jueves, 26 de noviembre de 2009

Una entrada que hubiera preferido no escribir nunca

Un niño de 11 años se ha hecho una gayola en un autobús escolar del cole de mis hijos. No sabes si reírte o llorar. Cuando te dan esa noticia alucinas. Te bloqueas. Luego, hurgando, sale la historia completa. Exhibicionismo y amenazas a sus compañeros, para que no lo cuenten. Parece que fue varias veces.
Un niño de 11 años normal y de una familia normal. Tratas de buscar una justificación en su entorno. Buscas una familia conflictiva o desestructurada o algo. Pero no lo hay.
No sabes si es un monstruo, no sabes si es un enfermo. Intentas pensar en un trauma o en algún problema. Intentas calmar tu conciencia. No encuentras nada.
El colegio ha expulsado al niño.
Un niño de 11 años que, sobre todo, me da una pena enorme. Me gustaría verlo “desde el otro lado de sus pupilas”. Me gustaría ver que tiene dentro. Me gustaría entender que pasó. Me gustaría poder ayudarle. No sé si por él o por cambiar esa desazón que a mí me ha producido.
Que mierda hay en la sociedad para que pasen cosas así.

8 comentarios:

  1. Cuando tenía esa edad, recuerdo que llegó a clase un chaval de otro colegio que ya había repetido un par de cursos (o sea que tenía 13). Un fiera, un broncas, un mal tipo. Me gustaría verle hoy con ojos de adulto, seguramente me parecería un mierdilla. Pero sólo me acuerdo de la imagen que tenía de él entonces. Miedo. Un delincuente, con la nuez demasiado marcada para estar en nuestra clase. Alto, delgado, siempre mal encarado y con una risa rasposa de fumador precoz que aun recuerdo bien.

    Yo no sé qué clase de drama escondía su vida si es que escondía alguno, pero recuerdo bien que una noche en una convivencia en algún lugar de la sierra de Madrid, cuando se apagaron las luces, se hizo una gayola cuyo vertido depositó en un cenicero que después vació sobre la cabeza del pobre desgraciado que dormía a su lado (uno de los "pringados" de la clase).

    Recuerdo que pasé aquel curso tratando de evitarle. Debí conseguirlo porque no recuerdo haber tenido ninguna movida con él. Pero me daba pánico.

    Al año siguiente desapareció del cole, aunque ahora que lo pienso me está sonando que no terminó ni ese curso. Creo que lo echaron también.

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  2. Comprendo que te asuste e intentes buscar algo a lo que agarrarte.
    ¿Qué estamos haciendo?

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  3. Pues algo que siempre ha habido y que por mucho que cambien algunas cosas se mantiene. La infancia no es una burbuja aislada diferente de lo que es el mundo adulto, sino todo lo contrario. Ahí surge todo, lo que arrastras contigo a lo largo de toda tu vida. Algunas cosas son producto de lo que te rodea, de lo que vives, pero ciertos aspectos de lo que uno es, viene de serie. Es fácil de comprobar cuando se trata de varios hermanos que han vivido lo mismo y no se parecen en nada.

    Sí. Yo creo en la maldad innata de ciertas personas que, en un momento dado, también son niños.

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  4. En primer lugar, querido Gonzalo, no hay familias normales, aunque si las hay más estables que otras, pero normales... bueno, yo no me atreveria.

    En cuanto a lo del niño, las amenazas me parecen preocupantes, aunque siempre ha habido matones, no? Y lo otro... a esa edad siempre hay un componente elevado de exhibicionismo. Recuerdo a unos compañeros mios cuando yo debía rondar esa edad que se dedicaban a hacer calvos... Simplemente lo ha llevado un poco más allá.

    Aunque sería interesante que sus educadores (padres y profesores) intentaran solucionar el problema, no sacárselo de encima...

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  5. Es un tema más habitual de lo que nos pensamos. Casi de toda la vida.

    No hay que buscarle explicaciones, a veces las tiene- normalmente-, y otras no. Yo he vivido varios casos- alguno ezpelunante, que ya conté en el Barullo.

    Lo mejor es darle un buen escarmiento.

    Por otro lado, unos padres prefectamente estructurados, y nada conflictivos, pueden tener en su seno un Chuky porque a día de hoy las influencias que recibe son muchas.Y con frecuencia no sabemos dónde nos da el aire.

    Yo creo que han hecho bien en expulsarle,y que espabile.

    El problema , me sucedió a mi, es cuando los padres se te rebelan y te dicen que tú eres un antiguo y un reprimido porque eso son cosas normales.

    En el caso que cuento, la normalidad es que el chaval, también once años, se hace la gayola en clase y se limpia en la cabeza del de enfrente...¡iagínate la escena!, el chaval a gritos enseñándome la cabeza con el churrete, y el otro imbécil riéndose.

    Por cierto, al que echamos los chavales le llamaban "Tiesa"...si es que alhunos motes, cuando los ponen, ya te avisan.

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  6. El chaval muy equilibrado no parece, por mucho que no le encuentre usted nada.

    Antiguamente se pensaba que la masturbación producía locura. ¿Sabe por qué? Porque únicamente se veía a los locos hacerse pajas. La gente normal se las hacía en privado.

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  8. No me pareze tan extraño... Es un crio y se esta despertando su sexualidad... me parece más anegdótico que otra cosa... Soys unos flipados... El chico se ha hecho una gayola, no es tan impactante...

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