domingo, 3 de mayo de 2009

Dos mujeres, dos historias

Hace poco me puso un post Molinos, la escritora de esa gran blog/obra literaria que es "Cosas que (me) pasan", sobre si era cierto lo que conté en su día de cuando conocí a Janine Turner. No sólo a esa, he conocido a dos famosas (no tanto como la Turner) por cuestiones laborales o afines:
Escena 1:
No se por qué un descerebrado de la empresa nos había metido en un hotel de lujo en Barcelona. El caso es que había pedido que me subieran el desayuno a la habitación (el día de antes salí y tenía los deberes sin hacer) y quede con los compañeros a las 8:30 en Recepción en perfecto estado de revista.
A las 8:27 me dirigí al ascensor. Se abrió la puerta y estaba ella. La presentadora rubia y flaca que hacía el programa en biquini. Aún no se había operado la nariz y la verdad es que llamaba la atención.
-Hola-saludé
-Buenos días - contesto sin el menor interés.
Paso el quinto piso, el cuarto... y lo solté:
-A ti te dará igual, dije, pero vamos a bajar del ascensor y están esperando todos los de mi curro y van a alucinar.
Me miró muy seria y parecía que se despertaba:
-¿Cómo te llamas?
-Gonzalo.
Llegamos a la planta baja e incluso salí yo delante para ver a mis compañeros como los vi, con la boca abierta un palmo y los ojos como pelotas de ping-pong. Me acerque a ellos con sonrisa de suficiencia y de repente me agarran del brazo.
-Gonzalo- dijo, era ella.
Me dio un beso que me dejo el moflete hundido tres días mientras con la boca hacía un ruido como si zumbaran un millón de abejas.
-Ha sido una pasada- me dijo- hasta la próxima.
Y se fue.
Las corbatas de mi compañeros se deslucieron de la baba que les caía. Nunca lo aclaré. Aún hay en esa empresa gente que se cree que tuve algo con ella.
Escena 2
Madrugada en un hotel de una ciudad de provincias. Salón del dasayuno. Entro y está vacío. Sólo una persona. Era una Miss España. No se cual porque las confundo todas, me parecen todas iguales. Cojo mi dosis habitual del colesterol y me siento en su mesa enfrente de ella (recordad, todo el salón vacío)
-Lo siento, no hay otro sitio.
Me miro como diez segundos. Tenía unos ojos azules que mareaban un poco. Me empecé a acojonar.
Se levantó sin decir nada y se fue a otra mesa. Al poco acabó y se marchó.
No se despidió.
No nos vio nadie.

2 comentarios:

  1. jajajaja. No me compares a P. V y a una miss españa con Janine Turner.

    Yo trato con mogollón de caspaestrellas en mi curro, pero esas no cuentan. Mola Janine Turner, conocida en el mundo entero, que hacía un papel genial y que además tiene un rancho....de todos modos la historia del ascensor es buena.

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  2. La historia del ascensor, dear Mrs Windmills, es excelsa. Pero es cierto, nadie como Janine :-)

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