martes, 6 de octubre de 2015

La cadena y los eslabones

Tengo un casi-amigo que tiene un ramalazo intelectual. No es un intelectual completo, pero si se aproxima bastante. De hecho ha publicado (con relativo éxito) 3 ó 4 novelas y un par de ensayos. Y como no vive de eso, aunque se saca un sobresueldo, puede escribir de lo que le da la gana. El último ensayo, que era una pasada, lo saco por "crowfunding" porque su editorial habitual no lo veía interesante...y se ganó una pasta.
Es casi famoso a nivel local, o sea que por Vetusta a veces le saludan por la calle y le piden autógrafos.
Bueno, pues este casi-amigo, hizo un cortometraje hace unos meses. Para lo cual me pidió prestados a mis hijos como figurantes. A cambio me dejó ir a comer canapes en la presentación.
El caso es que el corto le ha salido bastante bien. Pero sobre todo, el corto tiene una teoría que me tiene dando vueltas a la cabeza.
Viene a decir que la vida es una cadena, formada de eslabones. Cada historia que te dejas sin acabar, cada relación que cortas sin más, cada ruptura brusca...hace que ese eslabón quede mal cerrado, flojo. y cuantos más eslabones flojos tengas, más floja es la cadena de tu vida.
Siempre me ha atraído pensar y repasar momentos claves que ha habido en mi vida. Que en aquel momento no lo sabias ni sonaba música de fondo ni nada, pero subirte o no a ese autobús, ir o no a ese concierto...en determinados momentos de tu vida ha sido clave para el desarrollo de la misma.
Pero desde que vi el cortometraje, le estuve dando vueltas a los "eslabones flojos" de mi vida. Sobre todo, dado mi educación católica que me hace ser ante todo culpable, a esos momentos o situaciones en las que fui malo.
Repasar relaciones que rompiste, gente a la que puteaste... y sobre todo esas en las que no hubo duelo. Es decir, puedes romper con una novia o dejar de ver a un amigo, pero luego hay, sigue habiendo, una existencia común. Vuestra relación pasa a otro nivel, ese eslabón queda cerrado. Pero otras veces cortas porque si, sin más explicaciones o sin querer dar explicaciones, o te marchas o da la casualidad de que no vuelves a ver a alguien. Y eso queda abierto.
En uno de los 3 viajes de 8 horas de coche que he hecho solo con La Parienta este verano, experiencia altamente recomendable, por lo terapéutica, le conté lo de los eslabones. Y empecé a repasar eslabones flojos de mi vida.
El primer eslabón flojo que recuerdo es de un compañero de clase. Recuerdo haberle maltratado. Así, como suena. En general nos llevábamos bien pero en un momento dado le hice un par de putadas o tres. No fui el único, era carne de acosado. No se si por que era un poco raro o por qué. El caso es que yo recuerdo un par de veces que le putee. A mala leche.
Total que contándoselo a La Parienta lo gugleo (fácil, nos pasaban lista y yo todavía soy capaz de recitar la lista de 45 alumnos con nombre y dos apellidos). Y ahí estaba. Y encima tiene un blog. No es muy difícil contactarlo.
La duda es: ¿Qué coño hago?.
O sea, ¿puedo, de repente, reaparecer en la vida de alguien, 27 años después, y decirle "oye perdona, fui un cabrón contigo, no te lo merecías"?. ¿En serio puedo hacer eso?. Lo más seguro es que igual ni se acuerda, igual lo que para mi fue una putada, para él no fue nada y lo tiene olvidado.
O de cualquier modo, lo ha superado y simplemente fue una de las etapas que le ayudo a madurar n la vida.
¿No será en el fondo un ansia inútil de tranquilizar mi conciencia, de sentirme más tranquilo conmigo mismo?
Y además, que coño, no puedes reescribir tu pasado. No puedes ir pidiendo perdón una por una todas las veces que fuiste un cabrón. Al menos yo no puedo, son demasiadas... Y si no puedes reparar el daño que hiciste en su momento, para que vas a volver sobre aquello. Pero entonces vuelvo a pensar que ahí se queda un eslabón mal cerrado...
Y hay unos cuantos.