lunes, 2 de octubre de 2023

Donde la carretera me lleve

 

Lo primero que necesita una excursión en moto es un buen lema. Porque gran parte de la diversión, y lo más entretenido de una excursión motera, es la preparación. Todos esos ratos que pasas planeando, consultando mapas, carreteras, hoteles, sitios donde comer y repostar, previsiones meteorológicas (de lluvia y viento), son una parte muy divertida de la excursión. Mi padre siempre decía: “la felicidad es la víspera”. Y es verdad, todo lo de antes del día en cuestión tiene la ilusión y la incertidumbre del qué será. La realización, cada segundo que avanza es un segundo que pierdes.

Pero no nos perdamos, faltaba un mes para esa conjunción de astros extraña por la que tenía unos días de vacaciones yo sólo. Sin familia. Y esos días me iba a hacer una excursión motera. Y lo primero que desarrolle fue el lema: “Donde la carretera me lleve”.

Ese iba a ser el lema de mi excursión, “donde la carretera me lleve”. Así que empecé a decirle a todo el mundo que me iba a ir unos días de excursión en moto. “¿Dónde?” me preguntaban. “Donde la carretera me lleve” respondía. Quedaba de puta madre. Soñaba con parejas de la guardia civil parándome en la moto y preguntándome donde Iba. “Donde la carretera me lleve” sonaba como una respuesta cojonuda.

Claro que luego habría que matizar. La Parienta empezó con que “si, mucho donde la carretera te lleve, pero tal día estas aquí de vuelta que nos vamos de vacaciones y no voy a esperarte”, luego también habría que reservar hotel, porque claro, a ver si me iba a quedar si sitio para dormir, y la liaba…O sea que “Donde la carretera te lleve” como concepto global y bonito estaba bien. Pero con matices.

Tenía que resolver pronto la cuestión de si iba sólo o acompañado. Tal como estaba barruntando la idea de la excursión (porque si, dónde la carretera me lleve, pero me iba haciendo una idea de dónde quería ir), me parecía mucho mejor ir sólo. Las excursiones en moto me gustan más sólo. Al ritmo que yo quiero y por los sitios que yo quiero. Así que puse un mensaje en el grupo de los Sherman´s, me voy tal día de ruta, no sé muy bien dónde…sin insistir mucho. Alguno insinuó que igual se apuntaba. Yo había cumplido con la obligación de avisar. No pensaba dar mucho más detalle, si alguien quería algo, que preguntara.

Así que, libre de compromisos, me dispuse a disfrutar del mes previo a la aventura. “Donde la carretera me lleve” sonaba de puta madre.