lunes, 12 de diciembre de 2011

Vuelva usted mañana. Siglo XXI


Hace más de un siglo que Larra escribió un artículo que se titulaba “Vuelva usted mañana” donde narraba la lucha de un ciudadano contra la maquinaria de la burocracia de la Administración. Pero Larra no vivió en este mundo del siglo XXI en el que todo funciona mucho mejor. Seguramente también la Administración. Por lo menos con ese pensamiento me encamine hace un par de semanas a resolver un puñado de gestiones burocráticas que tenía que resolver. Dichas gestiones eran: ponerme una vacuna exótica, obtener el permiso internacional para conducir y reunirme en el colegio de mi hijo por un tema de una inspección. Calcule que en con un día de permiso podría resolverlo todo.
Así que, varios días antes pedí cita en el médico de la seguridad social. No frecuento la medicina pública, tenemos una magnifica medicina pública que valora mucho conceptos como universalidad y gratuidad, como yo valoro mucho más los de comodidad, intimidad y velocidad, desde pequeñito tengo un seguro médico privado. Favor que le hago al estado.
Pero el trabajo de Willy Fog, incluye viajar a países chungos, y entonces tienes que ir al sistema público que es el que te pone vacunas para enfermedades de países chungos. Me puse hace meses un lote de ellas (5 vacunas 5) y me avisaron que de una me tenía que revacunar a los 6 meses. Pedí la receta de esa y me dijeron que no era necesaria, que tendrían ellos en stock cuando fuera.
Así que pedí cita, avisando para lo que era, a primera hora de la mañana. Para luego dedicarme a las otras tareas. Me dieron cita a las 8:40 y allí estaba yo. Sólo. El médico no estaba.
Llegó a las 8:55. Vamos llegó alguien que no se quien es porque yo tenía cita con el doctor Juan X y aquello era un tía. Ni se presento, ni explico si ella era Juan…nada. Me echó la bronca por no tener historial y luego pasamos al tema.
-¿Has traido la vacuna?
-Pues no, hace seis meses me dijisteis que la tendríais…
-Vale. Entonces tienes que esperar a las 9:30
-¿Cómo?
-Si, es que a esa hora viene la enfermera que es la que sabe donde están las medicinas.
-Mira, no quiero importunar, pero esto es un centro grande, no un consultorio cutre. Aquí estáis como 30 médicos y unos 300 pacientes. ¿Me quieres decir que necesitas a una enfermera en concreto para que busque una vacuna? ¿no puede nadie más?...es que el panorama de esperar media horita así porque si…
-Vale, voy a ver. Si eso espera fuera que mientras la pido voy atendiendo más pacientes.
Salí mosqueado, imaginando lo que iba a pasar…A los cinco minutos sale la médico y me da la receta: “Toma, acércate a por una farmacia y la traes que te la pongo. Que no la tenemos”.
Jurando en hebreo, porque estoy seguro que no la buscó, me acerque a una farmacia. Pero las farmacias se han trasmutado en centros de petición de medicamentos. No tienen nada. Así que después de patear cuatro, acabé dejando la puta vacuna encargada, después de enseñarles la receta. Otro día iría a por ella y luego a ponérmela… tenía que perder otro día.
(Avance rápido: al cabo de cuatro días, fui a por la vacuna…pero no me la pudieron dar. La receta necesitaba el visado del centro de no se que. Algo que debía ignorar la médico y la farmacéutica el primer día. Así que tengo que ir a que me visen la receta para que me puedan dar la vacuna y luego pedir cita para que me la pinchen. Pero si se pasan 10 días antes de que me la visen, que ha de ser en horario de 8 a 14, he de volver a empezar porque la receta caduca)
Volvemos atrás. Salí de la farmacia camino a Tráfico, a por  el permiso internacional. Es un permiso que vale para conducir, unos días, en países de fuera de la Unión Europea. Como voy a volver a USA, me han dicho que me lo haga, porque en algunos estados lo exigen. Además es bueno llevarlo para conducir en África.
Voy a Tráfico. Después de informarme, me coloco en el mostrador oportuno con 9€, una foto y mi carné de conducir. El simpático funcionario me suelta un papel diciendo “¡La instancia!”. Le contesto con amabilidad y buena educación:
-Perdone, su compañero me ha dicho que la instancia es para cuando la vas a solicitar a nombre de un tercero, de hecho aquí puede ver que pone “en representación de”, y yo vengo en mi nombre, así que me han dicho que no necesito instancia, que con la foto, el carné y los 9€…
-¿Me va a decir a mi como es el procedimiento? ¿a mi?
-No, pero su compañero me ha dicho…
-¡La instancia!
-Vale miré, ya la relleno.
Entrego una instancia donde digo que YO, EN REPRESENACIÓN DE MI MISMO… de locos, pero me dan el carné internacional.
Salgo hacía la reunión. Nos han convocado por un tema relacionado con la Inspección de Enseñanza y el colegio. Yo voy confiado, porque al cuerpo de inspectores de educación le tengo un especial cariño desde pequeñito. Aumentado pese al hecho de que nunca en mi vida he visto a un Inspector de Enseñanza en su trabajo. O sea en un centro donde estuviera yo…
Bueno, divago, resulta que el colegio concertado de mis hijos, ha tenido a bien subir las tasas de transporte escolar un 32%. Así, a ver si cuela. El Inspector de Enseñanza, que ha de aprobar las tarifas, ha dicho que por el forro. Que gran cuerpo el de los Inspectores.
Pero el gerente del colegio, que es un genio, propone que los padres que usamos el transporte hagamos un documento en el que reconocemos que la subida es abusiva, inmoral e ilegal pero que aceptamos pagarla. Y llevar eso al Inspector y que así se lo autorice.
Suena una carcajada atronadora…pero sólo una. La mía. El resto de los padres firma con la mansedumbre del rebaño…como yo no firmo, el Inspector no puede autorizar la subida. Tiene que ser unánime….Ja.
Estamos pagando la subida ilegal, inmoral y abusiva. Con el visto bueno del Inspector.
Realmente Larra era un exagerado, hoy ya no es así la Administración