El gimnasio es una forma de deporte desconocida para mí desde hace muchísimos años, desde mi época de fornido atleta universitario. Es entretenido. El gimnasio va a dar mucho tema para el blog. Y eso es importante.
Para empezar mi gimnasio tiene un detalle que mola. Las taquillas de dejar la ropa y los bancos de los vestuarios son de madera. Como en las pelis de ejecutivos. Eso me gusta. Luego se divide en las salas de clases (yoga, spinning, Pilates y demás) que no pienso pisar y la sala común. Esta es la que uso.
Primero está la zona de la gente sana. Bicicletas, cintas de correr, maquinas de esquí…eso tipo de aparatos. Con la tele puesta y tal. Aquí vienen “los sanos” gente que llega hace una horita de deporte y se va. Gente que se escapa un rato del trabajo, opositores desfogándose, mozas que aún están en el mercado…Llevan ropa deportiva de marca normal, una botella de agua y su toalla. Zapatillas de tenis o similar. Atienden a la tele o al MP3, no hablan con nadie y vienen y se van solos.
Luego viene una zona de transición con maquinas raras. Ahí te pones en posturas diversas y tiras de determinadas palancas. Lo que pasa es que de las palancas cuelgan pesos…eso lo hace difícil.
Al fondo esta la zona de los culturistas y boxeadores. Esto es una parte con las paredes llenas de espejos y un montón de pesas de todos los tamaños. De 0,5 a 25 kilos. Los tíos que la pueblan, se dedican a levantar cantidades ingentes de peso en posturas inverosímiles. Tienen una hipertrofia muscular tremenda. Se ponen agachados, levantan una pierna, estiran los brazos…y así levantan 100Kg. Quince veces. Mientras se miran en el espejo. Todos llevan ropa deportiva de marcas raras, zapatillas de colores agresivos y hacen ejercicio en pandilla. Sobre todo porque a veces se tienen que ayudar para no ahogarse bajo el peso que levantan…Llevan como complementos guantes y cinturón-faja de cuero. Además llevan una parafernalia tremenda: botella de agua y otra de líquido de color raro, toalla, esponja…hablan rarísimo: “¿Has acabado ya?” y otro le contesta “Si, ya he hecho mis tres horitas, sólo me falta la definición…”. Hay que joderse, tres horitas…
Hay un tercer grupo que pulula por todas partes. Los camorristas. Tíos con pinta de porteros de discoteca, músculos y muy fibrosos, vestidos de oscuro y con cara de irse a dar de leches con alguien. Hacen pesas donde los culturistas, se van un rato a las bicis, paran en algún aparato a hacerse unas series…no sé muy bien cómo van porque no los miro mucho. No sea que me calcen un guantazo.
Yo por el momento hago un poco de todo, un rato de bici, unas maquinas y luego algo de pesas. Una hora o así, según me dé. Supongo que habré de integrarme en un grupo pero aún no lo tengo claro. No llevo botella ni MP3. Pero hoy haciendo pesas ha venido un culturista a explicarme cómo hacerlo mejor…
Lo dicho, esto va a dar mucho juego…