jueves, 17 de febrero de 2022

Guía completa y definitiva sobre el bienestar animal. Parte 1.

 Querido amigo lector, si es que aún existes. Habrás visto que en los últimos años se ha propagado la expresión "bienestar animal" como un requisito indispensable en multitud de ámbitos. Si además estas involucrado en algo que conlleve la presencia de animales, estarás harto de las legislaciones y normas sobre el tema.

Por eso he decidido escribir esta guía porque como experto que soy tengo que conservar la verdad y difundirla. Bueno, en realidad nadie me lee, por eso la escribo aquí más que nada para tenerla a mano para endilgarle el enlace al próximo que me venga con el tema. 


Tradicionalmente se habían usado los índices productivos como indicativos de bienestar animal. Un animal sano, crece, se reproduce y produce. No había habido, desde la domesticación, mayor problema acerca del bienestar animal. Del mismo modo que ocurre con los humanos, asumimos que un animal enfermo o con un trato inadecuado no crece o no se reproduce…Esa fue históricamente la única preocupación acerca del bienestar animal y de hecho funcionaba. Los animales crecían, se reproducían y producían en las condiciones en las que vivían en las granjas, o más bien corrales y protogranjas.

A veces, en la cría de animales se llegaba a extremos que difícilmente parecían compatibles con la cría en cautividad. Animales atados, con movimientos limitados y sin contacto exterior. Pero la realidad es que la producción seguía. Los animales crecían y se reproducían.

Poco a poco, en la cría de animales fue entrando el concepto de confort. Confort en el alojamiento de los animales. En el fondo, introducir el concepto de confort, no fue más que una primera muestra de antropomorfismo sobre los animales. El hombre empezó a preguntarse si es animal estaba cómodo en las situaciones en que se le alojaba.

La consecuencia de esta búsqueda del confort, fue un aumento significativo de las producciones y una mayor facilidad para las mismas. Proporcionar confort a los animales hizo que su cría fuera más rentable, por fácil y por productiva.

El problema surge cuando, a partir de aquí, dejamos de tomar la producción o la productividad de los animales como índice de su bienestar. A partir de ahí se pierde la medición objetiva del mismo. La realidad es que no sabemos que es el bienestar animal, no podemos interpretar los sentimientos animales. Ni siquiera podemos situar sus sentimientos en el mismo plano que los nuestros. Definir acciones “inteligentes” de un animal o sus sentimientos con la inteligencia y los sentimientos humanos, no es más que una forma de antropocentrismo. Tenemos que empezar a convencernos de que la inteligencia y los sentimientos de otros animales no tienen nada que ver con los humanos, son de otra dimensión y seguramente no se pueden definir con las mismas palabras que definimos los sentimientos humanos.

Atribuir inteligencia o sentimientos a los animales es un error. Porque la inteligencia y los sentimientos están definidos por los humanos para los humanos. Hay que entender que la mente animal funciona de otra forma. Del mismo modo que hubo que descartar que la inteligencia fuera relacionada con el tamaño del cerebro (o por lo menos que había animales con cerebro más grande que el humano, a los que no podíamos atribuir más inteligencia que el humano, si la medimos como inteligencia humana) también hay que empezar a descartar que el espectro de los “sentimientos” de los animales sea comparable al patrón de sentimientos de los humanos.

Ningún patrón ha servido a lo largo de la historia para definir la inteligencia animal. Ni el tamaño del cerebro, ni el uso de herramientas, ni compartir un lenguaje…todas esas pretendidas medidas de la inteligencia animal fracasaron cuando se profundizo en el conocimiento de los animales. Puede ser que el error sea el patrón por el que pretendemos medir a los animales. Los seres vivos no tienen el mismo patrón evolutivo a lo largo de la historia, por ello no tienen que tener el mismo patrón de mecanismos (inteligencia, instintos, habilidades, sentimientos…) de resolución de conflictos.