jueves, 20 de mayo de 2010

Abriendo mi vida a nuevos sentimientos

A veces las cosas ocurren y os acontecimientos te desbordan. A veces todo va demasiado rápido y antes de que te des cuenta ha pasado por encima de ti. Este post no va a ser fácil. No sé bien como contarlo.
Hace un par de meses yo era un ejecutivo con éxito en su curro, con ofertas para irme y un horizonte muy calmado. Tenía un blog dónde me reía de mi empresa.
Me han despedido.
Lo escribo y no acaba de parecerme real.
Un economista suizo parió hace una decena de años un sistema denominado “adelgazar las estructuras”. Consiste en ir despidiendo trabajadores proporcionalmente en todos los niveles de la empresa tantos administrativos, tantos operarios…Y me ha tocado.
No es fácil explicar el proceso sin que se sepa dónde curro. Pero ha sido rápido, muy rápido y muy por sorpresa.
Cuando te lo dicen te invaden varios sentimientos. No eso de la negación, ira, negociación…no.
El primero es miedo. Tengo miedo. Un miedo negro y palpable. Tengo miedo de tener casi cuarenta, ser casi experto en chorradas y tener que salir a buscar curro. Tengo un miedo cierto y real a la situación actual y al futuro próximo.
También siento rabia. Rabia porque al final se confirma que todo lo que pensé era cierto. Que yo no era más que un puto número en un engranaje. Que les da igual todo. Oye mira, tu finiquito, despido improcedente y todo lo que te que toca. Deja el coche, el portátil y el teléfono…Rabia porque ni siquiera hay razón ni motivo. Rabia porque al final tu curro se queda hecho para ellos.
Luego siento pena. Pena por La Parienta, a la que hay que amargarle un poco la existencia, mira ahora esto va a ser así, por ahora descarta el viaje, no se ya veremos. Aunque La Parienta siempre reacciona mucho mejor que yo frente a todo. También frente a esto. La Parienta confía en mi más que yo mismo. Pena de que mis padres se van a agobiar y ya no están en edad…
Y algo de vergüenza, vergüenza de ir a la fila del paro para apuntarme, vergüenza de cómo me va a mirar la gente, vergüenza de contar infinitas veces mi historia en entrevistas…
Incluso ahora me doy cuenta de que me quedo sin tema del blog. Ya no seré “un ejecutivo existencialista”. Querría no ser existencialista, ser más determinista y creer que todo obedece a un plan preestablecido en el que acabo con un curro de super-héroe. Pero no. A partir de ahora será el diario de un parado existencialista. Espero poder hacerlo interesante.
Me queda una semana dura. Lamerme las heridas, ir a firmar a la central. Procurar hablar con alguno…luego viene un verano que se me va a hacer largo, porque de aquí a septiembre dudo que salga nada…
Y ese miedo negro y espeso, que casi puedo palpar como fondo de todo.

martes, 18 de mayo de 2010

Voy a quedar mal

Tengo muy buena memoria auditiva. Recuerdo todo lo que ha dicho alguien y quien lo ha dicho. Incluso casi todo lo que yo digo. También me acuerdo de lo que leo, lo se localizar casi todo. Pero con las caras no soy muy bueno. Para desesperación de La Parienta, no se quien es la mitad o más de la gente que me saluda por la calle. Incluso ella me ha avisado a veces: "saluda a ese" y le saludo y luego le pregunto a ella y resulta que es un tío que conocimos en una cena...
Bueno, pues hace tres emanas o así, me fui almorzar durante el partido de mi hijo. Cuando mi hijo se apuntó al equipo del cole un amigo me animo mucho: "tío es un chollo, tu deja que se apunte que luego mientras juega el partido los sábados te vas a almorzar con otros padres...esta genial". Mentira. Mi hijo se ha apuntado a un equipo donde los padres son fanáticos hinchas de sus hijos y del deporte...así que me voy a almorzar sólo.
Total que me pido mi pincho con pan con tomate, caña y un café. Al lado un tío que se ha puesto como un general deshace un Espidifen en un vaso de agua. Tiene la camisa desabrochada hasta mitad del pecho y el pelo revuelto. Toda la pinta de niño bien de vuelta de farra. Más joven que yo. Me mira:
"¡Hombre! ¡que tal"
La jodimos, pienso, se me ha pegado un matote de esos que te da la chapa. "¿Como te va Gonzalo, dónde estas ahora?". Horror, me conoce.
Nos ponemos a charlar, sabe bastante de mi vida, me pregunta por mi mujer, por mis hijos, por mis hermanos...Sufro. Voy sondeando a ver si acierto. No es del curro ni lo conozco por trabajo. No es padre del cole...en un momento dado veo la luz. Ya se. Se lo suelto: "¿Y que tal tu hermano? ¿sigue con el programa de la tele?".
Me mira alucinado "¿Que coño programa de tele?"
"Ay perdón que acabo de liar a tu hermano con otro..."
Total charlamos media hora, es bastante majo. Me paga el almuerzo. Además se ve que es un tío de pasta. Me voy de allí muerto de vergüenza y sin saber quien es.
No tendría más importancia si no fuera porque hace una semana, no pude tomar el café de la mañana con La Parienta. Iba con prisa para llegar a una reunión y al banco. Pasaba de camino por el garito que hace los mejores cafés de esta mi ciudad y pensé que siempre hay tiempo y además llevaba tres euros. Tenía que ir a sacar pasta pero llevaba para un café...
Entro, pido un cortado y oigo "hombre Gonzalo, que poco nos vemos en Iglesias y Bibliotecas...". Era él. Se había atizado un desayuno tremendo y estaba dándole al Espidifen. Debe ser adicto. Otra media hora de charla yo super tenso y sin saber quien era...y él que me conoce perfectamente. Encima no le pude invitar porque no llevaba pasta. Se lo dije y me dijo "nada Gonzalo, hoy pago yo también, pásate un día a verme y me invitas..."
Total, voy a quedar como un gorrón con un tío que además no se quien es...
A no ser que me lo encuentre en otro bar, otro día...