miércoles, 21 de abril de 2010

Ellos siempre pueden

Estoy harto. Siempre es lo mismo y no sé por qué. Da igual el ámbito en el que te muevas, los inútiles, los imbéciles, los que no valen siempre tienen tiempo. Da igual que sea para el comité de empresa, para el APA del cole o para la Comunidad de Propietarios. El más imbécil y el que menos vale ese siempre tiene tiempo.
Me empecé a dar cuenta en la época de estudiante. Los sindicatos estudiantiles estaban en manos de los menos adecuados. Me metí en aquello y me costó mucho tiempo y mucho trabajo, pero conseguí que en la Facultad las cosas se hicieran con, por lo menos, sentido común.
Pero luego eso lo he vuelto a ver en muchos campos. Si hay elecciones al comité de empresa por ejemplo, el tío que sabe cómo se han de hacer las cosas, cómo se podría mejorar…ese no tiene tiempo. Ese llega justo a sacar adelante su trabajo y ver a su familia lo necesario. Piensas en meterte tu allí y dices “pero tío si ya no tienes tiempo, si estas en mil cosas…” pero el gilipollas no. El tío que es un trepa y no vale una mierda, ese puede. Y se mete.
Lo mismo en las organizaciones profesionales, las dirigen los más imbéciles y los que menos saben. Los buenos se dedican a currar. Las APAs de los colegios, dónde hay algunos padres que podrían poner en orden muchas cosas…pues no. Los más ineptos, los que no tienen dos dedos de frente, esos pueden.
¿Por qué cojones ellos siempre pueden?¿por qué no están saturados de temas como todos?. No lo sé. Pero el caso es que ellos acaban encargándose de todo.
En España nadie se ofrece nunca voluntario ni para cobrar, nadie milita en nada que le suponga un mínimo esfuerzo. Pero los gilipollas siempre pueden. Nunca están agobiados de trabajo, nunca la familia les reclama más tiempo…Y así vamos. ONGs, partidos políticos…todo, todo gobernado por la casta de los que les sobra tiempo. Tú te planteas cualquier otra ocupación y se te hace una montaña. Ellos van sobrados.
No sé cómo se combate eso, no sé si tiene solución, ni siquiera sé si pasa en otras partes. Pero aquí vamos apañados con los que pueden.

lunes, 19 de abril de 2010

Silbar en el oído

La expresión la acuño mi primer jefe. Yo era un mísero becario con un contrato de prácticas y me ofrecieron irme a otra empresa. Así que se lo dije: “Me pagas una mierda, llevo aquí un año y ahora tengo más valor en el mercado. Me tienes que subir el sueldo”. “Te están silbando en el oído” me dijo. Me subió el sueldo y seguí allí un año más…
Desde entonces ha pasado tiempo y varias empresas, pero periódicamente se repite, te llaman de otra empresa, de la competencia o de otro sector…te silban en el oído. Y te prometen maravillas. Con el tiempo descubrí que lo de pedir aumentos no es efectivo. O te vas o te quedas pero lo de negociar sienta mal.
Pero he descubierto algo más.
Kierkegaard, el padre del existencialismo, dijo que la angustia nacía del ejercicio de la libertad. Tienes que tomar una decisión y eso genera angustia…y eso es exactamente lo que ocurre.
Porque nadie tiene ninguna garantía. Ni que te vas a un sitio mejor, porque generalmente te vas de una “empresa imbécil” a otra, ni que quedarte valga la pena.
La antigüedad en una empresa es un valor que cotiza a la baja. Despedir a un tío pagándole 45 días/año trabajado (que es lo que cuesta un despido “por mis cojones” en España) es caro…para una tienda que tiene dos dependientes. Pero para cualquier multinacional un poco grande, el despido es de risa. Si la empresa factura dos o tres millones de euros al mes ¿qué puede suponer pagar a un tío 100000€ para largarlo? pues nada. Yo he conocido multinacionales que incluso pagaban 65 días/año para tapar bocas. Total, ni se notaba en la cuenta de resultados.
Y no nos engañemos, con 40 tacos y 100000€ te tienes que buscar otro curro. No te da para retirarte.
Así que lo único que hacen es crearte angustia. Hay ratos en que piensas “me voy, a la mierda con todo” y ratos en los que te dices “qué coño, si aquí donde estoy me valoran”. Por otra parte he conocido a muchos “yo en mi empresa soy intocable” que estaban en la cola del paro…Vuelves a empezar.
Sólo te queda la angustia. Saber que hagas lo que hagas te equivocas. Si te quedas por lo que desaprovechas y si te vas por lo que pierdes…
Lo único importante, lo que vale de verdad, es quedarte con tu hija en casa, porque esta malita y hacer un pastel con ella. Eso es lo que da sentido a todo. Y lo que te mueve y te rescata de tu angustia.
Me están silbando en el oído…