Comer está mal
visto. En esta ola de estupidez generalizada que nos invade, comer no es
suficientemente “cool”. Hemos hecho de la salud un nuevo ídolo, todo lo que sea
“sano”, según unos parámetros bastante ambiguos, está bien y lo demás está mal
visto, La sociedad es un grupo de ignorantes que acepta la anorexia como modelo
y se ríe de los gordos (las gordas, directamente no son humanas, según los
parámetros de los diseñadores gays).
Bueno, pues a mí
me gusta comer. Tengo además la suerte de que soy de una familia que nos gusta
comer. Coincide con que no tenemos colesterol, ni hipertensión ni ninguna otra
cortapisa para disfrutar de la comida. Y disfrutamos.
A mis amigos,
en general, también les gusta comer.
Y creo que el
que no sepa disfrutar de la comida es un ignorante.
¿Qué es
disfrutar de la comida?.
Sentarse un
grupo de gente, varios, en torno a una mesa. No a una cualquiera, a una elegida
para comer algo definido, ya sea porque es un clásico o porque se quiere probar
algo nuevo. Pasarse dos o tres horas comiendo, disfrutando de lo que se come,
probando y comentando. Recordando comidas pasadas y planificando nuevas.
Sin importar la
cantidad, sin importar el precio. Comiendo porque da gusto comer y charlar.
Disfrutar de la conversación cuando se come, reírse de la conversación en una
churrascada porque parecen los diálogos de una peli porno: toma más, no me dejéis
esto así, aprovecha ahora que está caliente…
Hacer fotos de
la comida y mandárselas a los amigos de otras comidas, comentándolas. Probar y
repetir para encontrar ese sabor especial. Regodearse en el acercamiento a la
comida, recordarla con gusto después. Que sean una ceremonia cada comida, el desayuno, el almuerzo, la comida...cada uno con una particularidad en una sucesión diaria de aventuras.
Que te
feliciten porque da gusto cocinar para ti. Ser consciente de estar pecando de
gula.
Engordar 6
kilos en tres semanas. Y ser feliz.