miércoles, 28 de agosto de 2013

De que hablo cuando hablo de comer


Comer está mal visto. En esta ola de estupidez generalizada que nos invade, comer no es suficientemente “cool”. Hemos hecho de la salud un nuevo ídolo, todo lo que sea “sano”, según unos parámetros bastante ambiguos, está bien y lo demás está mal visto, La sociedad es un grupo de ignorantes que acepta la anorexia como modelo y se ríe de los gordos (las gordas, directamente no son humanas, según los parámetros de los diseñadores gays).

Bueno, pues a mí me gusta comer. Tengo además la suerte de que soy de una familia que nos gusta comer. Coincide con que no tenemos colesterol, ni hipertensión ni ninguna otra cortapisa para disfrutar de la comida. Y disfrutamos.

A mis amigos, en general, también les gusta comer.

Y creo que el que no sepa disfrutar de la comida es un ignorante.

¿Qué es disfrutar de la comida?.

Sentarse un grupo de gente, varios, en torno a una mesa. No a una cualquiera, a una elegida para comer algo definido, ya sea porque es un clásico o porque se quiere probar algo nuevo. Pasarse dos o tres horas comiendo, disfrutando de lo que se come, probando y comentando. Recordando comidas pasadas y planificando nuevas.

Sin importar la cantidad, sin importar el precio. Comiendo porque da gusto comer y charlar. Disfrutar de la conversación cuando se come, reírse de la conversación en una churrascada porque parecen los diálogos de una peli porno: toma más, no me dejéis esto así, aprovecha ahora que está caliente…

Hacer fotos de la comida y mandárselas a los amigos de otras comidas, comentándolas. Probar y repetir para encontrar ese sabor especial. Regodearse en el acercamiento a la comida, recordarla con gusto después. Que sean una ceremonia cada comida, el desayuno, el almuerzo, la comida...cada uno con una particularidad en una sucesión diaria de aventuras.

Que te feliciten porque da gusto cocinar para ti. Ser consciente de estar pecando de gula.

Engordar 6 kilos en tres semanas. Y ser feliz.