viernes, 13 de octubre de 2023

Donde la carretera me lleve - 2

 

Como tengo una moto molona, que no es un plástico japonés ni alemán, y que se ven pocas, parece que salir de excursión es sencillo. Si además vas por ahí contando que te vas “donde la carretera me lleve”, todavía parece más molón.

Pero la realidad es que entre La Parienta y la conciencia, van haciendo mella en lo molón que es tu plan. Así que al final convienes en que la improvisación está sobrevalorada y te dedicas a la planificación en serio. Cuando tengo que planificar algo, la única forma que sé, es abrir un apartado en la agenda. Sí, no he evolucionado de la agenda y no encuentro nada que sea comparable a la organización que te da una agenda. Entre otras cosas porque, aunque creo que soy el único en el mundo, yo tengo mi apartado de contraseñas donde guardo escritas en papel todas las contraseñas de todo. Total, que abrí un apartado en la agenda para el viaje “Donde la carretera me lleve”.

A la hora de planificar un viaje en moto tienes que hacer un equilibrio. Tienes que elegir entre frente a que imprevistos vas a ir preparado y cuales renuncias a plantearte. Porque el problema de un viaje en moto es el espacio. Si no tienes una moto de tamaño descomunal y con maletas por todas partes, que son tan ridículas como ir en un coche descapotable, Puedes llevar muy poco volumen. Para mantener cierto estilo, lo único que puedes llevar es una mochila en la parte de atrás del asiento. Y que no sobresalga del respaldo del pasajero. Si además llevas portamantas o algún hueco de la propia moto pues vale. Todo lo demás te quita estilo y elegancia y te convierte en un payaso sentado en un váter.

Por eso hay que elegir. Hay elecciones fáciles. Para un viaje en la segunda mitad de agosto por Castilla puedes prescindir de la protección para la lluvia y los guantes de invierno. Hay otras que no lo son tanto, por ejemplo, puedes pasar de llevar el compresor para hinchar las ruedas y el kit de pinchazos. Pero si pinchas te va a tocar esperar a la grúa en la soleada Castilla en Agosto….

Así que a base de elecciones y probabilidad, acabas haciendo un equipaje con el que mantienes el estilo. Pero claro, ese equipaje ya te va condicionando. Porque ya tienes que buscar los sitios para dormir. En principio la idea romántica era “dormiré cuando me canse”. E incluso creo que llegué a decir en voz alta “y si no encuentro dónde, pues en una cuneta puedo pasar la noche al raso”. Ja. Con 52 tacos pasas una noche al raso y te tiene que venir a buscar la grúa.

Ya, si empiezas a buscar alojamiento…la libertad va quedando regulada y constreñida. Empiezas a tener obligaciones de sitios a los que llegar y a unas horas, eso te va a ir forzando a hacer una ruta..si..donde la carretera me lleve…