A mi me dolía la espalda y un montón
de cosas. Básicamente, supongo, por la vida sedentaria y por conducir unos
40.000 km al año.
Mis amigos, estaban más o menos igual, todos nos damos a la vida sedentaria con sus oportunas dosis de gula. Lo cual seguramente no es lo más aconsejable para la salud del cuerpo, aunque nos viene muy bien para calentar el alma.
Mis amigos, estaban más o menos igual, todos nos damos a la vida sedentaria con sus oportunas dosis de gula. Lo cual seguramente no es lo más aconsejable para la salud del cuerpo, aunque nos viene muy bien para calentar el alma.
Total, que en un evento gastronómico
que no recuerdo (porque tenemos muchos) salió el tema de porque no nos poníamos
a hacer deporte. Nada en plan competición ni similar, sólo para “cuidarnos” un
poco.
Cuando dijimos cuidarnos un poco, delante de nuestras respectivas parientas, intercambiamos entre nosotros miradas que entendimos a la perfección. Miradas que decían que por cada gota de líquido que perdiéramos, habría de entrar otra de cerveza en su lugar y por cada gramo quemado, uno o más se repondrían. Y todos lo entendimos así.
Cuando dijimos cuidarnos un poco, delante de nuestras respectivas parientas, intercambiamos entre nosotros miradas que entendimos a la perfección. Miradas que decían que por cada gota de líquido que perdiéramos, habría de entrar otra de cerveza en su lugar y por cada gramo quemado, uno o más se repondrían. Y todos lo entendimos así.
Quedaba por decidir a qué estúpido entretenimiento
íbamos a aplicar nuestra poco sana intención de cuidarnos. Salió a colación que
ECDC y JB (que es abstemio pese a sus siglas) iban a clases de Pádel. Los otros
dos intrigantes, que no habíamos jugado al Pádel en nuestra vida, teníamos
formación tenística de nuestra juventud. Y afirmamos con rotundidad que
seríamos capaces de ganar a cualquiera al Pádel, al tenis, al frontón o incluso
a correr por la nieve con raquetas porque los dos éramos dignos herederos de McEnroe,
Borj e Ivan Lendl pese a lo que nuestro físico pudiera parecer.
Lanzado el guante, EDCD y JB aceptaron
medirse con nosotros en la pista de juego. Ante esta situación, M (el cuarto en
discordia, mi compañero ex tenista) y yo acudimos raudos al Decathlon a
comprarnos una pala de Pádel cada uno. La segunda más barata concretamente.
Faltaba por encontrar un sitio para el
encuentro. Buscar cualquier cosa con ECDC involucrado lleva unos años siendo
una mierda. ECDC en su calidad de asesor de empresas asesora a gente de todo
tipo y condición. Lo cual puede llevar a sitios muy buenos para tomar cerveza,
a sitios raros como tiendas eróticas con el nombre de su mujer o incluso a
pistas de Pádel.
ECDC había asesorado a un tío que había montado un negocio de pistas de Pádel. Así que quedo en reservar pista…pero no nos contó donde estaba el lugar.
ECDC había asesorado a un tío que había montado un negocio de pistas de Pádel. Así que quedo en reservar pista…pero no nos contó donde estaba el lugar.
La Vetusta donde vivimos esta cruzada
por un río de este a oeste, tremendamente caudaloso. En Vetusta se unen dos
afluentes, uno por el norte y otro por el sur. El que ataca al principal por el
sur, discurre sus últimos metros soterrado y luego sale para unirse al rio
grande.
En el punto donde se unen el rio y su afluente del sur, se concentra una humedad considerable y abunda la vegetación salvaje. El afluente además viene de un túnel húmedo y freso, oculto de la luz solar, muy adecuado para la cría de toda clase de insectos.
En el punto donde se unen el rio y su afluente del sur, se concentra una humedad considerable y abunda la vegetación salvaje. El afluente además viene de un túnel húmedo y freso, oculto de la luz solar, muy adecuado para la cría de toda clase de insectos.
Pues bien, en ese punto estratégico,
donde se crían insectos, especialmente de los molestos, un joven emprendedor,
asesorado por ECDC ha montado unas pistas de Pádel. Al aire libre.
Nuestro encuentro iba a tener lugar
una tarde de Septiembre, justo a la hora en que el calor afloja y los jóvenes
culícidos salen en busca de alimento. No sólo los mosquitos locales, también
esa especie invasora conocida como mosquito tigre, de picadura especialmente
dolorosa y sangrante.
El caso es que ECDC aviso unos días antes: “igual sería bueno que llevarais repelente de insectos…”
El caso es que ECDC aviso unos días antes: “igual sería bueno que llevarais repelente de insectos…”
Yo no tuve problema, tengo en casa
repelente del que llevé a Angola para evitar la malaria. Un repelente de última
generación y con un grado de protección extrema. Me lo puse y acudí a la cita.
Antes de empezar, ECDC saco un bote
como de leche condensada pero de litro y medio y se extendió una cantidad muy
generosa por el cuerpo. Cuando le preguntamos, nos dijo que era el último
descubrimiento de la nuera de la Consuelo. Un frasco de no se qué producto que
era un repelente buenísimo…
Empezamos a jugar. Justo a la hora en
que caía el sol y los jóvenes mosquitos criados en el subsuelo de la ciudad, a
la sombra de depredadores y del calor, salían a alimentarse llenos de hambre y
fuerza. Y se encontraban con nuestras carnes, no excesivamente duras y no demasiado
correosas…
A los pocos minutos de estar allí,
teníamos el cuerpo deformado. No por la gula que lo deforma de la belleza
dogmática. Por las picaduras.
Juro que jamás me pico un mosquito en Angola, y también juro que, a los mosquitos locales, los autóctonos y los tigre, mi repelente les dio risa.
Juro que jamás me pico un mosquito en Angola, y también juro que, a los mosquitos locales, los autóctonos y los tigre, mi repelente les dio risa.
No recuerdo mucho del partido, sobre
todo el zumbido constante y como empezaron a doler las piernas. Al poco de
empezar corrimos a bañarnos en el líquido blanquecino que La Parienta de ECDC
juraba que era repelente. Juraba en falso la condenada.
De resultas de aquel encuentro, yo conté
unas 50 picaduras en mi cuerpo, varias de ellas de mosquito tigre. M andaba más
o menos igual, y afirmaba que tenía las piernas adormecidas varios días después
del partido…
Nada parecía indicar que volviéramos
al deporte.
Bueno, no quiero ser agorero, pero estadísticamente hablando, muere más gente haciendo deporte que en los bares... Ahí lo dejo.
ResponderEliminarSaludos.
Es que sois un caramelito.
ResponderEliminar¡Normal!
A mi en Barcelona ,con el repelente comprado en la farmacia especializada donde nos dosificaban hasta las pastillas para la malaria por aquello de que íbamos cuatro veces al año a Tanzania, me ha picado de todo.Así que solo te queda escribir la fórmula del ungüento y confirmar que funciona.
ResponderEliminarY si habéis esperado a la llegada de la primavera para repetir...os merecéis todo lo que os pique.
ResponderEliminarControlate viveiro..."sacó un bote como de leche condensada pero de litro y medio y se extendió una cantidad muy generosa por el cuerpo" vas a generar sueños blanditos en tus jovenes lectoras imaginando tan lúbrica imagen. jejeje
Como dice el monico oscense "somos un caramelico".
Precisiones:
1.-Se te ha olvidado detallar que el dia del primer partido tu mujer se largó airada contigo, dejándote abandonado, por tu osado atrevimiento de ponerte a jugar al padel evitando acompañarla a casa. Mientras la de M y la mia lejos de pararnos, nos alentaron, yo creo que en el inconfesado deseo de que nos diera un tabardillo y gozar de su senectud en soledad y felicidad.
2.- Como que es una mierda??!!!! Yo siempre "asesoro" a buena gente especialmente si montan cosas ludico-gastronómicas como pudes dar fe reiteradamente. Y sois vosotros los que me incitais con la frase ¿no conocerás a alguien que...?
3-. Es impropio de un veterinario de alto nivel como tú confundir el mosquito tigre con la mosca negra.
4-. Mejor no hablar de que el firmante de este blog intentó, aprovechando la coyuntura, venderles un repelente para cerdos para que lo extendieran por la pista. Diciendoles que la calavera del recipiente era la logomarca del fabricante.
No digo más, que esta serie promete y no quiero espoilear.
Abrazucho que mañana os vamos a meter la del cucurucho.