jueves, 28 de julio de 2011

Tiempo de contrastes

Llega un tiempo de discutir con La Parienta, y de llevarse bien con La Parienta. De echar unas broncas tremendas a mis hijos, de pasármelo en grande con mis hijos. De reencontrarme con los amigos, de hartarme de los amigos, de juntarme con la familia, de aborrecer a la familia.
Llegan, en fin, las vacaciones. Pasarlo bien.
Nos leemos a la vuelta.

lunes, 25 de julio de 2011

Tengo un blog de tías

Vale, pues si, tengo que reconocerlo. Tengo un blog de tías. Lo asumo con dignidad. Hay escritores que se dedican a escribir para publico femenino, revistas para publico femenino…pues yo soy el autor de un bog de publico femenino.
Ojo, no es que yo lo haga adrede. A mi más me interesa lo púbico femenino que el público femenino. Pero la cuestión es que tengo que reconocer que tengo muchas más lectoras, seguidoras y comentarios de tías que lectores, seguidores y tíos que me comentan.
Por una parte eso es fácil, hay muchas más tías en la blogosfera que tíos. Pero debe ser algo más que eso. Y me temo que se lo que es. Lo arrastro desde hace ace años y ahora puedo disfrutarlo.
Yo era el amigo/padre confesor/hermano mayor de un montón de tías. Las tías veían en mi alguien con quien hablar. Pero luego se enrollaban con el macarra. Y venían a contármelo muertas de pena y deshechas. Vamos que yo era su paño de lágrimas. Digamos que yo era para los cortados y luego tenían a otro para los cubatas…Y no es porque yo no bebiera ¿eh?, que yo bebía como un campeón. Simplemente me querían para otra cosa.
Yo no se si es por el tono de voz, por la cara de interés o por qué, pero si contamos tías que han tomado café conmigo para charlar, podía poner colorados a D. Juan y al Sr. Mejia. Juntos.
Que conste que estoy contentísimo de esa capacidad. De hecho yo me ligue a La Parienta tomando cafés. Muchos. Ni discotecas ni pubs, sentado en una mesa de cafetería. Y me parece que eso es lo que está pasando con el blog. Por alguna razón que se me escapa, mi forma de escribir les mola más a las tías que a los tíos. Supongo que llegan aquí, leen, se echan unas risas o sonrisa, comentan supertiernas y luego se van.
Pero me da igual, a mi me mola tener público femenino. Porque tomar cortados, a determinada edad no te daba muchas oportunidades. Pero con el tiempo, se ha visto que los que tomamos cafés seguimos conservando nuestro atractivo. Porque el atractivo residía en la capacidad de charlar y de acompañar.
Que era muy guay ser un macarra, y te enrollabas con un montón de tías. Pero con los años, las tías dejaron de fijarse en el malote supercachas y empezaron a tentarse la ropa y mirar alrededor y decir, “tate que aquí debe haber algo más que esto” y entonces entramos los que éramos más de café que de cubata. Ahora un macarreta de aquellos, un malote del que ponía a las jovencitas, abre un blog y se le llenara de tios comentando chorradas de tunning, futbol y gimnasio.
Ya me lo dijo a mi una, una vez, en un bar de copas a las tantas. “El día que me quiera casar buscare un tío como tu para casarme con él”. Y claro, ahora que tenemos 40, la peña ya no tiene edad de andar por ahí a la caza, sobre todo porque las gacelas son muy jóvenes y hay leones mucho más fuertes. Así que se acabó el depredador, ahora los macarras no saben que hacer. No saben ni como hablar con normalidad con una tía. Están completamente despistados. Es la hora de la venganza de los que eramos mejores amigos. Tu no eres capaz de hablar tres frases con un tía. Yo tengo un blog con un montón de seguidoras.
Los macarras ya no molan.
Y además están hechos polvo, es lo que tiene la mala vida.