martes, 9 de septiembre de 2014

Vida de exiliado

Trabajar para el rey de las sartenes incluye lo de venir una semana al mes a un lugar de La Mancha (ULM). No sólo yo, somos tres los que estamos exiliados durante un tiempo. Los otro son un extranjero y otro español. El español viene todas las semanas dos o tres días, el extranjero cuando le peta y yo una semana al mes.
El reino de las sartenes pretende ser hospitalario. Así la primera vez que vine me llevaron al alojamiento de lujo. Dicho alojamiento es un cortijo que se hizo un famoso ladrillero para escaparse con sus queridas. Cuando lo del ladrillo se fue al garete, alguien transformo el sitio en un alojamiento de lujo de turismo rural. Si algo en ULM puede ser más rural que ULM. Así que allí me mandaron la primera vez.
El cortijo es alucinante, con unas habitaciones señoriales que dan a un patio interior. Y donde no hay nadie. Y sin internet.
Ahora, poneros en un sitio en mitad de un páramo, a las seis de la tarde al salir de currar. Sin nada que hacer. Lees, ves la tele, te das un baño en la piscina. Te aburres. Y así toda la semana. Puedes dar paseos y ver como saltan a tus pasos los conejos y los jabalíes. Y el segundo día estas aborrecido. Estas tan sólo que la camarera del desayuno te pregunta:
- "¿Qué quiere cenar hoy?"
-No se, ¿qué hay?
-Lo que quiera, esta usted sólo
Así que te sirve la cena a las nueve, para que comas como si no fueras a comer en los próximos cinco años y luego se va. Y te quedas sólo en un cortijo en mitad del páramo hasta que te vienen a buscar a las ocho menos cuarto del día siguiente.
Cuando la vida bucólica te harta y que te despierten los pajarillos deja de tener su encanto, o sea a los dos días, empiezas a pensar en alternativas.
Lo comente con un compañero, J, en plan bien, diciendo que muy bonito y tal pero si hubiera internet...se descojono y me auxilió contándome que en su pueblo (a 15 min. de ULM) había un hotel bastante digno, con internet y...vida. Es un pueblo de unos 10000 habitantes. O sea que hay bares y creo que hasta cine. Se ofreció a llevarme y traerme cuando estuviera él en la oficina (porque también viaja)
Discretamente pedí el cambio de alojamiento para mis viajes, en plan así me recoge J y nadie tiene que venir a buscarme.
La hospitalidad manchega estuvo a punto de costarle un soponcio a la de personal, que no entendía bien como se me ocurría irme de un sitio tan manchego a poco menos que una capital...pero lo aceptaron.
Y ahora me alojo en un sitio decente, cuando está mi compi. Tampoco hago mucho más que en el cortijo, leo mucho, veo pelis en el ordenador, pero se que si quiero puedo salir a un bar, a cenar (no ceno, tengo que perder un montón de kilos post-verano) e incluso un par de veces o tres me he ido a tomar una caña con J. En el reino del pollo frito, jamás se tomaban cañas con los compañeros. Aquí no sólo eso, también tomamos café y celebramos los cumpleaños.
Con las comidas he tenido que ceder, la empresa paga la comida de los "ejecutivos", hay dos sitios para elegir, me toca acompañar a J a uno que tiene unas raciones descomunales. Creo que el otro está mejor, pero la gente de mi nivel en la empresa lo ha abandonado por ser demasiado elitista...No se muy bien lo que es pero me suena mejor que los atracones del que frecuento. Habrá que ver como consigo cambiarme sin quedar de pijo, que en ULM es un pecado muy grave.
Los otros dos exiliados hacen vida similar a la mía. Ellos comen en el sitio "fino" y se alojaban en el cortijo. El extranjero cuando descubrió mi hotel, se cambio sin dudarlo. El otro no, pero porque el viene en coche, no en tren, y me consta que alguna noche se escapa a Madrid de farra...
Tenía así medio resuelta una vida de exiliado decente. Pero hoy, el rey de las sartenes en persona se ha sentado en mi despacho y después de comentar varios asuntos menores me dice:
-Oye, se que ya no vas al cortijo, vas a un hotel donde J
-Si, bueno, eh....es más cómodo para todos, ya tengo el chofer que me tiene que venir a buscar y a llevar a la estación, así no tienen que preocuparse de recogerme todos los días y...
Me interrumpe:
-No si te entiendo. Quieres internet.
-Bueno si, para poder ver porn... digo aprovechar para hablar por Skype y hacer alguna cosa que queda colgada...
-No te preocupes, en un par de meses o tres lo tienes resuelto.
-¿Ah si?
-Si. Estoy acabando una casa de turismo rural. Pero en plan bien. De lujo. Y he ordenado que pongan internet en las habitaciones. Así que en dos o tres mese podrás estar en mitad del campo, que la estoy haciendo en un sitio precioso, aislado completamente. Pero tendrás internet. Estarás fenomenal.
Oh, que alegría...