jueves, 28 de mayo de 2009

Odio a Organizator

El Director General entra en mi despacho dándome el tiempo justo para minimizar la internet. Me mira y me lo suelta:
-Gonzalo me tienes que hacer un favor, tienes que irte la semana que viene a resolver un conflicto con unos clientes belgas.
Soy una máquina perfecta diseñada para el trabajo en una multinacional. Por eso mi cerebro en milésimas de segundo elabora una imagen atractiva: Uma Thurman se desnuda mientras me invita a participar en un trío con Anne Brachet que espera al fondo vestida con lencería de cuero negro. Así consigo que mi rostro muestre un grado sumo de interés y deseo y entonces, sólo entonces, contesto:
-Uyyyy, pues me va fatal mira. Tengo las gráficas esas tan bonitas, las que llevas a tus reuniones, sin hacer. Además mi equipo está desmotivado, lo he detectado hace poco, y tengo que remediarlo. Mi mujer últimamente se queja de que estoy todo el día de viaje, he descubierto tres bombonas de butano en casa y nosotros tenemos gas ciudad. Y mis hijos, mis hijos están en una edad difícil.
Lo he soltado todo seguido a ver si cuela, podía haber dicho que ya avise que trabajar con Van der Tal y Van der Cual no era buena idea pero ¿para qué?.
-Gonzalo, esto es un conflicto serio y tienes que ir tu.
Ya claro, cuando hay que ir a reuniones divertidas y comidas y visitas a cervecerías vas tú cabrón y para los marrones, yo. Eso debería haber dicho pero no tenía cara de broma así que dije:
-Vale voy a hablar con M.
M. es una tía supereficiente, está en administración no sé muy bien de qué, pero tu le dices que te vas de viaje a donde sea y te da los billetes, te consigue el hotel guay y además te dice en que puedes emplear el tiempo que sobra. Una maravilla.
-Deja a M. en paz que no está para eso, dice el jefe, hemos fichado a un tío para que organice esas cosas y así no perdéis tiempo. Lo tiene todo organizado.
Alucino, en tiempo de crisis fichamos a un pavo para que haga un trabajo que antes hacíamos solitos. Está bien. Me voy a ver a Organizator a administración. Al llegar ya me da mala espina: aún le quedan restos de acné, va con vaqueros y camiseta y el pelo hace algo así como una cresta. Pongo voz de mandar y le suelto:
-Soy Gonzalo, me voy a Bélgica, busca hotel y no te preocupes del viaje, me voy en coche. (Siempre que hay viaje por Europa lo intento, ¿os imagináis que un día cuele?, 14 ó 15 horas con una paisaje alucinante y buena música…)
-Je, je… ya me habían dicho que tu estabas siempre en la broma- contesta Organizator mientras me pasa un montón de papeles- Aquí tienes los billetes de avión y los datos del Hotel.
Mientras intento descifrar lo que le habían dicho, miro todo y me empiezo a cabrear:
-A ver Organizator, me has cogido un vuelo a las 6 de la mañana, tengo tres horas al aeropuerto ¿estás majara?
-No te preocupes, vas a dormir el día de antes a un hotel al ladito mismo del aeropuerto, te lo he reservado.
Cojonudo, voy a dormir tres horas en un hotel antes de irme de viaje y empezándolo un día antes.
-¿Dónde coño está este hotel de Bélgica?
-Está pegado a la fábrica de los Belgas, así no tienes que desplazarte mucho para reunirte con ellos.
-¡Pero si su fábrica está en mitad de la nada!.Ellos trabajan de 8 a 5, ¿me voy a pegar cinco horas cada tarde de la semana que viene tirado en una puta estepa belga? ¡Eres gilipollas! ¡llévame a un pueblo o a donde sea que pueda hacer algo joder!.
-No, no, cada tarde de la semana que viene no. Vuelves el jueves por la noche. Llegas a las 23,30 o así. Te he cogido otra vez el hotel al lado del aeropuerto para que al llegar descanses… El viernes vendrás a currar como nuevo.
Total que ahora pagamos a un niñato para que consiga que odies los viajes de empresa. Antes ibas a un sitio más o menos majo, las tardes las dedicabas al turismo, comprimías el tiempo para rascar algún día al curro… Ahora que pagamos a Organizator, los viajes se alargan, el tiempo que sobra estaré en un puto hotel de carretera (me imagino cómo será…) y encima en vez de volver el viernes por la mañana, directo a casa, llegas el jueves por la noche para “ir a currar como nuevo”. No se puede tener menos eficiencia.
Creo que mi empresa ya ha entrado también en la relación de las “empresas imbéciles”.
O mi jefe me odia, no lo se.

lunes, 25 de mayo de 2009

Razones y motivos para no dormir (bien)

En la entrada anterior, comentaba que un día dormí bien. Curiosamente de joven yo dormía de fábula, con los años vas acumulando horas de sueño perdidas ¿por qué?, yo por lo siguiente:
1. Los niños. En todas sus variantes. Hasta que no eres padre no sabes los que es no dormir. Cuando un niño esta malo es capaz de pegarse cinco o seis horas despierto, llorando, tosiendo, vomitando o lo que toque. Con el agravante de que tienen la puñetera costumbre de empezar el concierto justo cuando te vas a la cama, generalmente después de una frase tipo “lleva un par de horas tranquilo, parece que hoy dormirá…”. Si has empezado un sesión de arrumacos con la parienta, entonces es seguro el despertar del bicho.
2. El avión. Si tengo que volar la noche de antes duermo mal. A la presión de la hora a la que hay que estar en el aeropuerto, de lo que me voy a olvidar del equipaje, de cuándo voy a llegar…se suma el miedo al avión. Antes no tenía miedo al avión pero a mí se me estropeo una vez un avión en el aire y eso podemos contarlo pocos…Si vuelo con mi mujer es peor, pienso en el trauma de mis hijos si nos matamos los dos… Quizá la solución sea volar todos juntos, tengo que probarlo.
3. Los hoteles. Nunca duermo bien en un hotel, aunque sea cojonudo. Cuando voy mucho a una ciudad y repito hotel, intento que me den siempre la misma habitación. Así mejora algo el tema, el hacer habitual la habitación del hotel mejora el sueño pero en general duermo mal en los hoteles, sean por trabajo o no.
4. Compartir habitación. Yo dormía con uno de mis hermanos, pero cuando los mayores empezaron a irse de casa, alcance el status de habitación individual. Eso es un vicio. Luego me he acostumbrado a dormir con mi mujer, y punto. Es decir no comparto habitación con nadie más, ni del trabajo, ni amigos…ni mi hermano otra vez. Con los años he descubierto que ronca y hace un montón de ruido. No puedo dormir con él ni por emergencias. Me ha tocado dormir con mis hijos, claro, en enfermedades diversas y el resultado queda descrito en el punto 1.
5. Productos. En el asunto del trabajo, nunca me ha quitado el sueño un jefe, ni un compañero ni un presupuesto. Pero hay productos que si me han quitado el sueño. Productos que sabes que no se venden, o no se van a vender, o el Product Manager que hizo lo previsión de ventas se fumo unos canutos… Me he despertado sobresaltado repitiendo el nombre de algún producto, de una cifra inalcanzable…
6. Trabajo pendiente. Si me acuesto con un par de ideas en la cabeza, aunque este roto de sueño, no hay más solución que levantarme y apuntarlas. O eso o no duermo. Curiosamente, además, las ideas que me surgen en ese estado previo al sueño, suelen ser buenísimas.
7. El calor. Desde joven dormía en una habitación con la calefacción apagada y abriendo las ventanas un par de horas antes de acostarme. Dormir bien tapado en un cuarto a diez o doce grados es un placer difícilmente superable. Con un despertar algo traumático, eso sí. El matrimonio acabó con esta bonita costumbre…ahora soporto hasta 23 grados en la habitación, pero a partir de ahí malo. Esto es más grave en los hoteles donde las temperaturas suelen ser insoportables.
8. El “me la voy a dar”. Hay días que sabes que no van a salir, que has planeado más trabajo del que vas a ser capaz de hacer, que empalmar una reunión con otra va a ser imposible, que no has dejado espacio suficiente entre actividades…vamos, “que te la vas a dar”. Cuando he hecho una planificación de esas, no duermo.