viernes, 30 de octubre de 2009

Disimulando, con éxito, mi ignorancia

Como no podía ser de otra forma, un día hace casi un año, mi jefe tuvo una idea absurda:
-Gonzalo, vas a ir a inspeccionar las plantas de producción
Eso es estúpido porque yo no tengo ni puta idea de producción, es de lo poco de lo que no necesito saber en mi curro. Intente explicárselo pero resulta que si estas en un punto del organigrama, se supone que eres superior a los de debajo. Esa idea imbécil existe mucho en las multinacionales.
Así que me vi con el marrón de tener que ir a controlar tres plantas que no sé cómo funcionan ni como pueden mejorar. Iba a la primera pensando que cojones le iba a contar al responsable. De repente vi la luz.
Me paré en una tienda de “tunning” (que me encantan) y me compre tres relojes deportivos para el coche. Uno indicaba la temperatura, otro era un altímetro y el otro una brújula. Con un par. Los metí en un maletín súper chulo, de cuero, rígido y con combinación.
Llegue a la primera planta, el encargado, un señor que lleva 20 años en su puesto y se la sabe con los ojos cerrados, me explicó un montón de historias que no entendí. Cuando me estaba acorralando y se veía que necesitaba decir algo, puse el maletín encima de la mesa. “Click-click” abrí la combinación y saque el primer gadget que me vino a la mano. Era el altímetro.
-¿Te has fijado que aquí estamos a 675 m?
-Pues no Don Gonzalo, ¿Qué importa eso?
-¿No controlas la temperatura y presión en la fabricación?
-Ssssi- se iba poniendo nervioso.
-Vamos abajo- dije con suficiencia
Bajamos al nivel de suelo (estábamos antes como en un cuarto piso viendo no se qué máquina).
-Ves, aquí sólo hay 650m. esto tendrá implicaciones…
El tío se puso nervioso. Empezó a explicar los procesos de calibración en los que podía influir, prometió revisar procedimientos y analizar las soluciones.
Click, click. Cerré el maletín y me fui tan contento. El encargado a los dos días paso un informe hablando de las magníficas sugerencias que le había aportado yo…
En la siguiente la misma historia, saque el termómetro y el encargado alucino de ver las variaciones de temperatura en distintas zonas (la verdad yo también, aquel trasto debía estar escacharrado) además con la brújula estuve analizando las orientaciones según el polo norte magnético y geográfico (venía en las instrucciones del cacharro). El gachó pasó otro informe poniéndome fenómeno.
Al tercero le habían avisado sus compis, así que me enseño todo el mecanismo de control que iba a poner en marcha:
-Pero ¿y los costes? –pregunté.
-Hombre, suben un poco, si cuentas los parámetros a sondar, las correcciones a hacer…
Pasé un informe diciendo que había que ajustar los costes en esa planta, vigilar que la calidad nos se nos comiera el beneficio…El jefe se quedó contentísimo. Yo aliviado.
La putada es que al cabo del tiempo, el jefe me ha pedido que de otra vuelta…He intentado explicarle (otra vez) que yo no tengo ni idea y que todo eso es una farsa y papel mojado.
No ha servido de nada.
Me voy a comprar un barómetro y un astrolabio…

6 comentarios:

  1. ¿ Don Gonzalo?? jajajajajajajajaja....jajajajajaja.

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  2. Eso te pasa por hacerlo bien la primera vez... Si no hubiera quedado contento, no te haría volver!

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  3. muy divertido, pero te falta el Sound Level Meter, con ese quedaras muy bien. :-).

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  4. He estado pensando que me recordabas a alguien con el maletín de pega..y ya se a quien..al superagente 86!

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  5. Jejeje, imaginación al poder... no te olvides la brújula...

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