De repente, el mafioso me pone una mano la mano sobre el
hombro. Después de un breve discurso en el que me jura su amistad eterna, mira
a la gitanaza y me dice:
-Dígale que recite
Y yo voy y se lo digo, y todos aplauden y ella empieza a
recitar un poema muy sentido. De una que se queda embarazada soltera, y hay
mucho drama y mucho no la abandones y el fruto de la mujer y lágrimas y yo
juraría que el mafioso de vez en cuando, levanta un poco la garrilla y se echa
un cuesco.
Y yo estoy muerto de vergüenza cuando V se levanta, con una
tajada más que regular, y cuenta que bonito ha sido conocerme y como nuestra
amistad se remonta a los siglos de cuando vinieron los españoles y no sé que
más, y lo contento que esta de que esté en su casa, y me dedica la de Roberto
Carlos, “mi querido, mi viejo, mi amigo”.
En ese momento, yo daría hasta un dedo de cada mano por
estar en cualquier lugar del mundo menos allí. O que por lo menos sacaran
ginebra o algo con lo que poder emborracharme para soportar aquello. Y la vieja
chupa el puro y se sonroja y dice: “hacía tiempo que no tenía en la boca algo
así de duro”
Y el mafioso se levanta y dice “¡voy a recitar!” y suelta:
-“Me miro con embeleso
Me lleno de besos
Y la muy puta
¡me pidió cien pesos!”
Acto seguido se sienta y se queda dormido, entonces la
gitana se arranca con otro recitado de uno que van a matar y el guardia no deja
que lo linchen y al final viene la madre del criminal y se despide de él.
Entonces llega el hijo de 14 años. Emporrado hasta las
trancas. Pero como todos (menos yo, maldita sea) van con una tranca del catorce
no se enteran. Y deciden que le hay que echar una bronca porque no estudia.
Todos menos el mafioso que esta KO. Y le echamos una bronca. Y yo le digo “yo
que tengo un hijo de tu edad…”
A partir de ahí. Todo se vuelve en que tenemos que
intercambiar los hijos y que verás lo que aprende el tuyo aquí y el mío allí… Y
el chaval me pregunta de dónde soy. Al enterarse de que soy de la misma ciudad
que los “Heroes del silencio” arranca del cable el teléfono de su padre y me
empieza a poner todo el repertorio de
los héroes a toda caña. Y V canta, y yo me quiero ir a dormir. Y hay más
exaltación de la amistad y juramentos de amistad eterna y pullas por en medio
“pero a ver si nos bajais un poco el precio para tener más margen”.
Y al final consigo irme a dormir. V me acompaña y me abraza
muy sentido. Me cago en todo. Que a mí esto no me va, que yo quiero un trato
estrictamente profesional.
Que algún día tendré que volver a Ecuador, y ahora ¿cómo voy
a un hotel?
Invéntate una amante secreta y dí que, por discreción, no puedes hablar de ella. Seguro que el mafioso será muy comprensivo con una excusa de esa naturaleza.
ResponderEliminarVaya fin de fiesta. Menos mal que te fuiste a dormir antes de que pusieran "la lenta".
ResponderEliminarComo se le ocurra al señor ir a Zaragoza ¿ya has pensado cómo podrás estar a la altura de su hospitalidad surrealista?
¿Y el desayuno? ¿Y el despertar?
ResponderEliminarpara mi lo más terrorífico ha sido lo de los héroes del silencio...es impresionante que esos brasas lleguen tan lejos.
Hola Moli, afortunadamente al día siguiente tenían una reunión en el cole con los niños y se iban a las 7:30, yo me levante cuando se habían ido y el chofer me llevo al aeropuerto...
EliminarGonzalo desde Lima
¡Que horror!
ResponderEliminarLa poesía del mafioso me ha llegado al alma... Qué poderío, qué prosa, que armonía literaria, que... castaña debía llevar.
ResponderEliminarSaludos.
Es lo normal por esos países. Tengo unos años ya de experiencia por países latinoamericanos y es lo que hay. Al principio me pasaba como a ti, me cortaba mucho y yo además soy poco sociable. Al final he aprendido que lo mejor es dejarte llevar, seguirles el rollo y emborracharte con ellos, aunque siempre ir una copa por detrás para controlar un poco más la situación.
ResponderEliminarAhora estoy en México y aquí no se cierra un negocio si no es en una peda similar a la que describes o en un teibol.
Disfruta joer, que la vida son dos días.
Me sumo a Molinos.
ResponderEliminaraquí es cuando viene bien (y jode mucho) un TE LO DIJE!!!!
ResponderEliminarpero mira, la historia es maravillosa, así que si pringas con este resultado... me sabe menos mal.
Pues no se me ocurre más que ya llegues borracho o tosiendo como un loco, en el primer caso ya todo te da lo mismo y en el segundo quizás libres la cercanía...
ResponderEliminarAnimo valiente
Jajaja yo soy mexicana y entiendo el punto que están diciendo todos y es verdad. Aquí así se hacen los negocios y definitivamente es surrealista, lo digo yo que lo he vivido toda la vida.
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