Hace poco, ECDC cito en su blog a un profesor nuestro. D. Mariano. Un día gris e insulso, como hoy, aunque no recuerdo que día era, ECDC me llamó para decirme que se había muerto D. Mariano y que era su entierro. Recuerdo perfectamente en que carretera estaba. Di la vuelta en redondo y mientras iba al cementerio, me sobraba tiempo, paré a llorar. Cogí el cuaderno que llevaba (que llevo) siempre encima y escribí lo que sigue.
Hoy, en estas fechas me ha parecido buena idea publicarlo aquí. Igual consigo transmitiros algo de como era nuestro profesor:
Un día, D. Mariano me mandó comerme un plátano en clase. Yo no quería comer fruta y a D. mariano eso le preocupaba, así que condicionó mi nota de matemáticas a que yo comiera fruta.
D. Mariano se preocupaba de sus alumnos. Nos conocía y se ocupaba de nuestra educación integral. Yo había venido de lejos y D. Mariano me preguntaba:
-¿Que has comido hoy Gonzalo?
-Tirabeques D. Mariano
-¿Y eso qué es?
-Una especie de judías verdes muy planas.
-Bisaltos, Gonzalo, aquí se llaman bisaltos.
D. Mariano se preocupaba de lo que aprendíamos, de lo que leíamos, de lo que comíamos...Un verano se murió mi abuelo, que cosa más normal que a un niño se le muera un abuelo, y D. Mariano en Septiembre me consolaba cuando ese verano a él se le había muerto un hijo. Que cosa más dura que a un padre se le muera un hijo.
Se lo contaba un día a ECDC y me dijo: "yo había perdido a mi padre y D. Mariano me consolaba y el había perdido un hijo"
Hoy miro a mi hijo y pienso que su profesor no sabe si le gusta o no la fruta ni le pregunta que ha comido. Pero yo cada día, con un punto de nostalgia, le preguntaré que ha hecho en clase, pensando que a lo mejor, a lo peor, ya no quedan maestros como los de entonces. Ya no quedan MAESTROS así.
Ya no nos queda D. Mariano siempre se van los mejores.
Sí que quedan, pocos, pero quedan. El problema es que no les dejamos ejercer y acabamos matándoles, convirtiéndoles en personas que transmiten conocimientos. O a veces, ni eso.
ResponderEliminarTú lo has dicho Gonzalo, eran MAESTROS.
ResponderEliminarHola Gonzalo:
ResponderEliminarYo tengo la suerte de que uno de mis Don Marianos aún vive, y escribe !Tiene hasta blog! Hace unos meses le encontré y reanudé el contacto con él. Una cosa curiosa: a pesar de que él insiste en que le tutee me sale siempre el Don y el usted.
Un abrazo y feliz navidad!!!
Qué anécdotas, son todas preciosas: la fruta, los bisaltos... Ojalá él hubiera escrito un blog.
ResponderEliminarA mi tambien me quedan algun Don Mariano. En mi caso es Don Eulogio, profesor de Lengua y Sociales (cuando en sus competencias entraban mas de una y mas de dos asignaturas, impensable hoy en día), gran profesor, serio y recto, que me pego una colleja a traición con la que casi me abro la cabeza con la mesa...porque me pilló comiendo castañas en clase, jajaja. Quedó en eso, en una anécdota del cole para recordar, junto con sus apasionantes clases de Historia, que parecía que eramos nosotros los que ibamos a luchar en la batalla de las Navas de Tolosa.
ResponderEliminarYo tuve la suerte de tener un maestro, D. Jose Madrid al que apodabamos cariñosamente como pepe botella, por su inclinación al pilrriaque, me dió en 3º de BUP Fisica y Quimica y en COU Quimica. Ha sido el mejor profesor que he tenido.
ResponderEliminarAlgunas veces lo he visto, ya muy mayor por Ubeda paseando y yo con el coche y he intentado parar para decirselo, pero el tráfico me lo ha impedido. Aunque él seguro que no se acuerda de mí, yo siempre lo tendré en mi memoria. Gracias Pepe botella.
Un saludo Ricardo L. Y feliz Navidad a todos.
Hola Gonzalo estoy aquí conociendo tu blog.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada cuando yo tenía 11 años empecé la secundaria más perdida que Atahualpa en discoteca, no por las materias que con ellas me entendía ... El echo es que conocí a una profesora que me salvó de la soledad y de la vagancia. Ella se enteró que después de clases yo podía ir a almorzar a donde me diera la gana porque mis papás igual no se iban a enterar así que me adoptó para almorzar algunos días en su casa y otros se percataba de que fuera derechito donde le había dicho que iría. Entiendo tus lágrimas en aquel camino al entierro de tu profesor hay personas que se ganan el cariño y la admiración porque dan sin pedir nada a cambio más de lo que se espera de ellos.
Lo recuerdo como el único maestro autentico que he tenido, cuando estaba en el colegio su único objetivo era educar y enseñar, no tenia otros interses. Algunos otros profesores, muy pocos se le podían parecer pero no eran como él.
ResponderEliminarLa última vez que lo vi, lo encontré como siempre quizá algo cansado, pero me pareció el mismo que hacia veinticinco años me había enseñado a sumar.
Solo los buenos se recuerdan.
Uno de Nosotros.
Qué suerte haberlo tenido. Yo recuerdo pocos de esos. Los malos, por desgracia, también se recuerdan. Eso sí, sin este cariño.
ResponderEliminarYo tuve una señorita dos cursos, con seis y con ocho años y leyéndonos a Julio Verne por capítulos desarrolló mi afán de lectura porque yo era incapaz de aguantar hasta el día siguiente y me dejaba el libro para que leyera en casa a condición de no revelar nada a mis compañeros.
ResponderEliminarFue ella la que me llevó de camping por primera vez, un fin de semana en verano, incluso cargó con mi hermana.
Pues espera a que llegue a la Universidad...
ResponderEliminarAcabo de llegar de Suecia, de dar clases allí... la Universidad es completamente gratis para alumnos de la UE -aunque hay exámenes de ingreso y se examina currículo a currículo..
Enseña a tu hijo inglés y alemán...y podrá elegir...
Bueno... 1º,2º y 3º de EGB fueron un poco distintos pa mi ...me convertí en un pobre guerfanito desamparado buaaaaa buaaaaa (bueno desamparado no, que la consuelo y mis yayos me hacian mimos)y mariano era mi tutor entonces.No puedo contar con palabras ni una parte de mi agradecimeinto.
ResponderEliminarDespués fui entrenador de la clase de su hijo y estuvimos muy cerca. Hablábamos mucho, muchísimo y siempre he creido que era una de las personas que mas me ha conocido en mi vida, sabia lo que pensaba yo incluso antes de que llegara a pensarlo.
Conocí todos los problemas de salud de sus hijos y otras muchas cosas que el afrontaba con una sencillez increible y una sonrisa irónica en el rostro. Casi nadie supo que era familiar cercanisimo de una altisima autoridad de la ciudad. Siempre sencillo.
Un enero su cabeza que habia soportado con un talante especial el dolor de la enfermedad y muerte de sus hijos se encharcó ya desgastada.
Saldrá muchas veces más en mi blog. Seguro. Por que es parte de lo que soy.
Fue un maestro, nada más ni nada menos, un maestro.
Snif, a mi de mayor me gustaría ser así...
ResponderEliminarAlguno queda, pero son muy, muy pocos ya...
Y tanto que los maestros marcan... y más si son así!
ResponderEliminarAlgunos lo intentamos. Yo sé qué alumnos juegan al tenis, o bailan para hacer galas, o si tienen novio o novia. Lo que me da tiempo a saber, porque tenemos que ir corriendo de clase en clase de una punta a otra del instituto y también tengo que dar inglés dentro de clase. Y al curso siguiente me cambian de instituto y ya no sé cómo ha quedado la cosa. No es como antes, que un profesor era para toda la vida escolar.
ResponderEliminarAlgunos lo intentamos. Ver aquí.
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