martes, 19 de abril de 2011

Somos o no somos

En las conversaciones que voy teniendo con la gente por el mundo adelante, hay varios temas que son recurrentes. Más aún cuando te toca hablar con gente con la que no tienes confianza. Hablar de los usos y costumbres los diferentes países es un tópico que facilita romper el hielo en las relaciones internacionales.

Cuando me toca hablar de España, de nuestras costumbres, siempre me encuentro en el mismo punto de no saber que decir. Es cuando te preguntan “porque en España sois católicos ¿no?”. Pues no se, a ver como te lo explico.

Porque si que es verdad que aquí tu preguntas a la gente en la calle y todo el mundo o casi todo el mundo se confiesa católico. Y sin ponerse colorado ni nada. Pero luego aquí no hay ni un solo católico. O muy pocos vamos.

Son católicos, o dicen serlo, toda esa cuadrilla de súper devotos de la Virgen de no se dónde, o cofrades de la Cofradía de tal o de la Hermandad de lo que sea. Y van a la romería o a la procesión o a hacer el Belén viviente y lloran y se emocionan y se les ponen los pelos de punta y gritan de emoción.

Pero luego no pisan la Iglesia en todo el año. Pero dicen que son católicos.

Y además, si me apuras, tienen trabajando a tres tíos sin contrato, uno de ellos inmigrante sin papeles. Y aprovechando el tema, les hacen echar alguna horita más de las 40 semanales. Y les pagan en B. Pero dicen que son católicos.

Comen carne sin problema en los viernes de cuaresma, y dicen que no son ateos ni agnósticos. No. Son católicos, aunque no pisan una iglesia, ni se confiesan nunca ni comulgan siquiera en Pascua de Resurrección. Que además tampoco saben que es preceptivo.

Son muy devotos de la Virgen, la Romería y la Hermandad, y cuando llega su fiesta pasan a comulgar anegados en lágrimas, del brazo de su mujer que también comulga y lleva puesto un DIU.

Y es que hay una distorsión tan grande entre la Iglesia y la sociedad, que estamos al borde de rozar el ridículo. Una Iglesia que en vez de poner orden y aclarar cosas se ocupa cada vez más de los actos meramente formales. Faustos y ceremonias que es lo que viste. Una Iglesia que bautiza a toda leche los niños que pasado mañana tienen que hacer la primera comunión, sin querer darse cuenta de que si los padres no han querido bautizarlos, pues seguramente es mejor que tampoco hagan la comunión, porque parece que no les importa mucho.

Unos niños que hoy hacen la primera comunión, la segunda el día de su confirmación (si la hubiere) y la tercera el día de su boda. Pero eso si, si les preguntan dirán que son católicos. Y el cura les administrará el sacramento correspondiente sin sonrojarse ni saber por qué la sociedad cada día está más lejos de ellos. O sabiéndolo pero sin que le importe.

Total que así nos va. Que a la peña le da vergüenza decir que no es católica, que la Iglesia participa de lo que le van dejando y así la religión en España se transforma en una realidad absurda.

Y es jodido explicar eso.