Querido/a (pon
aquí tu nombre por favor):
Hace tiempo que
escribo, la vida, incluso la del viajero intrépido, se puede hacer monótona como
para no tener nada digno de mención para destacar. Pero además cada vez que
llego al ordenador, estoy lo suficientemente hecho polvo como para que me de
una pereza infinita ponerme a escribir el blog.
Así que hoy me
he decidido a escribirte una carta, a ti que me lees, para tenerte informado y
que sepas que sigo vivo, y más o menos bien. Lo cual ya es mucho con la que está
cayendo. Por otro lado me gusta escribir cartas, es más fácil que hacer un
post. En una carta puedes saltar de un tema a otro sin problema, no hay que
ceñirse tanto al tema.
He acabado por
fin los viajes de este año, me he subido y bajado ni más ni menos que de 50
aviones. Y el miedo a volar no pasa. Al contrario. Pero habrá que seguir al año
que viene, no hay alternativa. Y contento de tener curro, porque la cosa está
fatal .Me temo que el 2013 va a ser peor así que seguiré por el mundo adelante
para ganarme los garbanzos.
Es curioso, el
curro este daría mucho de sí en manos de un tertuliano desaprensivo de la radio
matinal. “Lo que ocurre en Irán os lo puedo explicar…” “yo que he estado en…. Puedo
daros información de primera mano…”. Y sin embargo a mi me ocurre a la inversa,
cuanto más viajo, más viejo y más cosas veo, más me callo. Cada vez tengo menos
dogmas y menos certezas y cada vez miro más e intento comprender.
El único país que
empiezo a entender es Rumania, este año han sido 6 viajes allí, más los del año
pasado, y los que vendrán… y ahora empiezo a darme cuenta de lo que hay, de lo
que ha pasado en el país. Y a veces pienso si no estaré viendo nuestro futuro.
Lo bueno de que me toque ir tanto a Rumania es la comida rumana: micci,
sarmale, papanasi… Se come bien en Rumania.
Me alegra haber
acabado los viajes y tener ahora, de mediados de Diciembre a mediados de Enero
una época de estar quieto en la oficina. Me gusta porque en Navidad entro en un
estado especial, todos los años. Me vuelvo primitivo, me apetece estar cerrado
en casa, calentito, comer y beber… me imagino que eso es lo que hacían nuestros
antepasados en las cavernas. En los días de más frio y más oscuridad se encerrarían
en la caverna a comer, estar a salvo de las inclemencias del tiempo, y pasar el
tiempo alimentando hogueras y contando historias.
A mí me piden
eso estas fechas. Y además los elementos de la Navidad son fácilmente
asimilables a los del cavernícola: luz y fuego, comida, leña, bebida e
historias para contar…Volverse primitivo, eso es la Navidad.
Afortunadamente
este año ya se pasó definitivamente la moda de los mensajes de felicitación vía
teléfono móvil. Menos mal. Aún queda algún despistado, y te entran ganas de
mandarle un mensaje de respuesta, para decirle que si es tan gilipollas como
para no saludarte en todo el año que se ahorre el mensajito navideño…
Bueno, calculo
que 3, 4 ó 5 kilos me meto estas navidades, ya vendrá enero y pasare hambre…y
empezaré a viajar de nuevo que eso siempre adelgaza.
Ya solo falta
ir a esquiar el día de Año Nuevo, cuando todo el mundo está de resaca, y
esperar a ver las caras de los niños en Reyes…porque la Vulcan me imagino que
tampoco cae este año.
Animo y hasta
la próxima
Gonzalo