miércoles, 14 de abril de 2010

El bucle

No es la primera vez que pasa y me temo que tampoco la última. Pero la voy a contar aquí porque es un clásico en la “empresa imbécil” y porque esta vez ha hecho algo más de pupa.
Para mantener el anonimato, vamos a suponer que mi empresa fabrica sillas y banquetas. Estamos en ese mercado y somos muy buenos. Tenemos a los grandes clientes y a los otros. Nos va bien. Vale pues ahora os explico cómo fue la secuencia:
-Junio 09: Tras unos cuantos estudios, hacemos una propuesta al consejo de administración, fabricar sillones. Hemos hablado con el mercado y hemos hecho los estudios necesarios. Es una decisión rentable y lógica. Además, la fábrica de sillas puede hacer sillones sin cambiar nada. A los clientes de sillas y banquetas les interesa comprar también sillones y hay algún cliente que no compra sillas ni banquetas pero que si que nos compraría sillones.
Al consejo de administración le parece una gran idea. Manda a los de I+D que se pongan a ello. Hay previsión de empezar a vender en Diciembre 09.
-Agosto a Octubre 09: Los de I+D en mi empresa funcionan como una empresa aparte, como en casi todas. Con jefes independientes y tal. No sabemos qué pasa por su cabeza pero durante este tiempo generan miles de documentos demostrando lo buenas que son nuestras sillas y banquetas. Le decimos que si, que ya lo sabemos pero que se pongan al sillón. Lo queremos acolchado y tapizado. O sea, una silla algo grande con relleno y forrada. Todo muy claro.
Los de I+D proponen que hagamos sillas con una banqueta pegada, para que la gente se siente y apoye los pies. Será muy cómodo. Les mandamos a tomar por culo y nos chivamos al Presidente que les dice que se pongan al tajo.
-Octubre 09: Comentamos a los clientes que vamos a tener sillones, se ponen contentísimos. De hecho alguno aplaza la compra de sillas para comprarnos sillones en breve.
-Noviembre 09: Hacemos una súper reunión a nivel mundial para preparar el lanzamiento del sillón, va a ser genial. Preparamos los planes de lanzamiento, marketing, logística…Un curro de cojones. Los de I+D garantizan que está a puntito de salir, que están en las últimas pruebas…
-Enero 10: No tenemos el sillón, vamos dos meses retrasados porque I+D aún no ha diseñado el proceso de fabricación completo. Metemos caña.
-Febrero 10: Los clientes que estaban esperando sin comprar sillas y los nuevos a los que hemos dicho que íbamos a tener sillones empiezan a ponerse nerviosos.
-Marzo 10: Rehacemos todos los planes de lanzamiento porque debido al retraso vamos a perder algo de beneficio previsto. Algún cliente vuelve a comprar sillas y algún otro compra sillones de la competencia mientras espera…
-Abril 10: Llega el sillón piloto. Se ha diseñado todo el proceso de fabricación para ese prototipo. Lo desempaquetamos y lo montamos…¡Y es una puta silla!. Una mierda de silla con apoyabrazos, eso sí. De las que ya no usa nadie. Todo lo de poner acolchado, tela…los de I+D se lo han pasado por el forro. Han trabajado (en absoluto secreto por el secreto industrial) en hacer otra puta silla que ya no usa nadie.
Montamos la mundial, llamamos al jefe supremo, al presidente, a su puta madre y a los de I+D.
“Ah, es que nos pareció mejor hacer una buena silla que un sillón”
-Mayo 10: Tenemos una reunión para estudiar si nos interesa entrar en el mercado de los sillones…
Ya estamos en el puto bucle.

lunes, 12 de abril de 2010

Meteduras de pata que me recuerdan en el curro

El es un tipo de diseño, coletilla y polos con americana, Don Johnson le llamábamos. Yo tengo que tratar con él porque era el responsable de la campaña de publicidad, y él el director de la agencia. Organizábamos un lanzamiento a lo grande con anuncios en la tele y todo. Tenía que ir a su oficina frecuentemente. No lo tragaba, él a mí tampoco y se nos notaba.
Su oficina era de mega diseño y me sentaban siempre enfrente de un rubia con las tetas en las amígdalas y sonrisa imbécil. Nunca hablaba. Casi nunca llevaba bragas (y la minifalda, como se deduce era muy corta)
Un día al despedirnos quedamos para un cena de trabajo pero informal. “Invita a fulanito y a menganito”, me dijo. En plan colega, para ver si rompíamos la pared que nos separaba le contesté. “vale, ¿te traerás a la secretaria esa rubia de las tetas en la garganta que siempre se me pone enfrente? “
“¿Te refieres a mi mujer?”
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Me mandan a ver a unos clientes que no conozco de nada. Al llegar la directora del asunto es una tía que conozco de la Universidad. Vagamente. Pero es la misma cara dulce y el pelo rubio muy claro. La misma cabeza.
Sobre un cuerpo triplicado.
-“Anda, si yo a ti te conozco”-le digo-“y además estas igual que hace 20 años, pero desdoblada”
Me mira alucinada. Me doy cuenta de la torpeza e intento arreglarlo:
-“Claro que desde entonces todos no hemos estropeado mucho…”
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Voy con un comercial a resolver unos problemas en la fábrica nueva de un cliente. El comercial me avisa 100 veces en los últimos 10 minutos. “Por favor Gonzalo, el gerente es tuerto, no hagas bromas y no comentes nada, que lo lleva muy mal”. Vale.
Me lo presentan y le suelto:
-“Hombre D. Fulanito, que ganas tenía de conocerle, tanto hablar con usted por teléfono y al fin le pongo cara y ojos…”
Esa expresión no la había usado en mi vida. La que vi en su cara tampoco la había visto nunca