lunes, 25 de marzo de 2013

Viajar vale, pero esto no

En donde el pollo frito han decidido que yo valgo mucho. Y por tanto puedo extender mis dominios por todo el orbe cual Felipe II. Para ello, dado que me he resistido como gato panza arriba a que me endilguen más curro, han pensado que poniendome una traductora, puedo ir a un montón de paises que acaban en -an.
Reconozco que cuando dijeron lo de la traductora mi imaginación voló y me trajo la imagen de una eslava alucinante y complaciente. Ja.
De repente me presentaron a mi futura compañera de viajes. La Gran Duquesa Anastasia.
La Gran Duquesa es la mujer de un piloto. Una aborigen de tierras raras que se casó y acabó viviendo a pocos kilometros de Vetusta. Pero no ha sido una mujer de piloto como Mara. No. Ha sido una mujer de piloto dedicada a hacer cupcakes y a cuidar las plantas del jardin. Y de repente decidió que iba a dar un vuelco a su vida e iba a trabajar. Vino donde el pollo frito y como aquí aprovechamos todo...
Así que me la presentan. Tiene la cara "rara", de un sitio indefinido en Asia central. Pero además la Gran Duquesa Anastasia debe hacer cuatro o cinco años que no come. Es un absoluto saco de huesos.
Sin tiempo de nada me embarcaron en un viaje recien llegado de otro. Al fin del mundo con la Gran Duquesa. No se si iba más cabreado por el continuo trajin de viajes que llevo ultimamente o por la suficiencia de la Gran Duquesa que decía muy senria: "Tranquilo yo me he encargado de todo..."
Eso no presagiaba nada bueno.
El viaje empieza en la estación de AVE de Vetusta, de ahí llegabamos a Atocha, cercanias a Barajas, vuelo a Moscú, transbordo...
Llego el tren y me subí. Miro alrededor y la Gran Duquesa no esta. Me vuelvo y esta abajo. El bolso en el codo y en la otra mano un maletin rosa con el ordenador. A su lado un maleton imponente para tres dias...Me mira con ojos de Candy-Candy..."¿pero, no me vas a subir la maleta?"...Vi lo que se me venía encima...valoré darle una patada voladora desde lo alto del tren y que me buscaran en Chiquitistan... Pero imperó la cordura, suspiré, me di la vuelta y me fui a mi asiento.
No se quién le subió la maleta. Podeis imaginar el resto del viaje. La Gran Duquesa viaja como si fuera de vacaciones a ver a unos parientes, sonrie, da caramelos a los niños, charla con todo el que se pone a tiro contandole que ahora está trabajando...Estuve en un tris de matarla un millón de veces.
Un día a las 7 de la tarde llama alborotada a mi habitación, está llorando. "He hecho algo fatal y me van a echar de lo del pollo frito. Ya me han anulado el teléfono" me dijo. Tuve que enseñarle a bloquear y desbloquear la Blackberry...
En medio de una cena en un restaurante de Chiquitistan se levanta y se va a echarle una bronca del 20 a voz en grito a la camarera porque le ha traido el zumo servido y no ha visto ella como se lo servian...
-"Escucha Gran Duquesa"
-"¿Qué?"
-"Gracias a esa bronca, vas a conseguir que la camarera escupa en todos los platos antes de servirnoslos. A mi me da igual, pero a ti con lo fina que eres igual te jode..."
Me miró alucinada. Por supuesto no probo la comida.
Estamos en el hotel, negociando con un cliente, cuando este decide que nos invita a cenar. La Gran Duquesa pide que le disculpemos 5 minutos...A la media hora larga aparece con un vestido de fiesta, zapatos con tacón de 10 cm y ¡un abrigo de visón! ¡se trae un visón en la maleta para currar!.
La cena con el cliente fue compleja. Cada vez que yo preguntaba algo del pais, para que la Gran Duquesa lo tradujera, me respondía ella con tonillo de superioridad. Al final le dije:
-"Oye Gran Duquesa, a ver si te enteras. Si yo le pregunto a este tipo a que edad se casa la gente aquí o cuanto cuesta ir al médico, no es para saberlo. Me importa una mierda de hecho. Pero se trata de que este tio nos elija a nosotros y no a la competencia, para eso es bueno intentar hacerse su amigo y hacerle agradable la cena ¿lo entiendes?"
En ese momento me miró como si le hubiera revelado el misterio de la Santisima Trinidad "Ahhhh". Fue feliz.
Sus traducciones son un punto subrrealista, depende de lo que le apetezca o lo cansada que este. Y por supuesto no me dice más que un, digamos 15% de la conversación. Lo cual me vuelve irascible porque no se de que se habla, ni las barbaridades que puede estar diciendo...
He intentado insinuar a los jefes del pollo frito que no era una persona de lo más adecuado para este trabajo. Pero no me han escuchado.
La Gran Duquesa les había traido regalitos a todos.
Yo creo que alguien me quiere mal, el mes que viene me quieren volver a mandar de viaje con ella....