miércoles, 8 de noviembre de 2023

Donde la carretera me lleve - y 5

 Los primeros kilómetros de un viaje en moto siempre son de nervios. No sabes si pese a todo lo que has organizado, la moto estará bien. No sabes si el macuto que has puesto en el asiento de atrás se sostendrá durante el viaje sin moverse, si la ropa que llevas, pensando en el calor o en el frío será la adecuada, si de repente fallará cualquier chorrada con la que no contabas...

Luego te relajas, va todo bien, vas cómodo, no te mueres por las condiciones del clima, no hay ningún ruido raro y no te pica la nariz (rascarse la nariz, quitarte una pelusa del ojo o arreglarte una arruga de la ropa se convierten en una moto, con el casco y los guantes, en un incordio muy importante). Y entonces, seguramente después de pararte al primer café, empiezas a disfrutar.

Es muy difícil explicar lo que se siente en una moto, en un viaje en moto, para quien no lo ha hecho nunca. Para empezar en una moto tienes que ir concentrado al 100%. En el coche puedes ir conduciendo, hablando por teléfono y fumando todo a la vez. Pero en moto no. En la moto vas pensando en la salida de la curva, en como entras en la siguiente, en vigilar por los retrovisores y en mil cosas más. No te puedes descuidar, no te puedes relajar. Por eso los viajes en moto son de 400-500Km al día máximo. y eso con varias paradas. Por si eso fuera poco, en moto tienes una visión mucho más amplia que en coche. Casi ves los 180º a tu alrededor. Y todo huele muchísimo. Notas el olor de las plantas a la orilla de la carretera, notas el cambio de un grado de temperatura al entrar en una sombra, notas la rugosidad del asfalto...

Y con todo y eso, llegue al Burgo de Osma feliz. De allí a San Esteban de Gormaz, Peñafiel, Cuellar, Iscar,,,todo carreteras secundarias, con poco tráfico. Bien es verdad que la ruta de los caballeros resultaba un poco aburrida. Los caballeros viajaban en linea recta, sin rodear nada. De frente. Rectas infinitas de Castilla, hoy rodeadas de bodegas horteras de diseño. Creo que en esa ruta se ha blanqueado la mitad del dinero negro de España a base de hacer bodegas.

Tuve que parar un rato en Olmedo. Era la parte de más calor del día. Y por encima de 32º ir en moto es sofocante. Cuando bebí y recuperé, seguí. Mala suerte entre olmedo y Martin Muñoz de las Posadas. La recta infinita estaba en obras... Llegue a Adanero y a partir de ahí a dormir a El Espinar por la N-VI. Inocente de mi, pensaba que los madrileños se irían por la autopista de peaje. Se ve que no les mola. 
Tras dormir en un hotel de carretera, sin más, salí por la mañana a coger la N110 en Villacastin.

Y aquello fue maravilloso.

Disfrute de esa carretera más de lo que había pensado, el paisaje era mejor de lo que imaginé, la ruta era maravillosa. Cuando entraba de vuelta en San Esteban de Gormaz, empezaba a apretar el calor. Apuré hasta llegar a casa a primera hora de la tarde, ya con demasiado calor.

Me baje de la moto exhausto, sudando y cansado. Pero feliz. Y antes de subir a casa, en el garaje, me agache y le plante un beso a mi moto en el depósito.

Se lo había ganado.