viernes, 17 de febrero de 2017

ECDC, ese asesor involucrado...

Nuestra cuadrilla de amigos es aficionada a la cerveza. Podemos discrepar en los tragos largos, pero la cerveza es una religión a la que adoramos todos (salvo el amigo abstemio que curiosamente se llama JB). Dentro de los amigos, hay de Pilsen, hay de Pale Ale...pero sobre todo somos muy de vasos grandes. Bastante grandes.
Este verano, nuestro amigo M me mandó un artículo de un periódico local donde avisaban de la apertura de dos nuevas cervecerías. Con barriles de muchos tipos y con buena pinta. Se llamaban, pongamos: La calle de la cerveza y La cerveza feliz.
M y yo estábamos solos y decidimos ir a explorar para luego contar al resto del grupo. Elegimos empezar por "La calle de la cerveza". Se lo comentamos al resto y nos llego un mensaje de ECDC:
"En vez de La calle de la cerveza, teníais que ir a La cerveza feliz, yo en mi trabajo de abnegado asesor, les he ayudado y asesorado para montar el negocio, son unos tíos super profesionales, yo les explique un montón de cosas, lo han hecho muy bien y bla, bla..."
No le hicimos ni puto caso. Nos fuimos a "La calle de la cerveza" y lo pasamos de puta madre. La cerveza buenísima, muchos tipos de cerveza, algo de acompañar...genial.
Avisamos al resto y quedamos otra vez. ECDC no podía venir, pero mando un mensaje: "En vez de La calle de la cerveza, teníais que ir a La cerveza feliz, yo en mi trabajo de abnegado asesor, les he ayudado y asesorado para montar el negocio, son unos tíos super profesionales, yo les explique un montón de cosas, lo han hecho muy bien y bla, bla..."
No le hicimos ni puto caso otra vez y volvió  a ser una experiencia cervecil cojonuda.
Ayer quedamos y venía ECDC. Se empeño en llevarnos a "La cerveza feliz", entramos y aquello era un desastre, cerveza mala, caliente y mal servida en un local feo. La verdad es que ECDC estaba extrañado, no le sonaba nadie del bar y vio varias cosas raras en el funcionamiento, estaba apesadumbrado.
Nos fuimos en cuanto pudimos, camino a "La calle de la cerveza", choteandonos de ECDC y la mierda de negocio que había asesorado. Llegamos a "La calle de la cerveza" con ECDC y al entrar...fanfarrias, trompetas, sacan la alfombra roja. Los dueños se acercan a agradecer a ECDC su trabajo de asesoría, como les había enseñado el concepto de "ticket-tipo"(o algo así), lo bueno que era para asesorarles en el negocio...
Incluso como se había implicado para elegir el nombre del local...

lunes, 13 de febrero de 2017

Se acerca el otoño


Ya, ya se que la serie dice otra cosa. Pero yo lo he sentido. Nos acercamos a nuestro particular otoño. La vida transcurre y pasa sin que parezcas darte cuenta. Un día de repente te encuentras paseando con La Parienta a media tarde. Tu hija esta con sus amigas en el tontódromo local. El tontódromo es ese lugar en el que, en todas las ciudades, los adolescentes pasean sin rumbo fijo. Y tu hijo de ha quedado en casa con una amiga, monitora de esquí ella, a la que le quiere enseñar a editar no se qué en el ordenador. 
Y piensas y acabas sacando una conclusión de tu interior:
-Oye Parienta
-¿Qué?
-¿Tu crees que esta noche vamos a... en fin ya sabes...?
-¿Que mierda de pregunta es esa?
-En serio, ¿esta noche tengo posibilidades de pillar?
-Planteándolo así como que no
-Aja, ahí quería yo llegar...
-¿Que coño pasa?
-¿Te das cuenta de que nuestro hijo, de 16 años, está sólo en casa con una amiga de 17?, ¿te das cuenta de que son adolescentes y que entre ellos puede surgir en cualquier momento una pasión irrefrenable?, ¿que pueden tener un descuido?
-¿Pero que dices?
-Que hoy, en este momento, estamos más cerca de ser abuelos que de volver a ser padres.
La Parienta suspiró como hace cuando me embarco en teorías absurdas. Pero es que a los pocos dias, pasábamos la tarde viendo series en el ordenador, mientras nuestra hija estaba en el gimnasio haciendo zumba y nuestro hijo se iba a un concierto de unos amigos de Hans. Y nos acostamos y él no había llegado. 
Y eso me motivo unas ganas irrefrenables de salir y beber de todo en bares con música infernal.
Porque estamos entrando en barrena en una edad provecta.