jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuaderno de viaje: Logroño necesita ingenieros


No me fio nada de las guías de viaje. Las guías mienten, generalmente están hechas por tipos que no han estado en el sitio que describen en su vida. O han estado y no se han enterado de nada. La primera vez que fui a Ámsterdam, consulte una afamada revista de gastronomía, me enteré de que había un restaurante muy bueno y en el que las camareras llevaban el menú escrito sobre el cuerpo…ni que decir tiene (iba sin La Parienta) que reserve mesa antes de sacarme el billete de avión, iba a pedir la carta, la de vinos, la de aguas y hasta el libro de reclamaciones. Cuando llegué nada de eso. El restaurante era buenísimo, se comía en camas…bueno ya lo contaré en otro post. Pero lo del menú en el cuerpo tururú. Iban todas muy vestiditas y con delantal. Cuando se lo conté a una de ellas (que además era de Santander) se descojonó de risa.
O cuando me tocó ir a Gante. Leí en una afamada revista de viajes que tenía una iluminación espectacular que había merecido un premio. Así que en medio de la noche salí a dar una vuelta. Hacía frio y estaba más bien oscuro…al consultar a un lugareño, me informó que el premio era…por el ahorro de luz…Manda huevos.
Así que yo, si doy consejos son claros y contrastables. Pues bien, en Logroño faltan ingenieros. Lo voy a demostrar.
Logroño es un sitio bien organizado. Una plaza y dos calles perpendiculares. Con eso te sitúas. Además todo el mundo sabe a que vas a Logroño, entras en la oficina de turismo y dices: “…pues venía a ver si me pueden dar información..” y te dan un folleto de la calle del Laurel, con todos los bares y los pinchos típicos, no hay que disimular con la Iglesia de Santiago, ni con la Concatedral…ellos ya saben lo que quieres…
Y tu te vas al Soriano. A tomar un champi. Porque de siempre la ruta del Laurel empieza con los champis del Soriano. Primer problema. Tres champiñones y una gamba haciendo equilibrio sobre un trocito de pan. Que en vertical no te caben y en horizontal chorrean. Hay que organizar eso.
Luego a tomar una tortita de camarones, al que está al lado del Cid, la Aldea creo que se llama. El caso es que la tortita esta buena…pero el Cid tiene Estrella de Galicia de barril….un ingeniero, por favor que haga un trasvase.
Y si te vas al Rotos…¡ja!. Te pides unos huevos rotos con gulas. Vale. Cogen medio pan redondo de hamburguesa, le quitan la miga y llenan eso de huevos rotos con gulas, te lo sirven con un tenedor. Si intentas comerlo como bocata desastre seguro, si metes el tenedor de desborda…
Vamos, que creo que he dado ejemplos de sobras para afirmar que Logroño necesita ingenieros. Pero en cuanto pueda vuelvo allí a comprobarlo otra vez….