martes, 2 de febrero de 2010

Aquellos maravillosos años, 2ª parte

Pues aquí estoy, retado por El Chico de la Consuelo (EDC en adelante) para explicar cómo nació aquella servilleta de bar que tanta sabiduría acumula.
Éramos amigos desde nuestra más tierna infancia. Pero no voy a contaros nuestra vida…eso otro día. Lo que voy a contaros es un aspecto de la misma sobre la que éramos (y somos) extremadamente discretos. “Ese” aspecto. Sobre todo EDC. Él no nos contaba nunca nada. A finales de verano íbamos a su casa a celebrar su cumpleaños, comíamos unas tartas espectaculares y bebíamos champan helado. De repente nos dejaba un taco de fotos sobre la mesa, como sin querer, “son las fotos del verano” decía. Una foto haciendo windsurf, y otra, otra más…y de repente una foto con una amiga. En “top-less”. Ojo, teníamos quince años y el cabrón de él tenía amigas que hacían “top-less” y que se hacían fotos en “top-less”. Temblaba nuestra educación de moral estricta y le preguntábamos. Pero EDC no soltaba prenda “una amiga…no tengo nada que comentar” decía…
Tenemos un amigo común que entonces era muy popular, ibas a su casa sin padres alguna noche y cenabas, jugabas una partida de Risk, charlabas con gente, bebías y al salir preguntabas “¿has visto a fulanito (nuestro amigo)?” pues no. Salíamos de allí sin haberle visto. Un día nos invitó a una fiesta en un pub. Yo no conocía a sus amigos (sólo a EDC) y no tenía ningún interés en ellos. Fui todo el camino diciéndole “EDC tío no me dejes colgado que no conozco a nadie y es un marrón”. Me juro que él nunca lo haría y su amistad eterna. Llegamos y pedí dos cervezas, cuando me volví a darle la suya estaba muy ocupado en que una chica no hablara. Para ello había juntado sus labios a los de ella y le bloqueaba la lengua con la suya. Me bebí su cerveza, la mía y un montón más…Luego le preguntabas y decía “una amiga…no tengo nada que comentar”. Que cabrón.
Otra vez se enamoró de él una moza en diez segundos…Era bailarina de un local turbio y nos la presentaron en el bar de nuestras tardes adolescentes. A los cinco segundos de conocerla paso a la parte más carnal del asunto…”Una amiga…no tengo nada que comentar”.
O la vez aquella que se pego un año pidiendo que le llevara a las fiestas orgiásticas de mi facultad…Vale, le dije, pero no me dejes tirado porque no me va andar por ahí sólo y yo de las farras estas estoy harto…Me juro que él nunca lo haría ¿os suena?, pues sí, a los cinco minutos de entrar descubrió a una compañera de clase de alemán (porque EDC estudiaba alemán entre otras cosas) y allá que se fue…”Una amiga…etc.”.
Así que un día nos hartamos, que se explique coño, que nos diga la verdad…y nació, en una servilleta de bar una tabla aclaratoria para que nos explicara cuál era la realidad de su relación con las mujeres. Esa servilleta que él conserva la va a publicar en su blog.
Próximamente.
Querido EDC: Ya tienes tu momento publicitario en mi super-blog. Como no publiques el documento citado, voy a contar historietas tuyas para llenar 46 entradas. Avisado quedas y me debes un almuerzo