Madrid es una
ciudad turbadora y liante. Madrid nos da miedo y nos sobrecoge. El nivel de
mendigos, carteristas y busca vidas varios es bastante alto para los que vamos
de provincias. Más aún si tus trayectos son: Atocha, cercanías, aeropuerto y
así ida y vuelta varias veces al mes.
Uno ya viaja
con mil ojos, hasta hoy nunca ha pasado nada. Quizás por eso, porque voy con
mil ojos.
Hay varios
tipos de intentos de liarte que ya conozco, la que sube en el cercanías
contando que es una maestra de infantil que la han desahuciado de su casa, otro
donde las maletas en la T4 que te pide para ir hasta su pueblo…
Varios tipos
que voy esquivando y que acrecientan mi desconfianza.
El caso es que
el otro día estaba fumando el cigarrito de antes de entrar al avión, habiendo
ya facturado, y vigilante.
A mi lado había
un tío con aspecto de norte de Europa. Rubio, alto, ojos claros. Vestido de
sport, con chaqueta y sin corbata.
Se me acerca y,
después de preguntarme si hablo inglés, me pide muy educadamente un cigarrillo.
Y fuego por favor. Y murmura algo acerca de lo nervioso que está.
Dudo un poco y
le pregunto por qué está nervioso. Se lanza a contarme que el aeropuerto es un
lio, que no encontraba lo del alquiler de coches, había ido a preguntar y
mientras preguntaba le habían robado. Una cartera con la documentación, el
dinero…todo.
Charlamos un
rato, el también viaja bastante por el mundo. Venía a España para hacer
negocios en Santander. Rajamos de la policía, de las embajadas que como pasan
de las tres de la tarde ya no le hacen caso…La verdad es que me cae bien. Y me
siento identificado con él.
Acabo el
cigarrillo y me dispongo a irme. En ese momento, como de pasada comenta: “total
que no tengo ni documentación, ni tarjeta de crédito, ni dinero, ni me pueden
dar el coche de alquiler, mañana viene mi hermano que está en Londres a recatarme,
pero mientras tanto no tengo ni siquiera un medio para ir al hotel que tengo
reservado…”
Dudo. El primer
impulso sería darle 10€ y decirle, “eh, hoy por ti, mañana por mí”, o darle 20€
y decirle, “eh, este es mi número de cuenta, dame tus datos y si no me lo has
devuelto en una semana te mando a unos amigos kosovares”.
Pero algo
detiene ese primer impulso.
No sé si es la
forma de vestir, que no me acaba de cuadrar, lo extraño que se me hace que
lleve todo en una misma cartera, lo de pasada que lo ha dicho y como se le ve
que me mira expectante por el rabillo del ojo…
No lo sé.
Así que sonrío
y le deseo buena suerte. Y me voy.
Nunca sabré
cual era la verdad.
A no ser que lo
encuentre en otro viaje y me cuente la misma historia…
Si es verdad, la misma policia al poner la denuncia, le acerca al hotel.
ResponderEliminarQué cosas te pasan tío....de todos modos es verdad que cuando se te acerca alguien así se te despierta un sexto sentido y lo detectas enseguida.
ResponderEliminarHas hecho bien...eso huele a timo total....si hubiera sido verdad lo denuncia en la comisaria del aeropuerto y listo.
ResponderEliminarSituación similar...nos queda media hora para embarcar con destino a nuestra luna de miel, ya hemos facturado hace rato, mi recién estrenado marido no encuentra su cartera (dni, dinero...) la llevaba en el bolsillo trasero del vaquero, vamos a la comisaria, denunciamos el robo, tras buscarla donde hemos estado sentados desde q facturamos, le dan un papel con el q nos dejan subir al avión, cuando lleguemos a destino (europa) hemos de ir a la embajada a pedir documentación.
Afortunadamente, la cartera estaba en una de las bolsas de mano...pensando q se la podían robar, la metió allí, pero no se acordaba!
Si te lo vuelves a encontrar, a él o a otro similar, dile q le acompañas a denunciarlo......a ver q cara se le queda!
Pues yo creo que te estaba tirando los tejos y te iba a dejar el trasero como la bandera preconstitucional de Japón preconstitucional
ResponderEliminarMuy de acuerdo. Ahí había alguna intención de agarrarse a las patillas
EliminarDecía que estaba nervioso pero a ti no te lo demostró suficientemente, ¿era eso? La verdad es que yo lo he pensado muchas veces, el daño que hacen timadores y demás, el Pedro gritando que viene el lobo, que cuando es verdad nadie le cree y me imagino en un aeropuerto lejos de mi país con la documentación, dinero y todo robado y que nadie me ayude porque no se fía...y me da mucho miedo. Por eso no viajo. Aunque pensándolo bien no tendría que salir de casa-
ResponderEliminarA mí me han contado esta tarde la misma escena (hecho por distintas personas en Barcelona).
ResponderEliminarMi veredicto: timo.
Las películas que se monta la gente pa "de pedir"
Yo voto timo. Pero es verdad que se queda la sensación de "y si no".
ResponderEliminarYo alguna vez les he dado un cheque restaurant. Te cuesta un dinero, pero...
A mí una vez me pasó en el tren con una señora que estaba con un ataque de nervios de ole... Le pagué el billete de tren, le ofrecí mi teléfono para que llamara a su hijo al trabajo y le explicara todo, y le di pasta para que una vez llegara a su localidad, cogiera un taxi hasta la comisaría. ¿Timo? puede que sí. Pero mi sexto sentido me dijo que no. Y si es que sí, pues España se está perdiendo a una GRAN actriz...
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ResponderEliminarYo una vez necesité pedir para poder pagar un billete de metro. En Madrid, donde la gente ya está curada de espantos. Era mi primer mes de mi primer año de uni y lo de saltarme los torniquetes sin mas a mi mentalidad de provincias remotas le daba yuyu. Desde mi punto de vista era mas normal pedir ayuda a alguien.
ResponderEliminarA la primera persona que le pedí me dio lo suficiente para un viaje.
Ten por seguro que cuando es de verdad se nota. Si te fuiste sin mas es que tu subconsciente olía a timo a 100km a la redonda de ese tipo.
Hace algo mas de 30 años tuve que viajar varias veces, en pocos días, desde mi Jaen natal hasta Avila Ida y vuelta. Al hacer trasbordo desde la Estación del Norte hasta Atocha, en tres ocasiones la misma persona iba de vagón en vagón diciendo que le había robado el bolso y que pedía ayuda porque necesitaba ir a Sevilla.
ResponderEliminarPor tanto yo voto por timo.
Yo doy cuando me suena real, también doy cuando la actuación me parece magnífica, y no doy cuando está haciendo un papel pero se lo ha currado mal. La estética a veces es más importante que la ética.
ResponderEliminarprodíguese, Sr. Viveiró, por favor.
ResponderEliminarYa, ya... me callo...