martes, 26 de enero de 2010

Y dias blancos

Hay días que las cosas salen bien. Teníamos u problema grave en un centro de producción, no sabíamos que hacer y me dijeron que fuera con un experto consultor independiente.
Me armé de paciencia, estoy harto de pasear a señoritos torpes con ínfulas de Dr. House. Pero lo hay que hacer, que remedio. Así que ayer me levante a las 4 de la mañana para ir a recoger al experto en el aeropuerto de Barcelona. Pero a eso de las 5, me llama un colega que quiere venir y ver trabajar al experto, genial. Quedamos en un área de la autopista, vamos en mi coche y como mola más que el suyo me pide si puede conducir…Fui durmiendo como un bendito hasta las 7:30. Bien
Llegamos, recogemos al experto que parece un tío normal, dos horas de coche, dormitando y hablando por teléfono porque el colega se encarga de darle conversación. El día iba muy bien.
Al llegar al sitio en cuestión el experto se calla. Está una hora mirando y luego da una solución asombrosa, práctica y muy barata que inmediatamente resolverá el 90 % del problema. Nos vamos a comer una paella para celebrarlo. Además llama el jefe y como no tiene ni idea de cómo ha ido el asunto le digo “joder colega, que mandáis venir a este y el tema se soluciona simplemente haciendo esto”. El jefe alucina y dice “¡Pero ¿Cómo no se nos había ocurrido a nadie?”, le contesto que no lo sé pero que hemos tenido que ir el experto y YO a resolverlo…se lo cree. Soy feliz.
A las 18 horas dejamos al experto en el aeropuerto, el colega dice que se queda allí a ver a no sé quién y que se irá en Ave. No está mal, me deja tranquilo.
Total que pienso que un día es un día y me voy a un hotel súper chulo de Barcelona. La antigua compañía de tabacos de Filipinas, me decepciona un poco que no hay sitio para fumar un puro mientras leo un rato y que además es un poco caro para los usos de mi empresa imbécil, pero cuando pienso si quedarme o no…me llaman de la central que nieva un montón en La Panadella, que ni se me ocurra coger la AP-2. Cojo una habitación y me tomo un Daiquiri. Imponente. El camarero me sugiere el SPA, (sabe que si no le voy a hacer currar duro) y como el coche del curro lleva siempre un bañador (consejo de mi hermano)… Jugada maestra.
Estoy en el jacuzzi, sólo, fantaseo con jóvenes turistas nórdicas que llegan al SPA ligeras de ropa y en ese momento llama el jefe. “Joder tío, Gonzalo, perdona macho, te acabas de volver de Barcelona de dejar al experto y ha surgido una reunión urgente allí para mañana, tío sé que es una putada pero tienes que dar la vuelta, píllate un hotel, el que quieras, tío lo siento…” le dejo que me dore la píldora un rato y luego le interrumpo “Jefe…que estoy en el Spa de un hotel de Barcelona, que no pasa nada…” El tío se queda contentísimo, va a pagar la cuenta sin rechistar. Cuelgo el teléfono con una sonrisa. Hoy es mi día…
Una joven italiana con un biquini minúsculo entra en el SPA y va a la sauna