jueves, 19 de enero de 2017

Trabajar con un genio

Tengo un dolor de cabeza que me he buscado yo solito.
Cuando empece en este curro, tenía la oportunidad de hacerlo como quisiera. Había que empezar a trabajar con gente de diferentes zonas para poner en marcha el proyecto. Podía elegir a los que quisiera. Uno, en el mercado laboral, es quien es gracias a la gente que conoce, Y yo conocía a mucha gente del sector, que además les iba a interesar el tema. Se trataba de elegir a tios que valieran y les interesara trabajar el tema, no especuladores baratos (un saludo a todos los especuladores baratos que asesora ECDC), gente que estuviera en el sector y esto lo tuvieran como un complemento.
Así que empece con los que quería. Pero sobre todo, el primero con el que quise empezar era T.
Lo conocí hace más de 10 años. Cuando él dejo la empresa en la que estaba, harto de que le ningunearan,  y se puso por libre. Siempre me pareció un tío inteligente y capaz. Y me apetecía trabajar con él.
Y empezamos.
Bueno, eso es mucho decir.
Vaya por delante que yo tenía razón, T es muy listo y muy trabajador. El solito ha levantado una empresa que funciona y factura un pastón. Sobre todo porque conoce muy bien lo que hace y hace cosas muy buenas.
Pero T es... disperso.
En casi un año que llevamos trabajando, T ha cambiado la orientación de su negocio varias veces. Un tiempo se dedico a ir a Portugal a montarlo allí, otro rato ficho tres personas porque iba a ampliar la plantilla aquí, luego prescindió de ellos porque se iba a centrar en el mercado de su zona...
Todo esto, ojo, teniendo un par de inventos suyos cojonudos y que a la gente le chiflan y se los compra. Pero T está por encima de eso, T es un soñador.
Hace poco, un iluminado de la otra punta de España le copio un producto. Cuando se enteró T, compró uno de los que imitaban al suyo....Y luego llamo al que lo había copiado y le puso verde por lo mal que funcionaba y le explico lo que tenía que mejorar...
El es así.
A mi me ha dado varias ideas cojonudas, sobre el papel ha diseñado un par o tres de temas que nos han resuelto mucho trabajo. Pero luego, se ha dormido... De repente decide que hay que dedicarle más atención a lo nuestro, y entonces hace un par de operaciones geniales y nos pega un subidón en las ventas.
Claro, nadie entiende como puedo trabajar con alguien así...
Y es que T es un currante de puta madre. Un tío de primera. Pero T no debería ser empresario ni emprendedor, T debería tener un jefe que le organizara la cabeza esa que tiene llena de ideas, y le priorizara su faena de cada día. Es este mercado laboral absurdo el que le ha llevado a montarse su empresa. Y cada mes tiene tres o cuatro ideas, que por si solas, podrían levantar un negocio. Pero unas se las lleva el viento, otras se quedan a medias...
"Gonzalo, nos vamos a hacer millonarios", las veces que le oído decir eso, Y entonces me propone un plan de desarrollo de un producto, que efectivamente nos haría millonarios, Si no fuera porque además de ser perfecto... vale 100 veces más que el más caro de la competencia. Y entonces hay que bajarle de la nube. Y ponerlo en la realidad. 
Pero ojo, ahí se queda diseñado un producto, que para que os hagáis una idea es como si al analizar su dureza frente al diamante, como máxima dureza universal, resultara más duro.
O te explica como algo que tu habías diseñado para un uso determinado, se usa de otra forma y da mucho mejor resultado, y va y tiene razón, y ha mejorado muchísimo el producto mientras toma un café contigo. E insisto, no le va mal, gana pasta, tiene una empresa. Pero cada vez que estoy con él, me doy cuenta de que mucho de su talento se pierde. Se pierde entre los 75 libros de estrategia comercial que tiene en su despacho. O entre el montón de llamadas que recibe al día de gente que le pregunta cosas que la respuesta vale muchísimo dinero...
No vale para empresario, no vale para dirigir... Sería un empleado fantástico y le supondría un montón de ingresos a muchas empresas. Que además yo creo que lo saben.
Pero aquí me tenéis, lidiando con un soñador o idealista o lo que sea... alguien que no encaja en unas empresas que no saben valorarlo. Y a mi me toca lidiar con él, e intentar centrarlo alguna vez en lo mío.
Eso si, aprendo mucho.

4 comentarios:

  1. Por lo que yo he conocido,los genios no pueden tener jefes, los genios necesitan subordinados muy muy inteligentes y especiales... que los dirijan. Asi tú podrías disfrutar del genio y lidiar con el subordinado (qué palabra más fea, pero no me viene otra ahora mismo)

    ResponderEliminar
  2. Los genios...de amigos...para trabajo ni de coña.

    ResponderEliminar
  3. Puffff, visualizo perfectamente su despacho... en el que reinará un caos muy parecido a que reina en su cabeza. Como si lo viera ;P

    ResponderEliminar
  4. interesante como ves la vida vos y los que te siguen Muy interesante gracias por compartir letras

    ResponderEliminar