martes, 3 de diciembre de 2013

Tranqui que yo te ayudo...


Me dejó tirado el coche el otro día. El monovolumen familiar está pidiendo el desguace a gritos. Pero lo exprimimos. A raíz de su última visita al taller, me vi obligado a ir a buscar a mi hijo en el bus urbano. Uso poco el bus, y cuando lo hago suelo ir acompañado de La Parienta que es experta en movilidad urbana.

Total que me acerco a la parada y allí estaba M. M es un amigo de mi hermano, de hace un montón de años. Tenía algún tipo de degeneración que le llevo de ver mal a quedarse ciego.

Así que me acerco y le saludo, intercambiamos gentilezas varias y resulta que vamos a coger el mismo autobús.

-Tu tranquilo M, le digo, que cuando venga yo te aviso y subo contigo, que voy en el mismo que tú.

-Ya, oye y ¿puedo cogerme a tu brazo?

-Hombre claro - le digo porque sé que suele ir cogido del que le acompaña

-Y, una vez cogido de tu brazo ¿puedo recoger el bastón blanco y vamos cogidos así como mariquitas?

-M, si recoges el bastón te empujo a los coches y luego te escupo…Sube que este es nuestro bus.

Subimos. Juro que yo había visto 24 en el cartel y que aquel bus era el 24 cuando yo me subí.

Nos acomodamos, la gente es muy maja y nos dejo sitio, y seguimos charlando. Al poco me di cuenta de que algo no iba bien, esa no era la ruta del bus…

-M, creo que me he equivocado de autobús…

-Ya me he dado cuenta

-¿Cómo que te has dado cuenta?

-Si, no ha girado en donde tenía que girar…- empezó a levantar la voz- si es que claro, no quieres reconocerlo, no ves ¡y así vamos!

-M baja la voz, yo veo perfectamente y la gente nos está mirando…

-¡Que no ves! ¡te intentas convencer de que ves pero no ves!

Claro, esto se lo estaba gritando un tío con el inconfundible bastón blanco a otro que lleva gafas…

La gente se empezó a solidarizar con nosotros, una señora nos indico que nos habíamos subido en el 39, nos acompañó a la puerta,

-Señora que yo veo, es que este es un cachondo….

-Si, si claro, dame la mano hijo que te la pongo en la barra para que te agarres…

Bajamos del bus.

-M no tengo ni puta idea de donde estamos.

-No te preocupes, agárrate a mí que yo te guío… - se empezó a descojonar de risa- Y mientras a ver si tienes huevos de llamar a tu mujer y decirle que te has perdido guiando a un ciego pero que no se  preocupe, que ya te esta guiando él…

No tuve.

martes, 5 de noviembre de 2013

Carne de maltrato, una historia sin final


Alina era la más guapa de su pueblo. Y si me apuras de la comarca. Era famosa por su belleza en toda la región, en la Rumania profunda. Además era lista y le gustaba estudiar. Quería estudiar.

A veces, las cosas se tuercen y a ella se le torcieron. Mucho. Cuando tenía 15 años su padre tuvo un accidente laboral. Quedo incapacitado para el trabajo. Su madre tuvo que emigrar, para mantener a la familia. Su padre, hundido y humillado, pasó a dedicarse a fundir en alcohol la mierda de pensión que le quedaba.

Alina tenía un mal futuro.

Pero Alina era guapa, y tuvo suerte. Se dedico a hacer millones de castings y ficho por una agencia de modelos. De Paris, de las buenas. Consiguió el sueño de muchas niñas rumanas.

Viajes, desfiles, pasarelas. China, Emiratos, Paris, Nueva York. Ganaba dinero, mandaba dinero a su familia y a la vez iba estudiando en la universidad. Estudiaba derecho con unas notas más que dignas. Mientras ganaba dinero.

Pasó a ser conocida en todo el país. Y empezó a rondarla Sergei. Sergei salía desde la capital e iba a verla a su pueblo siempre que estaba allí. En helicóptero. Sergei era de una familia de la jerarquía comunista, que supieron cambiar de bando en el momento preciso y ahora eran de la oligarquía capitalista.

Y puso cerco a Alina.

Ramos de flores, cenas, visitas. Presión familiar, presión social, presión de todo el mundo…Acepto a sus requerimientos y empezaron a salir, tenía 20 años.

Entró en una vida diferente, viajes a ver la final de la Champions o a una fiesta en Moscú, salir a cenar con chofer, vestir zapatos de 1000 euros…Pero a la vez el novio iba poniendo condiciones. Que no salgas con tus amigas, que no quiero que hagas esas fotos…La situación se iba tensando.

Alina, intentando resolver el problema de los celos de él, se fue a vivir a la capital. A un piso que compartía con una amiga. Para estar cerca de Sergi. Pero fue peor. Sergi no podía estar más con ella, porque tenía muchas cosas que hacer, pero a ella la quería encerrada en casa. Sin salir, sin trabajar. El se ocupaba de todo y mandaba todo, vestidos, zapatos, teléfono móvil (del que él exigía saber el PIN)…

Pero claro, la familia de ella le decía que eso era normal, que eso era que le quería… Aunque ella sospechaba que tenía algo que ver que su madre ya no tenía que trabajar, que podían mejorar alguna cosa de casa…

Se rebeló. Decidió tener su trabajo y su dinero, ser independiente. E intentar arreglar las cosas, porque ella estaba enamorada de Sergi, y quería que funcionase.

Empezó a trabajar como abogada para una empresa extranjera, cuando estaba libre aceptaba algún otro trabajo, de azafata, de traductora, de modelo…

Sergi se hartaba de ridiculizarla y de presionarla para que abandonase. Si conseguía un trabajo por el que le iban a pagar 500 euros, el le mandaba unos pendientes de 600 euros. Y a su familia le parecía bien, y a las amigas, y a la sociedad…

Y él le iba imponiendo condiciones, no salgas, no te vistas así, no contestes a ese.

Un día un chico le sonrió en un bar, Sergi hizo que le dieran una paliza. Aquello no funcionaba, la situación no mejoraba.

He estado una semana de viaje con un colega de otra empresa, que llevaba a Alina de traductora. Hemos salido a cenar algún día.

Nos conto su historia porque nos vio normales. Porque vio que éramos gente normal, con problemas normales. Para desahogarse. En un momento dado le preguntamos si alguna vez le había pegado. Nos miró, con los ojos llenos de lágrimas y nos dijo “Todavía no…”

El último día que la vimos, se iba a casa a pensar toda la noche. Tenía dos opciones, o aceptar una oferta de una aerolínea y dejar su país y trabajar de azafata o quedarse y claudicar.

Si se iba, su madre tendría que volver a emigrar para ganar dinero. Y ella tendría muy difícil volver nunca a su país.

Y si se quedaba ya sabía lo que le tocaría.

Me alegro de no saber qué eligió. Me alegro de que se quedara así la historia, no quiero saber más.

 
Desgraciadamente esta historia es real. Sólo he cambiado los nombres. Me hubiera encantado que fuera inventada

miércoles, 23 de octubre de 2013

Calumnia que algo queda


Hay temas que son muy sensibles para la opinión pública. La alimentación es uno de ellos. Y lo que es sensible para la opinión pública es una delicatesen para los medios de comunicación. Así que si hay una noticia relacionada con la alimentación y por lo tanto con la salud, los medios van a saltar a la yugular. Porque saben que van a vender.
Hacen daño, mucho daño. Porque la “mala imagen” que crean determinadas noticias o declaraciones, que ensucian la imagen de algún producto son casi imposibles de borrar.
Uno de los productos que más han sufrido el llevar colgado una mala fama injustificada es el famoso E330.
El E330 es el ácido cítrico, el mismo que está en los limones, las naranjas… ¿Por qué lo llaman así? Porque E330 es un standard, de concentración , de pureza…en fin ácido cítrico con unas características determinadas con ese nombre para que todo el mundo en la industria de la alimentación supiera de que hablaba.
¿Y por qué tiene mala fama un producto que es perfectamente natural?
Tenemos que retroceder hasta 1969. Hasta ese año Scheweppes era una marca puntera en las bebidas gasificadas. De origen suizo, sus principales fábricas estaban en Alemania, Dinamarca…
En ese año, 1969, Scheweppes decide fusionarse con Cadbury. Cadbury era el principal distribuidor de bebidas gaseosas en Reino Unido, el principal cliente de los alemanes. Además de un importante fabricante de dulces.
La pretendida fusión no fue tal, en realidad fue una compra por parte de los alemanes de un  cliente inglés para poder asaltar otros mercados con el nuevo volumen conseguido. Porque como es obvio compraron un distribuidor para que dejara de distribuir a la competencia y sólo les distribuyera a ellos. Gracias a eso, entre otras cosas, pudieron entrar en España.
El caso es que los obreros ingleses de Cadbury veían peligrar sus puestos de trabajo. Empezaron una serie de huelgas que pretendían expulsar a los de la Schweppes de su blanca Albión. A la vez intentaron desprestigiar sus productos…
Hemos dicho que el ácido cítrico está presente en los cítricos…bueno, está presente en todos los organismos vivos pluricelulares. Participa en un ciclo de reacciones químicas que se llama ciclo de Krebs. Se llama así por el Dr. Krebs, que lo descubrió.
Pues bien, resulta que Krebs en alemán significa cáncer. Si, ya es mala suerte.
Un obrero de Cadburys, armado de un diccionario de alemán, se puso a investigar cómo podía desprestigiar los productos de Schweppes. Leyó E330 y la información “participa en el ciclo de Krebs”, pero armado con su Vox Inglés – Alemán, tradujo “participa en el ciclo del cáncer…” Llamó a un amigo periodista…
Si amigos, antes del google translator también había metepatas…
Me imagino que cualquier periodista de hoy en día, si le llega un amigo y le dice “estos cabrones echan un conservante cancerígeno en la bebida” se pondrá en contacto con un experto, buscara cotejar la información…
Esperar que me seco las lágrimas de la risa…
Total que allí lanzaron la noticia, a toda plana. No sé si por ignorancia o por auténtica mala fe, para joder a estos cabrones alemanes que vienen y compran nuestra empresa que es proveedora de su graciosa majestad…
Desde entonces ha ido rondando periódicamente la noticia, en listas de aditivos cancerígenos, en listas de productos peligrosos…Hay quien ha renunciado a pelear y en las etiquetas ha vuelto a poner ácido cítrico…
Por supuesto, a ningún periódico se le ocurriría explicar este malentandido…
 

jueves, 17 de octubre de 2013

Hacia el fondo, sin freno.


No tengo muy claro lo que quiero escribir. No lo sé. No sé si despotricar de los sindicatos, si cagarme en los políticos o si pedir armas directamente.

Estamos tocando fondo y nadie hace nada. Nos están hundiendo.

“Te estás riendo de mi. Eres imbécil y estás despedido”

Ayer pasó eso. Delante de mí y de otra gente. Y nadie dijo nada. Miramos para otro lado y pusimos cara de circunstancias. Porque claro, a ver quién se juega el tipo y sobre todo el curro.  Tragamos todo. Hemos perdido todos o casi todos nuestros derechos. Nadie se atreve a reclamar nada ni a exigir nada. Porque fuera la cosa está muy mal.

Pero cuando te haces tan dependiente de algo pasas a ser un esclavo. Lo saben, por eso lo explotan, para esclavizarnos. Los trabajadores tenemos la suerte de tener trabajo. Y por eso tenemos que tragar con todo.

Nadie está ahí para luchar contra esto. Y todos lo estamos aguantando.

Ni siquiera sé por qué pongo esto en un post. Igual es simplemente para intentar lavar mi conciencia. Porque yo también lo vi y tampoco hice nada.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Historias de noroeste, 4


Los matrimonios  son para toda la vida. El divorcio no ha entrado aún en esa cultura arcaica. El matrimonio es para toda la vida. Pero a veces alguien enviuda, en una edad aún no provecta, y entonces se crea alrededor del viudo un aura de misterio. Todos miramos y nos preguntamos qué hará. Si le llorará lo que lo resta de vida, si se mantendrá fiel a su recuerdo, si decidirá rehacer su vida y en este caso con quién.

Hay quién recuperaba novios o novias de su primera juventud, hay quien al enviudar, elige para sus últimos años una solución por interés, que le asegure una vejez confortable, hay quién rompe con su pasado y se vuelve a emparejar con alguien completamente opuesto a lo que había sido su pareja…

El Sr. Antonio enviudó joven, a los cincuenta y pocos. Su mujer murió de una enfermedad rápida. Casi ni le dio tiempo a enterarse.

En el entierro lloraba desconsolado. Le vimos sufrir, vestido de luto obligatorio. Y empezamos a discurrir cual sería su futuro. Pensamos en el censo de solteras de edad a las que podía pretender. Pensamos también en las posibilidades de darse al vicio del alcohol y las mujeres de pago…

Luego nos sentamos a esperar para ver por donde salía…

Sabíamos que tenía que pasar un tiempo. La memoria de los hombres es breve, pero las convenciones sociales obligaban a un mínimo de luto antes de entrar de nuevo en la rueda.

El Sr. Antonio, meses después, fue a preguntarle al hermano de su mujer difunta, su cuñado, que qué le parecería que entrara otra vez en la rueda. El hermano de la viuda lo miró y le reconvino recordándole las normas mínimas:

-Hombre, espera a celebra la misa del primer año de su muerte…

Al poco tiempo, las campanas tocaron a misa de muertos, celebrábamos el primer aniversario de la muerte de la mujer del Sr. Antonio.

Hacía nueve meses que había muerto…

miércoles, 28 de agosto de 2013

De que hablo cuando hablo de comer


Comer está mal visto. En esta ola de estupidez generalizada que nos invade, comer no es suficientemente “cool”. Hemos hecho de la salud un nuevo ídolo, todo lo que sea “sano”, según unos parámetros bastante ambiguos, está bien y lo demás está mal visto, La sociedad es un grupo de ignorantes que acepta la anorexia como modelo y se ríe de los gordos (las gordas, directamente no son humanas, según los parámetros de los diseñadores gays).

Bueno, pues a mí me gusta comer. Tengo además la suerte de que soy de una familia que nos gusta comer. Coincide con que no tenemos colesterol, ni hipertensión ni ninguna otra cortapisa para disfrutar de la comida. Y disfrutamos.

A mis amigos, en general, también les gusta comer.

Y creo que el que no sepa disfrutar de la comida es un ignorante.

¿Qué es disfrutar de la comida?.

Sentarse un grupo de gente, varios, en torno a una mesa. No a una cualquiera, a una elegida para comer algo definido, ya sea porque es un clásico o porque se quiere probar algo nuevo. Pasarse dos o tres horas comiendo, disfrutando de lo que se come, probando y comentando. Recordando comidas pasadas y planificando nuevas.

Sin importar la cantidad, sin importar el precio. Comiendo porque da gusto comer y charlar. Disfrutar de la conversación cuando se come, reírse de la conversación en una churrascada porque parecen los diálogos de una peli porno: toma más, no me dejéis esto así, aprovecha ahora que está caliente…

Hacer fotos de la comida y mandárselas a los amigos de otras comidas, comentándolas. Probar y repetir para encontrar ese sabor especial. Regodearse en el acercamiento a la comida, recordarla con gusto después. Que sean una ceremonia cada comida, el desayuno, el almuerzo, la comida...cada uno con una particularidad en una sucesión diaria de aventuras.

Que te feliciten porque da gusto cocinar para ti. Ser consciente de estar pecando de gula.

Engordar 6 kilos en tres semanas. Y ser feliz.

jueves, 1 de agosto de 2013

Pequeños momentos que facilitaron la vida


Acaba la temporada, llegan las vacaciones. He cogido 40 aviones en lo que va de año. He viajado por un montón de países. Y al final, esforzándome, puedo llegar a tener unos pocos recuerdos agradables de los viajes. Cosas que han pasado y me han hecho un poco más cómoda la vida de viajero:

-Llegue al aeropuerto de Chicago, tras nueve horas de vuelo, y tenía que coger otro avión. La empleada de United que se encargaba de los transbordos, muy alta, morena y con gafas, se me quedó mirando y me dijo “me encantan tus patillas”. Me alegró el viaje.

-En medio de un viaje, cuando se había ido a la mierda la combinación y me quedaba colgado, apareció otro español, también dedicado a andar dando vueltas por el mundo, y entre los dos solucionamos el tema divinamente. No nos hicimos amigos ni nada. Ni nos llamamos, ni estamos en contacto. Somos profesionales y nos portamos como tales.

-Hubo una azafata española de una aerolínea extrajera que me debió de ver agobiado y se paso casi cuatro horas del vuelo charlando conmigo.

-He ido a un par de países con situación política bastante complicada, y en todos ellos la gente ha resultado bastante maja.

-He repetido en algún restaurante de hace uno o dos años. Eso te da gusto.

-Llegue a un hotel en Kazajstán y me dieron una cama que al tumbarme era tan dura que pensé que no tenía colchón. Si que tenía. Un tipo especial. Dormí genial.

-La visión del tatuaje de una camarera en el escote. Algún otro escote y algún otro tatuaje.

-Llevar el ordenador lleno de pelis y las dos primeras temporadas de Mad Men (por fa, pasadme las siguientes)

-Los desayunos de huevos Benedictine

-Los coches de alquiler grandes.

-La oficial de policía de fronteras de Azerbajan, además de ser guapísima me deseo una feliz estancia en su país con una sonrisa que casi te alegrabas de haber ido.

-El indio que me metió mano en el aeropuerto de Heathrow. Me sorprendió tanto que le miré con cariño y casi le doy mi número de teléfono. Jamás me hubiera imaginado a alguien metiéndome mano así de repente…

-Acertar con la ropa de abrigo en sitios de frio.

-Descubrir que mi chaquetón náutico azul marino es tan bueno como decían.

-Darle utilidad a los jerseys gordos que pican.

-Comprar ropa en Estados Unidos, comprar tabaco a 0.30€ el paquete de 20 en países raros.

-Que la gran Duquesa haya decidido dejar de trabajar porque es mucho estrés

-Seguir sin usar el GPS. Presumir de saber manejar mapas.

-De una empresa con gente que viaja, un día el jefe me dijo: “si alguna vez te quedas en paro llámame”. Supongo que si me quedara en paro pasaría de mí. Pero es señal de que se dio cuenta de que trabajo bastante.

-Aprender alguna palabra en rumano. Ser capaz de entenderme con algún cliente que habla rumano nada más.

-Que una web de reserva de hoteles me dé un 10% de descuento en todas las reservas.

-Tener puntos en la tarjeta para hacer ida y vuelta los cuatro a Londres cualquier día de estos.

-No tener planeado ningún viaje a la vuelta, que surjan…

Felices vacaciones a todos.

viernes, 12 de julio de 2013

Estamos mayores...


Salgo de casa como cada día. A las 6 y 20 de la madrugada. Para ir al garaje, recoger a mis compis y a las 7 entrar al reino del pollo frito.

Ahora en verano sales ya con luz de día. Y aquí en Vetusta, es de las pocas horas del día en que se puede respirar. Normalmente, en mi barrio, en todo el año nos movemos a esa hora las mismas personas. El que lleva el pan, la que va a limpiar el bar y dos o tres que curramos a esa hora infernal.

Pero hoy hay algo diferente. Los veo justo en la puerta de la tienda de lámparas.

El es un chico ni fu ni fa. Más bajo que alto y más gordo que flaco. Tendrá unos 16 o así. Ella es alta, bastante alta y con melena. Viste con una camiseta y unos pantalones mínimos. Se le nota que en el escalafón de belleza está unos cuantos pisos por encima de él.

No le veo la cara.

No le veo la cara porque el está, con todo el cuello estirado, tapándosela con la suya. Y explorando sus molares con la lengua. Y con una mano la aprieta de la espalda, mientras la otra se aventura a bajar, y está ya en el límite de la piel y el short.

Ha pillado.

Ha pillado, yo creo que muy por encima de sus expectativas. Esa noche le ha salido bien, ha estado inspirado y se ha llevado a la reina del baile.
Y se aplica a ello como si no hubiera mañana. Porque sabe que, seguramente no hay mañana.

Cojo el coche y salgo del garaje. Mis compis suben. Dos de ellos han venido por el mismo camino que yo, los han visto seguro.

Doy un pequeño rodeo para pasar otra vez delante de ellos. Allí siguen. Y seguramente aún seguirán un rato más. Y no creo que lleguen a más. Casi seguro que no tienen dónde. Así que todo se quedará en eso.

 Y creo que estoy viejo porque será un rollo y será frustrante y lo que quieras. Pero recuerdo con cariño cuando los besos duraban horas y horas. Cuando se empañaban los cristales y se entumecían los labios. Cuando el roce y el sobiqueo se prolongaba hasta el infinito. Aunque fuera porque no podías hacer nada más.

Y una de mis compañeras, también de mi edad,  los ha mirado, mientras esperábamos que se pusiera verde el semáforo, y ha dicho: “que envidia”.

lunes, 24 de junio de 2013

Europa unida


Pues era el año, ya lejano, 1986. Y resulta que la buena gente de lo que entonces se llamaba Mercado Común, había decidido que nos dejaba entrar. Que si pesaos. Pero a cambio de una serie de condiciones.

Obviamente nadie puede poner puertas a la industria. No puedes decidir que se produce y dónde. Pero en el tema de la agricultura puedes hacer algo muy perverso. Subvencionar. A través de la subvención tú decides que se produce  que no en un determinado país. Así que los listos europeos, miraron el mapa de España y decidieron que:

-Teníamos buenas condiciones para producir carne de cordero.

-Teníamos una producción excesiva de cerdo, producíamos un 15% más de lo que comíamos. Eso limitaba los precios.

-No teníamos condiciones para producir leche de vaca. Sólo para aproximadamente un 60% de nuestro consumo. El resto lo tendríamos que importar.

-Producíamos demasiado cereal.

-Producíamos aceite de oliva de calidad media baja.

Y oye, con este sesudo análisis allá por el 86, los políticos y funcionarios europeos se lanzaron a legislar. Empezaron a dar ayudas al ovino, ayudas a no cultivar, ayudas, ayudas…

Pero claro, lo de hacer una cosa de cara al público y otra por detrás, trae consecuencias.

Así, los británicos empezaron a poner unos requisitos de calidad y seguridad durísimos a la carne de cordero. ¿Por qué? Porque querían vender aquí el que tenía de excedentes la commonwealth…

Los franceses y los de los países bajos, decidieron que para que producir nuestra leche si a ellos les sobraba. Y presionaron a la industria para que arruinara el precio de la leche en España.

Los italianos y algún otro, aprovecharon para importar aceite de oliva de países terceros, para competir con precio.

Así 27 años después los resultados de esta política han sido:

-La producción de carne de cordero ha bajado. En parte por la despoblación rural y, sobre todo, por la agresiva competencia de países terceros.

-La producción de cerdo ha pasado a exceder en un 36% el consumo. Esto hunde aún más los precios.

-La guerra con la leche ha sido tan dura que hoy ni siquiera podemos producir la cuota que nos dieron. Aquella que era tan baja que provocó manifestaciones multitudinarias…Hoy sobra. Nadie quiere producir leche. Lo han hecho un negocio ruinoso.

-Nos faltan muchísimas toneladas de cereal que importamos cada año de Ucrania, Nueva Zelanda… de donde sea. No tenemos cereales suficientes.

-El aceite de oliva ha subido mucho de calidad. Ha sido la única salida que nos ha quedado para poder competir.

Total que hemos pasado 27 años invirtiendo recursos con un fin. Y al cabo de los años hemos visto, no sólo que el fin no se consigue, sino que se agrava el problema. Hemos gastado muchos millones en remar en dirección equivocada. Y esto ha sido así lisa y llanamente porque mientras firmaban unos acuerdos delante de la prensa, los países europeos pata negra (de antes del 86) lo que hacían era velar por sus intereses individuales.

¿Cuándo pedirán disculpas los políticos?¿cuándo reconocerán su error los técnicos?.

Y sobre todo…¿hasta cuándo van a intentar seguir haciéndonos creer que esto es una Europa unida donde todos somos amiguitos?.

martes, 18 de junio de 2013

Vida nocturna


No hablo de los países que visito. No pretendo hacer un sesudo estudio de tertuliano por el simple hecho de haber pasado una semana en un país. Ni mucho menos resolver las claves de conflictos centenarios con mi visión parcial y momentánea.

Pero si soy espectador de todos los sitios a donde voy. Si que llego, mor de seguir los dictados del pollo frito, a mezclarme en el entorno rural y primitivo de cada uno de los sitios donde estoy. Y convivo con ellos y me mezclo con ellos.

Y me descojono de risa cuando oigo a exploradores de ropa de marca que van a visitar “la parte auténtica” de tal o cual país. Porque generalmente, en la parte auténtica de un país, de cualquier país, no hay nada que visitar y sí que hay calor y moscas y mierda y polvo. Y a veces hambre.

El moverte en el entorno rural y primitivo, no sólo te enseña esa cara sucia y fea en los países del segundo o tercer mundo. Cuando has hecho unos cuantos viajes a países del primer mundo, esa parte de espectador también te puede llevar a ver imágenes que no esperabas.

Y entonces puedes descubrir una parte del país que no sale en las películas ni en las estadísticas. Y ves una población que viaja, de noche, de gasolinera en gasolinera, de área de servicio en área de servicio, buscando Wi Fi, para conectarse y mantener la relación con ese mundo falso y virtual, en el que son como les gustaría ser.

También hay otra población nocturna, que va de bar en bar y de  un club de lap dance a otro. Comprando las cervezas en las tiendas 24 horas. Matando la soledad a fuerza de billetes arrojados las barras de baile.

Son parte de una escoria social que no es pobre. Que no pasa hambre. Pero que acarrean una miseria interior, una soledad y una tristeza que dan a veces más pena que los otros.

lunes, 27 de mayo de 2013

A.D. 2016


Te has decidido a escribir un post. La wifi de los aviones estratosféricos todavía no es tan avanzada como para que te puedan detectar. Así que te lanzas. Sabes que ahora para escribir un post tienes que borrar uno antiguo, para que deje sitio. Y esta vez te toca borrar uno del 2013. Y recuerdas. 2013, el año en que empezó todo…

Todo empezó porque la gente se metió en el twitter. Y eso originó el desastre. Al principio parecía una red más, pero claro todo evoluciona. En el 2013, cuando la gente se había lanzado al Twitter, Google sacó sus gafas. Y al poco Apple las suyas. Y con las gafas nació la nueva red. La más molona. Todo el mundo estaba conectado todo el tiempo. Y recibía información en tiempo real, imágenes de lo que veían, de lo que leían y de todo lo que hacían lo otros. Tus contactos. Era una conexión universal, gracias a las gafas con tarjeta 3G.

Pero claro, los servidores cada vez tenían que ser más grandes. Lo que antes era un post o 140 caracteres, ahora era fotos de 4MB, o videos de 3 minutos. Y hacían falta servidores más grandes. Y controlar la temperatura de esos servidores. Hacía falta energía…

Y nadie sabía cómo sacarle dinero a la red. Así que íbamos a la ruina completa. A una caída del sistema. Y entonces aparecieron “ellos”. Las grandes empresas de distribución del mundo, los dueños de Carrefour, de Wall- Mart, de Maxal, de Mencys…Todos ellos se unieron para “rescatar” ese invento tan bueno que era internet.

Pero claro no iban a hacerlo gratis. Toda la información que pasaba a través de tus gafas la filtraban ellos. Todo lo que veías o mirabas lo miraban ellos. Gran Hermano. Y empezaron mandando anuncios muy sutilmente, como en la tele, y acabaron agrediéndote. “Mira esos pantalones, Paco, que bien te quedarían con la camisa que compraste ayer…”

Los gobiernos democráticos occidentales, en aras del bien común, exigieron tener acceso a lo que veían las gafas 3G de un ciudadano y lo que habían visto en los últimos 7 días. Más servidores y más energía. Y entonces todo se lio…

Las gafas pasaron a ser obligatorias. Además se decidió que determinadas páginas consumían mucha energía. Curiosamente las de la prensa y opinión pasaron a ser las primeras eliminadas…pese a no tener más que texto…

Poco a poco, se fue desmontando el sistema. Y ahora tú lo vas recordando. Erais muchos con un blog en 2013. Entonces un post fácilmente podía tener 15 ó 20 comentarios. Algunos habían empezado a tener cuenta en Twitter también. Amanita fue la primera en abandonar los blogs por el Twitter. Cuando aparecieron las gafas el éxito fue absoluto, En los blogs quedasteis una minoría…

Cuando decidieron cerrar los dominios blogspot.com, se acabó vuestro único núcleo de resistencia. A ti te paso una VPN Ex seminarista ye-ye justo antes de que le detuvieran; acusado, como tantos, de malgastar energía en la red… No han detenido a muchos, no ha sido necesario. Bastantes se dejaron absorber por el nuevo orden. Molinos, por ejemplo, acababa de publicar su primer libro en 2013. Ahora Molinos tiene un programa de debate diario en la red, debate siempre con Barbijaputa. Suele ganar Barbi, porque agita la melena rubia mientras que Moli agita las manos, y claro no hay color. El blog de Moli sigue abierto. Pero no te atreves a entrar. Si localizaran tu IP, serias detenido enseguida. Por malgastar energía en la red…Así detuvieron a Suso, tras abrir por cuarta vez El Barullo sin publicidad…comparte celda con Blanco Humano en el centro de reeducación.

Toda, toda tu gente del mundo blog de 2013 fueron de los primeros perseguidos. Claro que es lógico. En 2013 El niño desgraciadito se quedó en el paro. Y él y Annie Hall fueron los primeros fichados para analizar los recursos energéticos en la red…Fueron los primeros de los nuevos policías. Y os persiguieron con saña, con el odio de quien se ha pasado al lado oscuro.

ECDC se salvó, su blog sigue “vivo”, también como cebo para atrapar lectores incautos. Desde que la corporación de empresarios y políticos que pasó a gobernar Europa Unida (y los otros 2 grandes continentes) le hicieron ministro, se volvió un lameculos de los empresarios. Bueno, eso lo fue siempre…Sigue su blog pero no te atreves a entrar, por si acaso.

Di y Nan dejaron el blog, recuperaron una vieja multicopista y estuvieron editando un fancine revolucionario contra el nuevo orden. El Acratador. Hace tres meses que no lo recibes en el buzón secreto. Supones que los han detenido. En el centro de reeducación no figuran. Quizás los encerraron en un psiquiátrico. Como a Kitty, que la están tratando de un supuesto trastorno de personalidad múltiple…Quizá no tan supuesto.

Pseudo y Teresa siguen mandando post. De vez en cuando. Están en el monte, como los maquis de después de la guerra civil, y encabezan un grupo de resistencia que se dedica a intentar bloquear la red. Bajan a lugares con cobertura, lanzan un escuadrón de virus, publican un par de post y se vuelven al monte. Están catalogadas como terroristas. J.A. Peñas estaba con ellas, hasta que lo mataron hace unos meses. Fue el día que los nuevos amos se quitaron la careta. Y decidieron que no había lugar a Constitución, ni libertades, ni democracia, ni nada. La energía, ese nuevo dios-moneda, merecía todos los sacrificios.

Vas repasando estos tres años y te sorprende como se hundió todo aquel mundo. Tan rápido y tan bien desmontado…No pudo ser casualidad. Seguro que llevaban años preparándolo.

Tú sigues, como siempre, con una doble vida. Afortunadamente nadie conoce a Gonzalo Viveiró. Tratan de localizarlo pero es imposible. De hecho a Tita le estuvieron torturando un poco, pero no pudo revelar nada. Y tú tienes cuidado. No te conectas más que en los aviones, que dan una IP genérica que no pueden rastrear. Tienes unas gafas trucadas, con una emisión en bucle que puedes usar durante media hora. Y tienes ese tiempo para escribir un post. Y te limitas al espacio que te dejó ex seminarista justo antes de que lo pillaran. Ni una línea más. Por cada post que pones borras otro. Y hoy ha tocado borrar uno de los últimos del 2013 en libertad. Aquel en que te quejabas de lo que te habían robado en el avión…aún no te han indemnizado.

Ahora te conectas, lanzas un post como el naufrago que lanza botellas con mensaje. Y te vuelves a conectar, de vez en cuando, a ver si alguien responde. Pero ni siquiera sabes si te leen. Es igual, tu publicas. Sin saber ni siquiera si quedan lectores libres.
Quizás hoy te llegue algún comentario

viernes, 24 de mayo de 2013

Cabezazos contra la pared


 

Aquí un día despotrique contra los funcionarios que me atendieron en una jornada agotadora. Pensaba que eran lo peor. Pero no. Lo que sigue es una historia de terror y como verte porculeado por dos o tres empresas sin derecho al pataleo.

La cosa empieza así: cojo un avión Maputo – Johannesburgo – Londres - Barcelona. Con el agravante de que hasta Johannesburgo era con una compañía aérea (SAA) y a partir de ahí con otra (British).

Pues bien, al llegar a Johhanesburgo, nos plantan un retraso de 12 horas. Bueno, nos dan la cena y un hotel. En ese momento nos ofrecen si queremos nuestras maletas, que nos las pueden dar.

Cojo la mía y me voy al hotel. Al llegar me doy cuenta al abrirla de que faltan cosas: un tablet, la colonia y mis gafas de sol (que son graduadas y de poco le sirven al que las pillara)

Total que me voy al mostrador de SAA, a reclamar y me dicen que tururú, que el responsable es el ultimo en cogerla y que yo voy con British, que les reclame a ellos. Al día siguiente al reclamar a British me dicen que tururú, que reclame en el destino final, no a mitad de trayecto. Que allí me atenderán.

Por si acaso voy a SAA y digo que o me dejan poner una reclamación o llamo a la policía. Me dejan poner una reclamación. Tengo un número de reclamación.

Al llegar al destino final, 28 horas después de lo previsto, me acerco al mostrador de Iberia – British. Allí me informan que como la maleta no se ha roto, que pasan de mí. Que la maleta está bien.

Bueno, me voy a la Guardia Civil del aeropuerto a poner una denuncia por un hurto. Acto seguido hablo con Iberia – British para decirle que tengo una denuncia por hurto sobre una maleta de la que ellos eran depositarios. Que si me admiten la queja y tal. Ahí entran en razón y me la admiten. Tengo otro  número de reclamación.

Como no me fio de las aerolíneas, pongo una reclamación a mi seguro de viaje. Tengo otro número de reclamación.

Supuse que con tres reclamaciones mal se había de dar para que nadie asumiera los gastos de lo que me habían robado…ja.

Empiezan a llegar respuestas de las reclamaciones:

-SAA: La responsabilidad es de British.

-Seguro de viajes: Vale, mande las facturas de todo

-British: no responde

Bueno, me pongo a buscar facturas. Sorprendentemente las encuentro (las de la colonia no). Las mando.

-Seguro de viajes: De acuerdo, nos hacemos cargo pero necesitamos la respuesta de la aerolínea (British)

-British: Sigue sin responder

Llamo a British por teléfono con mi número de reclamación. Me contestan que les mande un fax a ¡¡Alemania!!.

Mando el fax.

Me contestan (por mail) que el numero de reclamación que tengo yo ¡¡¡no existe!!!.Y que entonces ya estoy fuera de plazo

Les digo (via mail) que tengo la reclamación, que la escaneo y les mando una copia.

Me contestan que su sistema de seguridad no les permite recibir archivos por correo electrónico (¿??????!!!!!). Que lo mande por fax a Alemania.

Mientras los de la compañía de seguros que si no hay respuesta no hay indemnización…

Alucinante ¿no?.

Hace tiempo que me siento como el Lopez Vazquez en La Cabina, pero os juro que sigo aunque sólo sea para ver que nuevas excusas se les ocurren.

Así que he mandado el mail a Alemania.

A la vez he puesto una reclamación a Iberia –British de Barcelona porque me han dado un número de reclamación inexistente según la oficina de British.

Luego he puesto otra reclamación por todo el tiempo que me han hecho perder y por no responderme a tiempo.

Se van a enterar de lo que puede hacer uno con tiempo que perder en hoteles. Les voy a bloquear el sistema de quejas. ¡A por ellos!

 

lunes, 20 de mayo de 2013

Sangre no tan azul...


Viajar con la Gran Duquesa se ha convertido en una pesadilla. Es como viajar con un niño pequeño o con un dolor de muelas. Pero no tengo más remedio que aguantarme. Eso sí, a veces me permito pequeñas venganzas. No por nada, sino porque el nivel de  inteligencia de la ameba que me acompaña, da lugar a diálogos como el que sigue:

G.D.:….es cómo lo de los niños robados que sale ahora en España, en mi país ya pasó. A mi abuela sin ir más lejos le cambiaron un niño. Era durante la segunda guerra mundial, y con los desplazamientos y el lío de gente, a mi abuela le dieron un alemán, rubito. Y nosotros somos todos muy morenos, y en el pueblo igual. Y se lo dijo a todo el mundo, que se lo habían cambiado por un alemán y que en Alemania habría un niño moreno…

Yo: Escucha Gran Duquesa, alma cándida…

G.D.: ¿Si?

Yo: ¿Cuántos años tiene tu tío, el alemán, el del cambiazo?

G.D.: 77

Yo: Vale. Pues mira, hace no 77, hace 60 años, en España  se paría en casa. No ya en tu país, que el desarrollo de los hospitales era mucho menor que aquí. La gente paría en casa, con el médico y la comadrona. Así que en tu país, en 1936 seguro que se paria en casa. Por si fuera poco, lamento comentarte, así como de pasada, que en el 36 en tu país no había ni guerra con los alemanes ni movida ninguna…

 

Le dejo un tiempo para que asimile la información

 

G.D.: Pero, pero…

Yo: Pero nada. Tu abuela se beneficio a un alemán, así de claro, y luego contó la milonga que le vino en gana. Pero vamos, que el niño se lo cambiaron… si, 9 meses antes de nacer ya se lo habían cambiado…

 

La Gran Duquesa calla e intenta procesar la información.

Al día siguiente me confesó que no había podido dormir…

jueves, 16 de mayo de 2013

Adiós, Sir Flashman, adiós

Recuerdo perfectamente como conocí a Sir Harry Flashman. Estaba con un colega, una noche, en un pub de Salamanca. Era el año 2003. Y hablando de libros, porque extrañamente era un colega al que le apasionaba leer, me dijo que me leyera "Harry Flashman, un espía al servicio de su majestad". Para entender algo, dijo, de lo que pasa en la zona de Afganistán.
Lo encontré, mejor dicho lo descubrí, en una biblioteca donde fui a buscarlo con el título apuntado en un posavasos. Lo leí y alucine.
No se si lo conocéis. Flashman es un traidor, cobarde, rastrero...participa en violaciones, robos, partidas amañadas...Pero Harry acaba sus días como general condecorado de su Graciosa Majestad. Mientras llega a eso Harry se va moviendo por todo el Imperio británico, un Imperio que se está desmoronando. Y así, vas viviendo, como si fueran los Episodios Nacionales de Galdós, todas los grandes acontecimientos del inicio del fin del Imperio Británico.
pero no de la mano de un héroe. De la mano de un embaucador y un tramposo. Al que de propia maldad le acabas cogiendo cariño. Porque nunca muestra un ápice de dignidad, pero a la vez demuestra la incompetencia y estupidez de quien le manda.
El autor es un militar, un genio que recrea los acontecimientos con una minuciosidad alucinante. Por si eso fuera poco, introduce a Flashman en mitad de hechos históricos perfectamente documentados y haciéndote dudar incluso que no existiera.
Y además, intentar leerlo es la mayor aventura que hay. Es una colección que se agotó hace años, yo conseguí tres en una biblioteca, otro se lo robé a un conocido, los iba buscando compulsivamente. En bibliotecas, colecciones, internet... Y leyéndolos en desorden. Encontraba uno y me lo tragaba, lo situaba con los anteriores...y seguía buscando
Y en este viaje, después de 10 años de perseguirnos y encontrarnos, de buscar, leer rebuscar y releer, me he acabado los 13 tomos.
Menos uno, que renuncio a seguir buscando. El propio Flashman cuenta sus memorias en desorden, y se publicaron en desorden. Se más o menos lo que pasó en el libro que me falta. Y ya no lo necesito.
Pero estos diez años de cacería y aventura han sido geniales.  
Y así me despido de él.
P.D.: Y por favor, que nadie me diga que están en formato digital. Así no tendría ninguna gracia...

jueves, 2 de mayo de 2013

Curso rápido de decoración de interiores de un avión


El año pasado monte en 50 aviones. El anterior en más de 30. Este año llevo ya 22 en los cuatro primeros meses del año. Tengo puntos de cuatro programas de fidelización diferentes y, en una compañía aérea determinada, ya cómo a la carta incluso volando en turista y me saludan por mi nombre. Distingo a simple vista un Airbus de un Boeing y soy capaz de reconocer las distintas configuraciones para encontrar el asiento más cómodo.

Y tengo miedo al avión, el mismo que antes o más.

Eso sí, ahora el miedo al avión se junta con el miedo a mí mismo. Me da miedo que en cualquier vuelo no me aguante y monte un espectáculo de mil pares en plan “¡quiero bajar!” y acabe atado al asiento…

No puedo recurrir a las drogas para volar. Para volar en avión me refiero… porque la mayoría de las veces, a la llegada o me espera alguien con quien debo tener una conversación mínimamente coherente, o me espera un coche de alquiler.

Así que paso los vuelos leyendo, rezando como un condenado a muerte e intentando no contar los minutos y segundos que me quedan. Y mirando el avión.

Y es aquí a donde quería llegar. Porque la decoración interior de los aviones deja mucho que desear. Supongo que decoración de interior de aviones se estudia en el último cuatrimestre del último curso, o es una optativa o algo. Pero vamos que no se lo curran mucho. Y para mi es importante. He pasado bastante más tiempo dentro de un avión que dentro de mi coche, por ejemplo, en el último año. Y lo de los coches esta estudiadísimo. Pues nada, aquí vengo yo a dar un curso práctico sobre decoración interior de aviones. Para quien pueda interesar, para ti que eres diseñador de interiores de aviones:

-Fuera las putas formas redondeadas: Que si que queda muy bonito y muy dinámico, pero es que eso queremos evitarlo. Cuando uno vuela, no quiere recordar continuamente que está en un tubo de metal a chorrocientos metros de altura sostenido por no se sabe qué. No. Quiere creer que está en un sitio seguro. En su casa. Las casas tienen habitaciones CUADRADAS. Lo cuadrado es sólido, seguro. Ya sé que lo otro es dinámico y transmite movimiento…pero eso hay que evitarlo. Y no me jodais con que es para ahorrar espacio, si os preocupara el espacio no seguiríais diseñando asientos para personas de 1,50m

-Quitar la luz blanca difusa: Eso de que haya luces blancas ocultas que generen un techo de luz…eso solo ocurre en los quirófanos y en los tanatorios. Así que nos os pongáis a ese nivel. Poner puntos de luz a la vista. Si puede verse la bombilla mejor. Es lo que hacen los autobuses y los trenes. Y con luz amarilla coño, que no es tan aséptica, es como de sitio normal, no de tugurio desinfectado.

-¿Qué coño pintan las ventanillas?: Está claro que son un adefesio inútil. Primero que debe ser caro ponerlas y luego que no sirven para nada, no se ve nada porque vas muy alto, y si no entre las rayas y la mierda…no se ve nada. Y si se ve, mejor no verlo. Por favor, quitar las ventanillas.

-Dejad que el color entre en vuestra vida: Ya sé que los aviones son blancos porque es más barato que pintarlos. Pero por dentro, no sigáis esa estética de “desinfección” y “asepsia”, que parece que lo estáis preparando todo para las autopsias…no. Meter color a saco, azul, verde…y no me digáis que es que descansa la vista. Al final todos vamos mirando la peli o leyendo, si conseguimos abstraernos, cuando de repente miramos en torno, no queremos que nos rodee una atmosfera de hospital, queremos que sea cómodo y confortable. Acogedor. Que estamos en un cacho hierro a muchos metros de altura…

-Eliminad ruidos: Me imagino que no es fácil. Siempre se oirá algo. Pero se podría hacer algo para que oyéramos un solo ruido con el mismo tono, volumen y vibración todo el viaje. Que eso de que pare un ruido, empiece otro, suba de tono, baje…eso nos mata. Así que poner un chorro de aire en continuo que haga un ruido tal que absorba el resto. O música a tope en plan after, que iremos más tranquilos. Ah, y los putos botones de llamar a la azafata, que los oigan ella coño, no todo el pasaje, que cada vez que suena un pitido de esos me da un infarto… Y eliminad todo ruido que suene a timbre, llamada, pitido…Mal. Eso suena a emergencia. Poner un sistema que no nos alerte a los pasajeros

-Propongo un “segurometro”: Lo he inventado yo. Se trata de una pantalla donde van números del 1 al 10. Lo maneja el piloto y lo ve todo el pasaje. Del 5 al 10 los números van en verde. El 10 significa “todo va de puta madre” y el 5 “justico pero no pasa nada”. El 4 y el 3 van en amarillo. Ahí ya empieza a haber heridos y problemas. Del 3 para abajo van en rojo. El 1 significa “pónganse el pasaporte entre los dientes que luego no les identifica ni su padre”. Así, si el avión pega una sacudida, miras el “segurómetro” y dices, no pasa nada vamos en 7”. O si pasa una azafata con cara de acojone, miras el “segurómetro” y ves que vas en 9, sabes que la azafata se ha hecho un predictor pero que no te vas a matar. Te ahorras también el famoso “les habla el capitán” que suele dar mal rollo.

Con todo esto, los aviones serian un poquito más cómodos para los que tenemos miedo a volar.

Y para el resto también, que seguro que algo de repelús también les da.

viernes, 5 de abril de 2013

Historias del noroeste, 3


Cuando llegaba el verano se iniciaba una ruta de cumplimientos sociales. Después de la reunión de las familias, cuando ya estaba todo el mundo, se empezaba una ruta de visitas, más o menos ordenada, de unas a otras. Así cada familia iba poniéndose al día de lo que pasaba o había pasado en las otras, nacimientos, fallecimientos, noviazgos y enemistades se hacían públicos con este sistema.

Algunas visitas eran sólo de cumplido. Eran a gente que ya no tenía novedades. Viudas solas, últimos vástagos…gente que no contaba nada nuevo.

Un día mi abuela nos encomendó a mi primo y  mí que hiciéramos una de estas visitas. Alguien de la familia tenía que ir, y no iba a ser ella. Así que allí nos mando, teníamos 16 y obedecimos porque a nuestra abuela y matriarca de la familia no se le podía desobedecer. Pero además nos dijo con una sonrisa que si le caíamos bien a la señora, tendríamos un premio…

Anduvimos una hora por el monte hasta llegar a la casa en cuestión. Allí nos presentamos a una vieja de edad infinita que nos recibió y nos pasó a la sala de las visitas. Y aprovechando que tenía audiencia, empezó a contarnos su vida. No era nada extraordinario, una emigración a Cuba, como en todas las familias del valle, y allí un matrimonio, éxito, dinero… y entonces la revolución que acabó también con ese sueño.

Mi primo pasaba olímpicamente de una historia que aburría por lo común que era, miraba por la ventana. Yo pujaba por no dormirme, después de tres horas de charla, sin entender porque nos había castigado mi abuela…

Y entonces un apellido disparo las alarmas en mi cerebro. Pregunté para corroborar que estaba emparentada con aquel nombre de las leyendas de los emigrantes.

-“Claro, ¿no te digo que mi marido era el heredero?”

Ahí es nada. Su marido era de la principal familia del negocio del ron de caña, los gallegos que primero triunfaron en aquel mundo, los que descubrieron aquel mundo.

Y entonces sucedió.

-“De lo poco que pudimos sacar de la isla, cuando la revolución fueron unas botellas de la reserva de la familia. Me queda ya muy poco, casi nada. ¿Queréis probar un poco?.”

Menudo ofrecimiento... Ese era el premio que nos había dicho mi abuela. Ron del autentico, hecho en Cuba por los que lo descubrieron. Del que se hizo antes de que Fidel naciera, que es como definían los expulsados al buen ron.

Mi primo, rápidamente incorporado al asunto, y yo, seguimos el complejo proceso que siguió. Se fue a sabe Dios qué escondrijo y de allí vino con una botella casi esférica, como de medio litro. Con calor de un vela fue fundiendo el lacre que la sellaba y luego con cuidado extremo retiro la caña prensada del gollete. Entonces en dos vasos fríos sirvió dos dedales de ron pasado a través del gollete amelazado por el calor sobre la caña y lo dejo reposar mientras hacía la operación inversa para cerrarlo.

Era increíble. Una bebida sólo para los elegidos, pasaba la garganta suave como terciopelo y luego, desde el estómago, te subían oleadas del calor de Cuba. Espectacular.

Volvimos a casa felices del descubrimiento. Durante días hablamos y contamos cada detalle del líquido aquel. Recordamos como nos habíamos tragado la conversación hasta que llego el momento de la invitación mágica.

Al año siguiente repetimos. Pero no una, tres veces. Siempre la misma historia. Había que aguantar y soportar la conversación, escuchar ansiosos hasta que a la vieja le parecía oportuno. Siempre empezaba igual: “…de lo poco que pudimos sacar de la isla…”

Y cada vez nos sabía mejor. Nos tragamos historias de cómo ella y su difunto se bañaron desnudos en una bomba de agua para matar el calor tropical, de cómo vivieron el principio de la revolución, de su vida acomodada, la muerte de su marido…todo. Durante 5 ó 6 veranos. Hasta seis visitas en un solo verano. Cada visita tenía sus prolegómenos y su epílogo. Todo en torno al líquido milagroso.

La vida y la naturaleza siguen su curso. Y la vieja murió. Y llego un verano, ya estando en la veintena, en que no teníamos a la vieja para visitarla en busca de nuestra dosis de Cuba en líquido. Suspirábamos y recordábamos cuando de repente su casa volvió a habitarse.

Hicimos las averiguaciones pertinentes. La hija de la vieja había decidido venir a pasar un verano y recoger la casa de su madre. Organizamos una expedición a toda pastilla, mi primo y yo. Pensábamos aguantar los lloros y los  agobios de la hija y quizá, con suerte, nos dejara tomar un último trago…

Llegamos a la casa y la verdad es que fue un poco violento. Después de presentarnos vino algo así:

-Pues es que solíamos visitar a tu madre todos lo veranos…

-Ah

-Sentimos mucho lo de su muerte

-Ya… gracias… ¿queréis pasar?

No sentamos y se quedo mirándonos. Y nosotros a ella. Y hablamos algo del tiempo. Estábamos incómodos los tres.

-¿Queréis tomar algo?

Aquella era nuestra oportunidad:

-Pues… no sé si atreverme…tu madre no daba a veces un vasito de ron, del que guardaba de la isla

-¡Ah!, vale.

Y vino y nos puso delante una botella entera. Sin más. Sin tener que escucharla durante horas, ni hacer que la atendíamos. Sin la ceremonia de la apertura ni contar los decilitros, sin remover el lacre y volver a cerrarla. Saco dos vasos y nos dijo que nos sirviéramos.

Nos tomamos un vaso cada uno y nos fuimos.

Aquel ron era una puta mierda.

lunes, 25 de marzo de 2013

Viajar vale, pero esto no

En donde el pollo frito han decidido que yo valgo mucho. Y por tanto puedo extender mis dominios por todo el orbe cual Felipe II. Para ello, dado que me he resistido como gato panza arriba a que me endilguen más curro, han pensado que poniendome una traductora, puedo ir a un montón de paises que acaban en -an.
Reconozco que cuando dijeron lo de la traductora mi imaginación voló y me trajo la imagen de una eslava alucinante y complaciente. Ja.
De repente me presentaron a mi futura compañera de viajes. La Gran Duquesa Anastasia.
La Gran Duquesa es la mujer de un piloto. Una aborigen de tierras raras que se casó y acabó viviendo a pocos kilometros de Vetusta. Pero no ha sido una mujer de piloto como Mara. No. Ha sido una mujer de piloto dedicada a hacer cupcakes y a cuidar las plantas del jardin. Y de repente decidió que iba a dar un vuelco a su vida e iba a trabajar. Vino donde el pollo frito y como aquí aprovechamos todo...
Así que me la presentan. Tiene la cara "rara", de un sitio indefinido en Asia central. Pero además la Gran Duquesa Anastasia debe hacer cuatro o cinco años que no come. Es un absoluto saco de huesos.
Sin tiempo de nada me embarcaron en un viaje recien llegado de otro. Al fin del mundo con la Gran Duquesa. No se si iba más cabreado por el continuo trajin de viajes que llevo ultimamente o por la suficiencia de la Gran Duquesa que decía muy senria: "Tranquilo yo me he encargado de todo..."
Eso no presagiaba nada bueno.
El viaje empieza en la estación de AVE de Vetusta, de ahí llegabamos a Atocha, cercanias a Barajas, vuelo a Moscú, transbordo...
Llego el tren y me subí. Miro alrededor y la Gran Duquesa no esta. Me vuelvo y esta abajo. El bolso en el codo y en la otra mano un maletin rosa con el ordenador. A su lado un maleton imponente para tres dias...Me mira con ojos de Candy-Candy..."¿pero, no me vas a subir la maleta?"...Vi lo que se me venía encima...valoré darle una patada voladora desde lo alto del tren y que me buscaran en Chiquitistan... Pero imperó la cordura, suspiré, me di la vuelta y me fui a mi asiento.
No se quién le subió la maleta. Podeis imaginar el resto del viaje. La Gran Duquesa viaja como si fuera de vacaciones a ver a unos parientes, sonrie, da caramelos a los niños, charla con todo el que se pone a tiro contandole que ahora está trabajando...Estuve en un tris de matarla un millón de veces.
Un día a las 7 de la tarde llama alborotada a mi habitación, está llorando. "He hecho algo fatal y me van a echar de lo del pollo frito. Ya me han anulado el teléfono" me dijo. Tuve que enseñarle a bloquear y desbloquear la Blackberry...
En medio de una cena en un restaurante de Chiquitistan se levanta y se va a echarle una bronca del 20 a voz en grito a la camarera porque le ha traido el zumo servido y no ha visto ella como se lo servian...
-"Escucha Gran Duquesa"
-"¿Qué?"
-"Gracias a esa bronca, vas a conseguir que la camarera escupa en todos los platos antes de servirnoslos. A mi me da igual, pero a ti con lo fina que eres igual te jode..."
Me miró alucinada. Por supuesto no probo la comida.
Estamos en el hotel, negociando con un cliente, cuando este decide que nos invita a cenar. La Gran Duquesa pide que le disculpemos 5 minutos...A la media hora larga aparece con un vestido de fiesta, zapatos con tacón de 10 cm y ¡un abrigo de visón! ¡se trae un visón en la maleta para currar!.
La cena con el cliente fue compleja. Cada vez que yo preguntaba algo del pais, para que la Gran Duquesa lo tradujera, me respondía ella con tonillo de superioridad. Al final le dije:
-"Oye Gran Duquesa, a ver si te enteras. Si yo le pregunto a este tipo a que edad se casa la gente aquí o cuanto cuesta ir al médico, no es para saberlo. Me importa una mierda de hecho. Pero se trata de que este tio nos elija a nosotros y no a la competencia, para eso es bueno intentar hacerse su amigo y hacerle agradable la cena ¿lo entiendes?"
En ese momento me miró como si le hubiera revelado el misterio de la Santisima Trinidad "Ahhhh". Fue feliz.
Sus traducciones son un punto subrrealista, depende de lo que le apetezca o lo cansada que este. Y por supuesto no me dice más que un, digamos 15% de la conversación. Lo cual me vuelve irascible porque no se de que se habla, ni las barbaridades que puede estar diciendo...
He intentado insinuar a los jefes del pollo frito que no era una persona de lo más adecuado para este trabajo. Pero no me han escuchado.
La Gran Duquesa les había traido regalitos a todos.
Yo creo que alguien me quiere mal, el mes que viene me quieren volver a mandar de viaje con ella....

lunes, 11 de marzo de 2013

Historias del noroeste, 2


-Y cómo bailaba tango…

 

Me lo repetía y yo no acababa de asimilar la imagen que tenía de él con la del bailarín de tango del que hablaba ella. Con, todavía, un resto de lujuria en la voz.

Ella, Adela, andaba por los 70. El cáncer, sin tratar, la tenía cerca de la muerte. El, Tello, había muerto 10 años atrás. Y desde entonces ella esperaba la muerte. Deseaba la muerte. Para reunirse con él. Y ahí, mientras moribundia, había ido yo a verla, para despedirme, y para que volviera a contarme su historia.

Adela le conoció en las fiestas de los pueblos. En el norte profundo, las fiestas de los pueblos eran allá por los años 60 el único sitio donde los jóvenes podían conocerse. Y bailaban. Tello era un gran bailarín de tango.

Los dos eran de la misma zona, ella era joven y el también. Y bailaron tango, uno tras otro, de fiesta en fiesta, de pueblo en pueblo.

Y ella se quedo embarazada.

Aquello en aquella época era una maldición, una condena social. El se desentendió de aquel “problema”. Ella cargo sola con todo.

A los pocos años volvieron a coincidir, en otra fiesta. El volvió a sacarla a bailar. Y se repitió la historia…

Cuando ella se vio embarazada por segunda vez, decidió poner remedio. Así que tomo a Tello del brazo y lo llevo a la ermita del santo del lugar.

-“Aquí mismo delante del Santo, te juro que si te casas conmigo, nunca te faltara de nada. Y nunca tendrás que trabajar. Yo me ocuparé de todo.”

 

Entonces Tello, claro, ante semejante oferta se casó. Reconoció a sus hijos y accedió al matrimonio.

Adela fue una mujer de palabra. Llevaba la casa, las tierras, el ganado. Montó una pequeña tienda. La tienda hacía de bar. Ella era la encargada de atender a los partos, de mujeres o de vacas, ponía inyecciones, a personas y animales, coordinaba las tareas de la comunidad. Y si hacía falta también hacia maleficios y conjuros varios.

El no hacía nada.

La gente de la zona hablaba y murmuraba. Pero ellos siguieron su vida, ella sin parar de trabajar y él mirando todo con chulería, desde un velo acuoso que el alcohol le iba poniendo en la mirada.

Recuerdo cuando yo era pequeño, me mandaban a la tienda a comprar: tres botellas de vino, una caja de galletas y un bote de colacao. Yo iba y en la barra estaba acomodado Tello, que empezaba a echar tripa y tenía los colores propios de los que privan en exceso…

-“Buenas tardes Tello, ¿cómo está?, me mandan a por tres botellas de vino, una caja de galletas, un bote de colacao y un paquete de Super46”. (El paquete de Super 46 era, Winston de contrabando, que yo compraba como si fuera para casa pero luego trapicheaba con los mayores de la pandilla que querían fumar y no podían comprar. Inconvenientes de que todo el pueblo se conociera)

Y Tello estaba de pie, al lado de todas las mercancías, que tenía que moverse medio metro para coger todo. Y aún así, levantaba la voz y gritaba:

-“¡Adelaaaa!”.

Y a los diez minutos aparecía Adela, secándose las manos si venía de ordeñar, o de escardar patatas o de lo que fuera. Ella se encargaba de ponerte todo y cobrarte.

Y aún al pasar le había dado un beso a su marido.

Su marido al que tu habías estado mirando diez minutos pensando en que qué tendría ese cabrón para estar con ella. Que le vería ella, para soportar a ese parásito.

Tello dedicaba su vida a la pesca, a andar por el monte, a beber, incluso hubo una época en que se dedico a la política y llegó a ser un procer local, pero incluso eso le parecía demasiado trabajo.  Sólo podía dedicarse a divertirse. Mientras ella cuidaba la hacienda, la familia, el negocio, incluso la familia política que pasaba temporadas con ellos. Y sacaba tiempo para todo. Y dinero para darle a su marido, y para pagar la carrera a los hijos.

Poco a poco, la cirrosis, como no podía ser de otra forma, empezó a destrozar a Tello, el alcoholismo hizo mella en su cuerpo. Estuvo muy mal, al borde de la muerte esperando un trasplante que nunca llegó. Ella lo velaba y lo cuidaba. Anegada en una pena inconsolable.

Y cuando murió, ella empezó a decaer. Hasta entonces se había conservado casi como de joven. Recuerdo que cuando me enteré de su edad me quedé alucinado. Le echaba decenas menos…

Ya nada pudo consolarla luego. No admitió que nadie le dijera nada, que nadie intentara abrirle los ojos. Ella seguía recordando al bailarín de tango que la enamoró. Y cuando me conto su historia, semanas antes de morir, no había reproche en su voz. No le importaba lo que dijeran.

Yo no le dije nada. Porque yo no soy quién para juzgar nada.

Pero espero que estén juntos, y bailen tango.

miércoles, 27 de febrero de 2013

El perfume del amo del universo

El otro día hablaba ECDC de colonias y recordé una historieta que no os he contado aquí.
Estaba yo en el reino Saudí, visitando a tipos de esos con turbante y gemelos, con cara de satisfechos de su vida. Tres o cuatro mujeres y millones. Amos del mundo
Iban maqueaos a modo. Con el turbante de gala, chilabas con gemelacos de oro...toda la parafernalia. Con el primero me corté, con el segundo también, pero al tercero ya no me corte:
-"¿Te puedo hacer una pregunta personal?"
Se sorprendió y afirmó con la cabeza con un gesto, expectante.
-"¿Oye, que colonia llevais que oleis todos genial?"
Se echo a reir, me explicó que como el alcohol está prohibido (a veces incluso te retiran la colonia en la aduana, no te vayas a hacer cubatas con Kouros), maceran especias y similares en aceite en las casas. Y ese es el perfume que usan.
-"¿Y yo no puedo tener uno de esos?"
Al tío le caí en gracia y me dió una dirección.
Cuando llegue y entré, la intensidad del perfume me abofeteó en la cara.
No soy muy dado a sutilezas, así que empecé a explicarle al tío (que sólo hablaba árabe) que quería un perfume de esos intensos. Se empezo a enrrollar sacándome muestras de perfumes ligeros y frescos. Y le aclaré, que no coño, que yo quiero de los que marean.
El alquimista se dió por vencido, saco una muestra mareante. Este, le dije, este quiero. Se metió en la rebotica y se puso a prepararmelo. Salió en un cuarto de hora con un botecito pequeño, precintado, con adornos metálicos y en una funda de cuero. Total 20 euros. Un chollo.
Me advirtió: "dos gotas duran tres dias", pero debió de ver que no me lo creía mucho, o que le daba la razón del tonto. Y entonces me pidió que me quitara las gafas. Cuando lo hice, con un pulverizador, me roció con el resto que había quedado en el recipiente donde lo había fabricado. Y masculló algo así como "para que aprendas...".
Salí del sitio contentísimo, y oliendome muy bien. A mi. La gente se apartaba ligeramente a mi paso...Cuando subí al taxi, me di cuenta que a los dos minutos el taxi olía como para marear. Y el taxista me miraba, lo mismo pasó en el hotel...al día siguiente en el avión (con ducha en medio, que yo soy muy limpio) seguía oliendo. Y juro que el botecito de marras ni lo había abierto...
Al llegar a casa, 12 horas después, La Parienta me preguntó "¿que colonia llevas que marea?", le conté la historieta y miró el bote con reparos.
A los dos o tres dias, decidí volver a probarlo. Pero no me puse dos gotas, se me fué la mano y me puse cuatro. Porque cuando te lo pones no huele casi nada, pero luego va cogiendo fuerza. Incluso si te acaloras empieza a emanar de tí. La Parienta me prohibió volver a usarlo, y la peña me preguntaba que si se me había caido un muestrario de perfume encima.
Y el caso es que a mi ese perfume me gusta. Pero ahí está, arrinconado con la botella de litro de Varon Dandy, que tampoco me dejan usar. A veces cuando me voy de viaje me lo pongo.
Y casi siempre me dejan vacio el asiento de al lado en el avión.
 


miércoles, 13 de febrero de 2013

Soy el Yeti

Si. Yo. El abominable hombre de las nieves.
El año pasado, en Irak, me toco una nevada cojonuda en una zona donde al chofer, que me tenía que llevar 300 Km por en medio de la nieve, al preguntarle si tenía cadenas, le tuve que explicar lo que eran. Así que muy acostumbrados no estaban. Lo pasamos regular, al chofer le pareció que las cadenas debían ser un gran invento.
Pero luego, el invierno pasado, el aeropuerto de Estambul tuvo que cerrar por nieve. ¿Sabeis quién iba en el último avión que aterrizó?. El menda. Y aterrizo al segundo intento...calcular que diver...
Vale, que un invierno malo te puede tocar... si, si...
Este año me levante un día de Diciembre y la de recepciónd del hotel en la zona este de Rumania, al pedirle la cuenta, me comenta "¿no querría quedarse un día más?" señalando la puerta...Un metro de nieve había caido esa noche. Descubri luego que la frase "las carreteras ya están limpias y abiertas", contra lo que puede parecer, es interpretable.
Y en Minnesota hace un mes, nevada. Y baje todo el medio oeste conduciendo con tracción trasera y cambio automático sobre la nieve...mmm...
Pero es que la semana pasada en Irlanda toco una nevada de la puñeta. ¿Cuanto hacía que no nevaba en Belfast?. Desde el Titanic o así...
Pero es que después de la verde Erin, me vengo a la blanca Albion...¡¡¡y esta blanca de nieve!!!. Coño ya, toda la zona de Robin Hood, y York y Leicester...todo nevado.
Y yo ahí conduciendo, por la derecha y con nieve...
Si me mandaran al Sahara nevaba seguro. Me voy a alquilar como remedio frente a la sequía.
Por cierto, doy clases sobre como conducir con nieve. Barato.