miércoles, 2 de abril de 2014

Educando


Nunca he metido la pata en la organización de un viaje. Al principio porque lo haces con mucho cuidado. Luego porque creas una rutina que respetas y te permite hacer las cosas bien.

Pero no todo el mundo es igual. En el reino del pollo frito han contratado a un par de fichajes presuntamente buenos. Una es la sustituta de la Gran Duquesa. Pero esta la han robado de la competencia y es muy joven y presuntamente muy experta y bien contactada.

En su curro anterior, tenía contacto con algún cliente de África, de la zona que llevo yo. Así que organiza un viaje para verlos y presentármelos. Con todo lo experta que es, no debe haber ido allí en su puta vida. De hecho no sabía que le hacía falta visado (a mi no, pero es que ella es de un país de la antigua URSS), y no le dejan embarcar en el avión sin él.

Yo me descojono, por lo bajinis, y damos marcha atrás justo desde el aeropuerto. Aplazamos el viaje.

En ese momento, después de avisar a La Parienta de que me vuelvo a casa, me llega un whatsapp de mi hijo.

“Se me han borrado los contactos de la tarjeta del móvil”.

Mi hijo está en plena preadolescencia, una edad en la que ya no te apoya incondicionalmente, ni te respeta tanto, pero que a cambio te permite ciertas licencias en el trato. Por ejemplo explicarle los ángulos con la contundente frase “la bisectriz es la polla”. Medito y pienso que ya tiene edad para tomarle el pelo así que le contesto:

“Vale, no toques nada, voy a anular el viaje y vuelvo a ver que pasa”

“K dices???????”

“ Que si, que voy a casa a ver que pasa con tu móvil

Pero papá, K S una Xorrada, k lo podre arreglar!!!!”

Respiro hondo y lanzo el órdago:

Hijo, tu eres más importante que mi trabajo. Si tu tienes un problema, yo dejo el viaje y voy a ver qué te pasa”

Pasan dos minutos, me imagino a mi hijo agobiado, intentando hablar con su madre, sudando…

Al cabo de tres minutos más, me llega el mensaje:

Papa, capulloooooooooo

A ver si espabila….