martes, 24 de agosto de 2010

Lo que no se haga por un hijo...

Lugar: Piscina municipal de pueblo pirenaico.
Actores: Mi hijo, yo y jóvenes aborígenes.
Inicio del acto:
Mi hijo contempla jóvenes aborígenes que se tiran al agua dando un salto mortal.
Diálogo:
-Papá ¿eso es difícil?
-No, está tirado-Miento con toda la barba porque no lo he hecho en mi vida.
-¿Me puedes enseñar?
-Por supuesto, igual que tirarte de cabeza pero levanta más los pies y date más impulso.
Mi hijo procede y hace un mortal casi completo. Cae al agua sobre la espalda. Es feliz
-¡Genial! ¡ahora tu papá!
-¿Qué?
-Déjame verte, para aprender bien...
Intento detectar si me está retando o sólo es curiosidad...no lo se. Pero soy un hombre. Así que me pongo de pie. Tomo aire, cierro los ojos y salto. Sorprendentemente doy la voltereta casi completa y caigo con muchísima dignidad.
- Así, le digo, dándote más impulso.
Y me voy con toda la chulería del mundo, y sin dar saltos de alegría, pese a que he dado mi primer salto mortal.