jueves, 17 de enero de 2013

Haciendo de macho alfa

Lo de trabajar para el rey del pollo frito hace que en cuanto sabes un poco del tema eres de los que más saben del pollo frito. Y eso tiene servidumbres. Una de ellas es la que me ha tocado. Me vengo aquí a las praderas del anuncio de Marlboro, a ver el medio oeste nevado y pasar frío. Y resulta que un cliente me pide por favor que me lleve a dos currante suyos para que aprendan.
Es un compromiso con un tío importante. Hay que aceptarlo.
Así que recojo a dos jóvenes, muy jóvenes, chavalotes WASP. Con full equip. Tienen estudios, máster y arrogancia para repartir.
Y ni puta idea de lo que es la vida real. Ni el curro real.
Y entonces les puteo un poquito y me dedico a los juegos malabares, y doy el 110% sólo para acojonarles y que vean que soy el baranda de la barraca. Y que soy el puto amo.
Así sin querer, de pasada, les voy soltando referencias que les sacan los ojos de las órbitas. "Cuando estuve en Irak, para resolver un problema parecido...""Estos casos, en Angola, pasan mucho..:"
Y al acabar el día están asombrados. Pero veo que no acaban de caer rendidos a mis pies. Y entonces les meto un poco de caña y acaba saliendo su insolencia. Propia de los menores de 25 como ellos. Me cuentan 10 millones de teorías nuevas y de cosas recién sacadas de los libros, escritos por gente que no ha salido del despacho en su vida, que van a poner ellos en práctica y van a revolucionar la forma de hacer las cosas.
Como estoy un poco cansado, les digo que vale por hoy, que ahora mandan ellos y me lleven a cenar y a tomar algo. Que les voy a contar yo lo que pueden hacer con todas sus teorías.
Empieza mal el tema. Me llevan a comer a un garito de comida rápida. Pongo el grito en el cielo, pero aguanto, son otra cultura y tal. Pero según les voy explicando como son las cosas en el mundo real, les noto cierta condescendencia. Me da la impresión que no acaban de creerse todo. Mal. Se sienten superiores.
Le digo que tomemos algo y aunque les da corte (es un día de diario, hay que irse a la cama y currar pronto al día siguiente y tal) me llevan a un garito. Les dejo pedir a ellos y me traen una especie de Apiretal asqueroso. Les pregunto y resulta que me han pedido Vodka con Red Bull...Joder, a mis años...
Total que sigo dándoles la barrila, mezclando la ciencia con los beneficios de la ginebra con limón en vez del mejunje asqueroso que bebemos. Pero no cala. No les estoy llegando. No acaban de rendirse ante mi superioridad. Noto que se me van a escapar vivos...
En ese momento se quedan mirando a la puerta con cierto babeo. Me vuelvo y veo que ha entrado una mujer de bandera. De unos 40, en su punto. Y vestida para matar. Ahí descubro como voy a ganar.
-"Que, ¿os gusta?"
Asienten sonriendo.
-"Una MILF ¿eh?"
Les hace gracia que conozca el término...
Llega mi momento de gloria. Aunque llevo la foto en la cartera, estos son de la generación digital. Entonces saco el iPad, conecto al FB a la página de La Parienta y les pongo la foto en la cara:
-"¿Y esta qué? ¿a que es una MILF también?"
-"¡Y tanto!"- sonríen más babeantes aún.
-"Pues os jodeis, que es mi mujer y me acuesto con ella. A ver cuando llegáis vosotros a una tía así".
Gané.

lunes, 14 de enero de 2013

Historias del noroeste


Allá en el norte el carácter de la gente es especial. En el noroeste mucho. No sé qué explicación tendrá; me imagino que la climatología, la estructura social… van forjando una forma de ser de la gente que a la vez lo va transmitiendo y amplificando a su descendencia.

La intimidad de la casa de cada uno es sagrada, se considera casi una agresión entrar en la casa de alguien. La vergüenza y el respeto son ley. Además las casas tienen valla rodeando el jardín, o la huerta o lo que haya. Es muy normal que las conversaciones se tengan a través de esta valla, sin entrar en la casa del otro, sin violentar la intimidad de nadie.

Tampoco es fácil hablar, iniciar una conversación. Todo tiene unos pasos, una liturgia. Si al pasar ves a alguien en su valla, puedes saludarle y seguramente te devolverá el saludo. Luego puedes hacer un comentario o una pregunta, nada muy sustancial. Algo que pueda quedar en el aire sin que se considere grave. Algo así como “voy a casa que ha refrescado…” y si te contesta “¿qué ha refrescado? ¿tú crees?” te ha dado pie para pararte e iniciar una conversación. Si simplemente afirma o te despide, no hay que forzar la situación.

Esta forma de ser / pensar / vivir, se mantiene durante años.

Así pasaban una mañana delante del huerto de P. que trabajaba reconcentrado. Le veían a media distancia, silueteado frente a la escasa luz que dejaban pasar las nubes.

El huerto de P se veía casi completo desde la carretera, estaba elevado sobre ella y a unos 50 metros de distancia. No veías todo. Pero si alguien estaba en el huerto sí que lo veías.

P pasó toda la mañana en el huerto. Y cuando alguno pasó por la tarde seguía allí.

Una de las conversaciones en la valla, en la verja, fue sobre P:

-Buenas noches, me voy para casa, no como P, que ahí sigue trabajando…

-¿Sigue trabajando? ¿a estas horas?

-Hoy trabajo todo el día, ya estaba a primera hora, cuando baje.

-No sé que estará haciendo ese hombre.

-Está raro, fíjate, que viéndole hoy en el huerto, me parecía hasta que había crecido…

A la mañana siguiente, alguien vio que P estaba en el huerto, y se acerco hasta allí a ver qué era eso que le daba tanto trabajo.
Llevaba más de 24 horas ahorcado