miércoles, 25 de mayo de 2011

Programa de ayuda al desarrollo

Tengo el horario de las comidas desplazado, tengo el sueño movido. Escribo directamente según aterrizo después de una semana y media de locura que a acabado en uno de los peores países del mundo.

Dicen país emergente...mierda. Una mierda. Yo lo he visto. Eso no es un país emergente, eso es un país lleno de recursos, como tantos de África, donde están los chinos, los europeos, los coreanos...todos explotando recursos a cambio de chucherías. Antes, los descubridores, les llevaban espejitos y cuentas de colores...bueno, ahora les llevan carreteras. Que van del puerto a las minas. Que curioso, ya podemos transportar el oro.

¿Que sentido tiene construir carreteras en un país que la educación obligatoria no existe y la de pago cuesta 200 $/mes? ¿cómo piensan en minas y centrales cuando la gente vive con 2$/día?. Construyen rascacielos cuando la gran mayoría vive en barrios de chabolas sin alcantarillado tan siquiera...

-Una botella de agua por favor

-Tenga, son 10$.

Y allí los políticos de todas partes acuden con sus escoltas, sus coches, sus baúles y baúles de equipajes, todos a cambiar sus cuentas de colorines y espejitos. Le vamos a construir un puerto nuevo...¡Ahí va, si ahora ya podemos cargar el petróleo!... Y mientras tanto no hay luz por las noches, pero el hotel de los blancos tiene un potente grupo electrógeno.

El alambre de espino separa todo, los ricos y los pobres, los que tienen y los que no, los bancos de sus teóricos potenciales clientes. He llegado a odiar el alambre de espino.

-Un sandwich mixto por favor

-Tenga, son 20$

Están arrasando, destruyendo, esquilmando un país que tiene recursos y tendría futuro, pero allí llegamos todos para cambiarles abalorios por riqueza. Como antes, como siempre. He visto miseria, he visto niños descalzos jugando entre la mierda y las aguas negras, he visto enfermos, he visto buscavidas y supervivientes.

Y he visto un montón de buitres, como nosotros, que nos cerníamos sobre la presa.