otro o que a la mujer de un tercero. Es lo mismo May que ECDC que los que pasan del blog. Es una relación de iguales y no plantea problemas.
Pero mi relación con las amigas de La Parienta es mucho más compleja. Porque las relaciones de amistad de La Parienta son complicadas. Hay amigas desde pequeñas, amigas de la facultad, amigas de los veranos...así hasta el infinito en una sucesión de acontecimientos que te lleva a dudar si la tía que se ha parado a charlar con ella por la calle fue compañera en el curro o un "affaire" bollo de su tierna juventud...
Por si eso fuera poco, dentro de un mismo grupo hay clases. Así en el grupo de más amigas hay una intimísima (a esa por ejemplo la puedo llamar al móvil y hasta tengo el móvil de su marido), otra muy amiga y otras que son amigas de las de:
-"¿has adelgazado?"
-"Pues no"
-"Ya. Se nota"
O sea que son amigas todas pero son dos bandos que se llevan regular.
Los maridos en general pasamos de ellas. Así que cuando se juntan nos sonreímos unos a otros como gilipollas, hablando poco para no meter la pata. Dejándolas en sus sibilinas conversaciones de difícil interpretación. Esquivamos puñales y nos miramos unos a otros. En el fondo se lee en la mirada la compasión que nos tenemos. Y lo fuera de lugar que nos encontramos.
Alguno tiene pinta de ser majo, pero vamos, mejor no enredar a ver si vas a hacerte colega de el marido de una "mala"...Total que tenemos unas reuniones sociales de lo más diplomático.
Hoy tenemos una cena de esas. A ver si sale bien. Yo pondré mi mejor sonrisa, la de encantar jefes que la tengo muy ensayada, y luego si eso, ya en casa, La Parienta me explicará que ha pasado...