miércoles, 1 de junio de 2011

Horario laboral

Estoy sometido a un horario. Ya se que esto es común a los que tenemos la suerte de tener un curro. Pero para mí es nuevo. Yo siempre había currado a mi bola. Iba a la oficina cuando me petaba y me organizaba la vida como quería. Mezclaba visitas y asuntos personales sin problema. Y que conste que todas las empresas en las que he currado han salido ganando. Hacía muchas más horas que las que hacía la peña de la oficina.
Pero mi curro nuevo no es así. Mi curro nuevo, cuando no estás de viaje tiene un horario estricto. Bastante cómodo (es de jornada continua) pero estricto. Es una disciplina nueva para mi.
Así por de pronto me pone nervioso tener que llegar a una hora. ¿Y si duermo mal, no puedo retrasarme?¿y si se me pincha una rueda de camino al curro?...no se, no me mola. Pero además hay una cosa que ocurre en las oficinas.
Cuando tienes que hacer un horario porque si, la peña pierde el tiempo. Hay veces que no tienes curro como para llenar todas tus horas, o te falta media hora para salir y no te vas a poner con un tema para dejarlo a mitad...pero la gente no lo dice. La gente pone cara de superagobiada y de mala leche porque tiene mucho trabajo. "Es importante la actitud, me dijo mi jefe, hay que transmitir la idea de que tienes mucho trabajo y vas a tope". Alucinante. Así que hay ratos que sabes que la peña está perdiendo el tiempo (buscándose viajes para vacaciones en Internet, escribiendo mails a los amigos...) pero con cara de mala leche y de que trabajan mucho.
Por ahora yo no pierdo demasiado tiempo, me falta tiempo para ponerme al día de todas las historias del curro nuevo. Pero echo de menos poder irme a cenar un día entre semana y levantarme más tarde al día siguiente, poder ir a llevar unos papeles a no se que...Ser más libre. Y además estoy convencido de que con cierto margen, la gente curra mejor. Al fin y al cabo me como viajes de 7 y de 10 días sin protestar...¿contamos las horas que echo ahí?.
En fin, contento de tener trabajo. Como para quejarme. Y además hay una cosa divertida en todo esto. El ambiente de viernes. Los viernes la oficina es diferente. La gente está de otro humos. Hay risas, hay chistes, hay pasotismo...es una experiencia que antes no había tenido.
Y me gusta.