Resulta
que hay un pueblo, aislado en las montañas que está abandonado y virtualmente
habitado. Un pueblo que estaba abandonado, o casi, y que una familia ha ido
comprando poco a poco. Varias ramificaciones de esa familia se fueron comprando
las casas que quedaban vacías. Y lo usan para ir de vacaciones.
Pero
a la vez mantienen un simulacro de vida de pueblo, organizan las fiestas,
eligen alcalde, se pelean en los plenos…Toda una historia muy rara. No son
gente normal, más bien flojos de la cabeza…Pero han sabido explotar el pueblo,
lo han “alquilado” para un par de anuncios y alguna peli. Le sacan partido.
Uno
de los presuntos habitantes del pueblo es amigo mío. Y me ha invitado a las
fiestas. Es un chollo ir a las fiestas porque te vas de farra a la puerta de
casa y te bebes lo que sea y oyes la orquesta más cutre del mundo y te vas a
dormir y tu casa esta a cinco metros de la barra.
Como
yo tengo muy buen beber, les caí muy bien al resto de habitantes. Y les propuse
y aceptaron hacer una fiesta de la cerveza. Compraron barriles de cuatro tipos
de cerveza distintos, salchichas, nos vestimos de tiroleses…Ese día acabaron de
adoptarme. Sobre todo, porque les impresionó mucho mi capacidad de beberme 13
jarras de medio litro. Claro que cualquiera que haya salido por ahí con ECDC se
ha bebido eso y más, pero ellos lo valoraron mucho. El día de la feria de la
cerveza en el pueblo de los locos, uno de ellos había invitado a un
contrapariente médico. Al que iban a nombrar médico del pueblo. Pero en medio
de la ingesta de cerveza, organizamos un juego que básicamente consistía en
hacerle calvos al médico gritando “¡¡mírame la próstata!!”, y claro, se ve que
el galeno tenía poco sentido del humor y rechazo el nombramiento,
Hace
poco celebraron la fiesta de las hogueras de San Sebastián. Recogen una
cantidad ingente de troncos del contorno del pueblo. Y prenden una hoguera que
amenaza con hacer arder todo el pueblo. Obviamente en esa hoguera se cocinan
abundantes carnes….y se reparte todo tipo de alcohol para combatir el frío de
enero.
Me
habían invitado a la fiesta de las hogueras, y allí estaba, dando buena cuenta
de comida y bebida, cuando me vino a saludar P.
“No
te doy la mano, que tengo un dedo hinchado y me duele un montón”
“Déjame
ver”- le contesté.- “eso es un panadizo, hay que sajarlo”
La
palabra “sajarlo” produjo un silencio. Incomodo. Sobre todo para P que empezó a
murmurar con una sonrisa forzada:
“oye,
oye…sajarlo, je, je…bueno, ya iré un día a que me lo sajen si eso…”
Y
ahí hable yo. Ayudado por el alcohol que había ingerido. “A ver colega, que soy
veterinario, que eso lo hago yo con la chorra, lo he hecho un montón de veces…”
No
aclaré que el montón de veces que lo había hecho, eran concretamente 2. Una en
la que mi hermano que es grande como un mallo, cayó redondo desmayado al primer
corte. Y otra en que se lo hicimos a mi hijo, si bien la parte operativa la
hizo mayormente La Parienta…
Pero
rápidamente la masa se dio cuenta de que yo podía darme al tema, y propusieron
nombrarme responsable inmediato de urgencias médicas en la localidad. Ante la
posibilidad del nombramiento fui corriendo al coche del curro y saqué guantes
de látex y un estuche de disección. Semejante despliegue de medios termino por
hacerme ganar la admiración de los juerguistas que me dieron un aplauso. Y
sujetaron a P que estaba iniciando una discreta retirada…
“¡A
sajarle! ¡a sajarle!”. Le dieron alcohol para que no se pusiera nervioso,
también me dieron un trago a mi, porque no acertaba a encajar la hoja del
bisturí en el mango… Cuando estuve listo le sujetaron el dedo entre diez o
coche mientras aun murmuraba algo de ir a urgencias el día siguiente.
Fije
la mirada, aguante el pulso y pegue el tajo.
Un
chorro de pus y sangre salió y cayo al suelo. Silencio. Aprete el dedo para
acabar de vaciarlo y dije “ponerlo debajo de la fuente”.
Allí
se llevaron a P. un poco pálido, pero con el dedo bastante aparente. Lo
metieron debajo del chorro de la fuente. Bastante frio por cierto, lo
desinfecte con agua oxigenada y lo vende. Sangraba bastante…
Pero
P estaba bastante aliviado, sobre todo porque seguía teniendo dedo, que no lo
había tenido claro del todo. El resto estaba muy contento de que ahora en el
pueblo se podían resolver las urgencias médicas…Y allí estuvimos de
celebración.
A
la mañana siguiente, mientras desayunaba, apareció La Parienta, que el día
anterior se había retirado antes de mi intervención. Me miro con cara rara y
dijo que esperaba que me procesaran por intrusismo profesional e incluso que me
metieran en la cárcel por gilipollas. Y aclaró que la mujer de P se había
llevado a P a urgencias a primera hora de la mañana, a 40 Km, porque no dejaba
de sangrar…
Yo
mantuve el tipo con indiferencia…y con resaca, con bastante resaca e intentando
recordar como de profundo podía haber sido el tajo que había soltado en mitad
de la farra…
Al
poco llamaron a la puerta, era P y estaba contentísimo, la médico de urgencias
le había dicho que el que le había hecho el corte era un gran tipo, que estaba
muy bien, y que simplemente le iba a dar unos puntos de aproximación…Creo que
el aspecto resacoso de P le debió de ayudar a darle semejante noticia, para quitárselo
de en medio imagino…
El caso es que ahora me van a hacer
curandero oficial, con ceremonia y todo. Y alcohol….como empiecen con lo de
mirar la próstata les mando a la mierda….