jueves, 23 de julio de 2009

Vacaciones

Existe un lugar en Galicia donde no llegan los turistas, no se ve la tele y el aire no huele a nada. Hace frio incluso en agosto.
Existe un lugar en Galicia en el que hay unas tierras que mi familia habita desde hace trescientos años y seguramente antes también. Allí naci y allí me espera una tumba desde antes incluso de nacer. Para bien o para mal estoy unido a ese lugar.
Existe un lugar en Galicia en el que hay una casa dónde la vida se rige por códigos y normas seculares que definen desde cómo te vistes hasta en que habitación duermes. De los que la han conocido, hay a quien le espanta y a quien le parece maravilloso. Para bien o para mal es así.
Existe un lugar en Galicia en el que hay una casa dónde el jardín es un bosque y los niños juegan con perros, apedrean culebras, pescan truchas y viven libres. No hay que vigilarles porque todo el entorno les vigila. Allí mis hijos vuelven a casa al anochecer, llenos de rasguños, moratones y suciedad y con los ojos irradiando alegría y sueño. Mientras los baño y les doy la cena, me cuentan las mismas aventuras que yo viví de pequeño y se me hace un nudo en la garganta cuando pienso que ellos no nacieron allí, que nunca estarán tan unidos a esa casa y que seguramente serán los últimos niños que la conocerán.
Existe un lugar en Galicia donde nunca se cierra la puerta de la casa y dónde doy paseos charlando con el nieto del que daba paseos y charlaba con mi abuelo.
Existe un lugar en Galicia donde me identifico con mis antepasados y con mis familiares. Allí, antes o después, nos encontramos todos. Siempre que voy, algún día, lo dedico a recordar tiempos pasados y personas que ya no están. Y casi siempre lloro pensando en cómo todo aquello se va extinguiendo.
El lunes me iré otra vez, otro año, allí.
Hasta la vuelta feliz verano a todos.

martes, 21 de julio de 2009

El problema es la leche

En defensa de la salud pública se prohibió la venta de leche de la granja al consumidor. Es verdad que no era muy higiénico, pero se debía de haber dado alternativas al ganadero. Como al ganadero no se le dieron alternativas y se le bloqueo la posibilidad de venta, se planteo el problema ¿Qué hago con la leche?.
Por “suerte” siempre hay un desaprensivo preparado para joder la marrana en cuanto esta se descuida. Así que un listo, decidió que si recogía la leche y la hervía…podía almacenarla y luego distribuirla…
Porque esta es la madre del cordero. Llevar un litro de leche fresca con garantía sanitaria a la casa de cada uno es carísimo. Vale lo mismo o más que el litro de leche. Pero si la hierves (o la pasterizas o la uperizas o lo que quieras llamarle), pasa a ser un artículo tan fácil de manejar como un refresco. O más fácil incluso. Pusieron en marcha las centrales lecheras y arrasaron el mercado. Lo primero fue invadir todo con publicidad de lo mala que era la leche si no la comprabas en Tetra-Brik. Se creó el envase exclusivamente para este producto. Se cargaron el mercado de la leche fresca.
Así consiguieron que en todas las casas se tomara un engrudo recocido bajo el nombre de leche. Sin sabor a leche y sin nata.
No contaron nada de los tanques de almacenamiento, ni de la presión sobre la composición en proteína (no sobre la calidad) ni de cómo los sobrantes iban a las queserías y ellos no perdían, ni de cómo reconstituían leche con lactosuero
Se creó un mercado absurdo de un producto a su medida. Es curioso que todas las centrales lecheras tenían los mismos requisitos para le leche que entraba. Nadie pedía la leche con más grasa, ni con menos proteína…todos lo mismo. Era el mismo engrudo en todas las cajas…¿y para hacerla más barata?, pues bien, cuando vieron que había que vender leche más barata se dieron cuenta de que si ponían el mismo producto, dejarían de venderla cara así que…¡LO ESTROPEARON!. Pues sí, pasaban la leche por quemadores para “caramelizarla” lo justo para que supiera un poco a “cocinado” y de esta forma era peor que la más cara. Seguían teniendo margen.
El pobre ganadero intento reaccionar pero era tarde, cuando crearon cooperativas y compraron centrales, la lucha ya estaba en un producto que no era el que producían las granjas, era el que habían diseñado en despachos…Los pocos intentos de recuperar el producto inicial de calidad se murieron al nacer. Las centrales controlaban el precio y lo ponían justo en el límite del precio que necesitaban para tener rentabilidad
A partir de ahí se organizo la fiesta. Ahora metemos la leche a mantequilla, ahora hacemos leche en polvo, almacenamos y si sube la reconstituimos…La administración como siempre dejaba hacer. ¡Eran tan buenos esos chicos que vigilaban la salud de la población!.
Luego se han dedicado a jugar: firmaban contratos a futuro con precios alto para que la gente se lanzara a producir, recortaban producción en marcas caras y contrataban con las baratas… Cuando subía la leche, hacían campañas para desprestigiarla e importaban la de soja, desviaban el mercado a los elaborados donde multiplicaban el beneficio…
Poco a poco fueron hundiendo el sector de la ganadería de leche. Hoy está ya herido de muerte. No podremos recuperarlo, ya no hay infraestructuras ni ganas. Vamos a estar el resto de nuestra vida a merced de lo que las cuatro centrales lácteas decidan hacer con lo que era un producto básico en la nutrición humana. Con el palmeo de los políticos preocupados por la “seguridad alimentaria”, eso sí…
No es que tengan ningún otro “interés”…

lunes, 20 de julio de 2009

La música del coche

Del coche del curro claro, del monovolumen familiar no hay discusión. Se pone lo que sea para calmar a las fieras, por lo menos hemos pactado con La oreja de Van Gogh, Mecano y Nena Daconte que ellos también la toleran.
Pero en el coche del curro es diferente, desde que me toco el primero que llevaba lector de mp3, me entro la duda de que música llevar. Porque te pones delante del Ares, a descargar lo que te vas a llevar en discos y empiezas muy suave: La Oreja de Van Gogh, Amaral, El Canto del Loco… en fin música pop fácil de escuchar. Pero te vas emocionando con las posibilidades y te sale el monstruo de los 80 que llevas dentro. Y empiezas a bajarte Mecano, Duncan Dhu, Los Secretos… y claro, ves que es fácil y bonito y te lanzas: Loquillo, Alaska, Siniestro Total, Aerolineas Federales…
Ya puestos ahí, pierdes la vergüenza y entonces dices ¡que coño, me voy a bajar lo que me gusta de verdad!, y le sacudes al Ares y caen Los Pecos y José Luis Perales entero, metes todo Pimpinela y Camela. Y entonces caes en la cuenta que te falta ELLA.
Mª Dolores Pradera.
Y te bajas toda su discografía mientras tarareas “Por tu amor, que tanto quiero y tanto extraño….” Y te imaginas como te lo pasaras oyéndola…Pero de repente caes en la cuenta de que con Los Calis y Los Chichos te has pasado un poco. Y para hacerte más intelectual, bajas Jarcha y La ronda de Boltaña, Victor Manuel, Silvio Rodriguez y Hierba del campo. Pero te vuelve a asomar el hortera que escondes en tu interior y bajas Las Niñas, Las Ketchup, Rakel Winchester y Papa Levante, y ya puestos Tierra Santa y El Mago de Oz.
Y piensas que te has pasado y bajas Roberto Carlos para aligerar un poco. Y Dido para parecer moderno, hasta Nelly Furtado.
Total que llevo un montón de Cd en el coche, y todo el que se sube, sea quien sea , dice “¿Pero qué mierda de música llevas?”