miércoles, 26 de diciembre de 2012

Carta


Querido/a (pon aquí tu nombre por favor):

 

Hace tiempo que escribo, la vida, incluso la del viajero intrépido, se puede hacer monótona como para no tener nada digno de mención para destacar. Pero además cada vez que llego al ordenador, estoy lo suficientemente hecho polvo como para que me de una pereza infinita ponerme a escribir el blog.

Así que hoy me he decidido a escribirte una carta, a ti que me lees, para tenerte informado y que sepas que sigo vivo, y más o menos bien. Lo cual ya es mucho con la que está cayendo. Por otro lado me gusta escribir cartas, es más fácil que hacer un post. En una carta puedes saltar de un tema a otro sin problema, no hay que ceñirse tanto al tema.

He acabado por fin los viajes de este año, me he subido y bajado ni más ni menos que de 50 aviones. Y el miedo a volar no pasa. Al contrario. Pero habrá que seguir al año que viene, no hay alternativa. Y contento de tener curro, porque la cosa está fatal .Me temo que el 2013 va a ser peor así que seguiré por el mundo adelante para ganarme los garbanzos.

Es curioso, el curro este daría mucho de sí en manos de un tertuliano desaprensivo de la radio matinal. “Lo que ocurre en Irán os lo puedo explicar…” “yo que he estado en…. Puedo daros información de primera mano…”. Y sin embargo a mi me ocurre a la inversa, cuanto más viajo, más viejo y más cosas veo, más me callo. Cada vez tengo menos dogmas y menos certezas y cada vez miro más e intento comprender.

El único país que empiezo a entender es Rumania, este año han sido 6 viajes allí, más los del año pasado, y los que vendrán… y ahora empiezo a darme cuenta de lo que hay, de lo que ha pasado en el país. Y a veces pienso si no estaré viendo nuestro futuro. Lo bueno de que me toque ir tanto a Rumania es la comida rumana: micci, sarmale, papanasi… Se come bien en Rumania.

Me alegra haber acabado los viajes y tener ahora, de mediados de Diciembre a mediados de Enero una época de estar quieto en la oficina. Me gusta porque en Navidad entro en un estado especial, todos los años. Me vuelvo primitivo, me apetece estar cerrado en casa, calentito, comer y beber… me imagino que eso es lo que hacían nuestros antepasados en las cavernas. En los días de más frio y más oscuridad se encerrarían en la caverna a comer, estar a salvo de las inclemencias del tiempo, y pasar el tiempo alimentando hogueras y contando historias.

A mí me piden eso estas fechas. Y además los elementos de la Navidad son fácilmente asimilables a los del cavernícola: luz y fuego, comida, leña, bebida e historias para contar…Volverse primitivo, eso es la Navidad.

Afortunadamente este año ya se pasó definitivamente la moda de los mensajes de felicitación vía teléfono móvil. Menos mal. Aún queda algún despistado, y te entran ganas de mandarle un mensaje de respuesta, para decirle que si es tan gilipollas como para no saludarte en todo el año que se ahorre el mensajito navideño…

Bueno, calculo que 3, 4 ó 5 kilos me meto estas navidades, ya vendrá enero y pasare hambre…y empezaré a viajar de nuevo que eso siempre adelgaza.

Ya solo falta ir a esquiar el día de Año Nuevo, cuando todo el mundo está de resaca, y esperar a ver las caras de los niños en Reyes…porque la Vulcan me imagino que tampoco cae este año.

Animo y hasta la próxima

 

 

 

 

Gonzalo