jueves, 24 de septiembre de 2009

El animal que peor vive en el mundo

Una conversación recurrente entre los veterinarios (aunque lo seamos de lejos) es sobre la calidad de vida de los animales. Estamos de acuerdo en que quien mejor vive es el semental de vacas de carne. El plan apetece: buenos pastos, buena suplementación nutricional, terreno para pasear y cada primavera 50 a 70 vacas para ti solito. Así de diez a catorce años y luego una muerte rápida y sin dolor…
Pero es difícil decidir quién vive peor. Superada la estúpida frase de “vida de perros”, porque hay perros que viven mejor que muchos humanos, los dos candidatos a peor vida animal son los machos de recelar. Se usan en caballos y en ganado porcino.
1.-El macho recela en ganado porcino: Las cerdas están situadas en zonas individuales, todas en línea, les han quitado los lechones y se espera que entren en celo para inseminarlas. Para detectar bien el celo, después de mucha investigación, se decidió que lo mejor era usar un macho. Así que dos o tres veces al día se pasa por allí un macho, la cerda que está en celo se pone cachonda perdida y entonces…entonces el operario procede a inseminarla. El macho vuelve a su cuadra babeando y así un día y otro…La inseminación es artificial siempre y el semen se suele comprar en centros especializados. Así que el pobre bicho tiene una vida bastante dura…
2.-El macho recela en los équidos: El ejército español sigue siendo quien tiene el mayor catálogo de sementales de España. Cualquier particular que tenga una yegua, la puede llevar al centro del ejército correspondiente para que (pagando, aquí pagan ellas) se la cubra (se la folle y la preñe) el semental que prefiera: PSI, español, percheron, árabe…pero claro, se presume que la yegua está en celo ¿y si no lo está?. Si no lo está, el semental se va a llevar una coz en los huevos que lo va a dejar fino para un par de meses o más. Total que para detectar bien el celo se saca a un macho recela. Suele ser un caballo que no dio la talla para semental. Así que lo acercan a la yegua…si esta no está en celo (o sea no está receptiva para la copula) se lleva una coz en todos los morros. Si sí que lo está, se pone el animal todo cachondo, tiene una erección, se sube sobre la yegua y si esta no lo cocea…tiran de él para atrás, y ahora sí, ahora sacan al semental señorito, que como vale un pastizal no está para recibir coces…
Estos son los dos animales que seguramente viven peor…claro que en la última comida que tuvimos esta discusión, A.G. dijo: “es una pasada, todo el día intentándolo sin lograr nada, viven como si estuvieran casados…”.
La verdad es que nos amargó la copa.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sobreviviendo

Trabajo en un sector mayoritariamente masculino. Además, somos pocos los que nos dedicamos a esto y nos conocemos casi todos. Vamos cambiando de empresa pero siempre somos los mismos. De vez en cuando entra alguien nuevo al que le hacemos la vida imposible un par de años, si aguanta, se hace un hueco y pasa a formar parte del grupo, le empezamos a invitar a nuestras comidas y cenas e incluso compartimos información con él.
En este ambiente tan amigable cayó Lola una mañana de lunes. Lola era una tía resuelta, haber criado a un hijo en soledad da cierta patina y te pone de vuelta de muchas cosas. Lola no tenía la formación necesaria pero a base de trabajo y redaños se hizo un hueco. Importante el hueco. Nunca llego a encajar con nosotros, era más lista, más trabajadora y más agresiva que cualquiera de nosotros. Conmigo y con algún otro trabó cierta amistad. Poca porque pasaba mucho de nuestro rollo de machos alfa reyes del universo.
El caso es que cuando llevaba un tiempo, mi empresa la fichó. A mí no me sentó muy bien, era mucho el curro que yo había hecho para ganarme mi posición. Un día me senté a hablar con ella (yo era su jefe, al menos en teoría)
-Lola curras mucho y bien ¿hasta dónde quieres llegar?
-A tu puesto Gonzalo, quiero llegar a tu puesto.
Lo dijo sin pestañear y a mí me provoco un escalofrío en la espalda. La veía muy capaz de moverme la silla. El jefe de aquella época, era P. Un imbécil de tamaño regular. P. tenía enquistado un conflicto con un cliente desde hacía meses, no avanzaba y le quitaba el sueño. Fui a verle:
-Hola P. estoy pensando que podría resolver ese conflicto que tanto te preocupa
-Hazlo Gonzalo y pide lo que quieras, te juro que si lo arreglas. ..
-Si lo arreglo echas a Lola
-¿Qué dices?, si curra de puta madre
-Si, pero he hablado con ella, sobre la ambición y tal, y me ha dicho que no parará hasta llegar a tu puesto…
Noté que le cambiaba la cara. Me dio carta blanca. Resolví el tema con más suerte que pericia.
El cumplió su palabra, “ascendió” a Lola de forma que la trasladaron a la otra punta del mapa. Fui el primero en llamarla para felicitarla:
-Dejas aquí un montón de amigos Lola
-Y enemigos, Gonzalo, también dejo enemigos….
No fue maldad, fue sólo miedo y la selección natural. Sólo sobreviven los más fuertes y tal. No me siento orgulloso de aquello pero tampoco culpable. Es la ley de la selva, yo tengo que luchar por mi hipoteca, mi patrimonio…la mierda de vida capitalista que llevamos, en resumen.
Lo que me sorprende es que Lola no me odia. Incluso me llama de vez en cuando.