El año pasado
monte en 50 aviones. El anterior en más de 30. Este año llevo ya 22 en los
cuatro primeros meses del año. Tengo puntos de cuatro programas de fidelización
diferentes y, en una compañía aérea determinada, ya cómo a la carta incluso
volando en turista y me saludan por mi nombre. Distingo a simple vista un
Airbus de un Boeing y soy capaz de reconocer las distintas configuraciones para
encontrar el asiento más cómodo.
Y tengo miedo
al avión, el mismo que antes o más.
Eso sí, ahora
el miedo al avión se junta con el miedo a mí mismo. Me da miedo que en
cualquier vuelo no me aguante y monte un espectáculo de mil pares en plan “¡quiero
bajar!” y acabe atado al asiento…
No puedo
recurrir a las drogas para volar. Para volar en avión me refiero… porque la mayoría
de las veces, a la llegada o me espera alguien con quien debo tener una
conversación mínimamente coherente, o me espera un coche de alquiler.
Así que paso
los vuelos leyendo, rezando como un condenado a muerte e intentando no contar
los minutos y segundos que me quedan. Y mirando el avión.
Y es aquí a
donde quería llegar. Porque la decoración interior de los aviones deja mucho
que desear. Supongo que decoración de interior de aviones se estudia en el último
cuatrimestre del último curso, o es una optativa o algo. Pero vamos que no se
lo curran mucho. Y para mi es importante. He pasado bastante más tiempo dentro
de un avión que dentro de mi coche, por ejemplo, en el último año. Y lo de los
coches esta estudiadísimo. Pues nada, aquí vengo yo a dar un curso práctico
sobre decoración interior de aviones. Para quien pueda interesar, para ti que
eres diseñador de interiores de aviones:
-Fuera las
putas formas redondeadas: Que si que queda muy bonito y muy dinámico, pero es
que eso queremos evitarlo. Cuando uno vuela, no quiere recordar continuamente
que está en un tubo de metal a chorrocientos metros de altura sostenido por no
se sabe qué. No. Quiere creer que está en un sitio seguro. En su casa. Las
casas tienen habitaciones CUADRADAS. Lo cuadrado es sólido, seguro. Ya sé que
lo otro es dinámico y transmite movimiento…pero eso hay que evitarlo. Y no me
jodais con que es para ahorrar espacio, si os preocupara el espacio no seguiríais
diseñando asientos para personas de 1,50m
-Quitar la luz
blanca difusa: Eso de que haya luces blancas ocultas que generen un techo de
luz…eso solo ocurre en los quirófanos y en los tanatorios. Así que nos os pongáis
a ese nivel. Poner puntos de luz a la vista. Si puede verse la bombilla mejor. Es
lo que hacen los autobuses y los trenes. Y con luz amarilla coño, que no es tan
aséptica, es como de sitio normal, no de tugurio desinfectado.
-¿Qué coño
pintan las ventanillas?: Está claro que son un adefesio inútil. Primero que
debe ser caro ponerlas y luego que no sirven para nada, no se ve nada porque
vas muy alto, y si no entre las rayas y la mierda…no se ve nada. Y si se ve,
mejor no verlo. Por favor, quitar las ventanillas.
-Dejad que el
color entre en vuestra vida: Ya sé que los aviones son blancos porque es más
barato que pintarlos. Pero por dentro, no sigáis esa estética de “desinfección”
y “asepsia”, que parece que lo estáis preparando todo para las autopsias…no.
Meter color a saco, azul, verde…y no me digáis que es que descansa la vista. Al
final todos vamos mirando la peli o leyendo, si conseguimos abstraernos, cuando
de repente miramos en torno, no queremos que nos rodee una atmosfera de
hospital, queremos que sea cómodo y confortable. Acogedor. Que estamos en un
cacho hierro a muchos metros de altura…
-Eliminad
ruidos: Me imagino que no es fácil. Siempre se oirá algo. Pero se podría hacer
algo para que oyéramos un solo ruido con el mismo tono, volumen y vibración
todo el viaje. Que eso de que pare un ruido, empiece otro, suba de tono, baje…eso
nos mata. Así que poner un chorro de aire en continuo que haga un ruido tal que
absorba el resto. O música a tope en plan after, que iremos más tranquilos. Ah,
y los putos botones de llamar a la azafata, que los oigan ella coño, no todo el
pasaje, que cada vez que suena un pitido de esos me da un infarto… Y eliminad
todo ruido que suene a timbre, llamada, pitido…Mal. Eso suena a emergencia.
Poner un sistema que no nos alerte a los pasajeros
-Propongo un “segurometro”:
Lo he inventado yo. Se trata de una pantalla donde van números del 1 al 10. Lo
maneja el piloto y lo ve todo el pasaje. Del 5 al 10 los números van en verde. El
10 significa “todo va de puta madre” y el 5 “justico pero no pasa nada”. El 4 y
el 3 van en amarillo. Ahí ya empieza a haber heridos y problemas. Del 3 para
abajo van en rojo. El 1 significa “pónganse el pasaporte entre los dientes que
luego no les identifica ni su padre”. Así, si el avión pega una sacudida, miras
el “segurómetro” y dices, no pasa nada vamos en 7”. O si pasa una azafata con
cara de acojone, miras el “segurómetro” y ves que vas en 9, sabes que la
azafata se ha hecho un predictor pero que no te vas a matar. Te ahorras también
el famoso “les habla el capitán” que suele dar mal rollo.
Con todo esto,
los aviones serian un poquito más cómodos para los que tenemos miedo a volar.
Y para el resto
también, que seguro que algo de repelús también les da.