martes, 19 de septiembre de 2017

La naturaleza cruel, el comportamiento animal y la vida en una granja

Llegamos así a los dos puntos más complejos del bienestar animal. Por un lado, el animal debe estar libre de miedo o angustia y por otro poder expresar sus pautas de comportamiento propio.
Estos dos puntos son los que hacen referencia al comportamiento animal, no a su situación física. Por eso son los más fáciles de confundir y humanizar. Desgraciadamente, quien hizo la norma y muchos animalistas no han estudiado el comportamiento animal en su puta vida.
Una pena.
Porque claro, es muy fácil decir que el animal ha de estar libre de miedo y stress, pero eso es algo que no existe en la naturaleza. La naturaleza es cruel y todos los animales que viven en ella están sumidos a miedo y stress que les hace reaccionar y vivir. No existen los animales felices. Lo siento. Bueno si, en las pelis de Disney.
De hecho, si aplicamos esta misma norma a los animales de compañía nos encontramos algo muy divertido. Todo el que tiene un perro, lo tiene sometido a un stress constante de separación. El perro, cuando el amo se va de casa, no sabe que va a volver. Su limitada inteligencia no le permite comprender que cada día se va y vuelve. Cada vez que su amo se va, sufre un stress de separación que puede aprender a controlar…o no. Pero sufre cada vez.
Y cuando en las granjas satisfaces todas las necesidades de un animal, y le liberas del stress y del miedo, aparecen comportamientos que a la gente le parecen mal. Porque ellos no los entienden.
Pongamos el ejemplo de las cerdas.
Históricamente, las cerdas se habían criado en jaulas. Por varios motivos, uno de los cuales es que las jaulas hacían que se levantaran y tumbaran más lentamente, no de golpe. Eso evitaba las muertes de los lechones por aplastamiento debajo de la madre.
Existía además otro factor. Una cerda de seis partos 230 Kg de peso, se acaba su comida y si al lado tiene una cerdita joven, de 150 Kg, le atiza un bocado para espantarla y se come su comida.
Se hiciero unas jaulas de autocaptura, en las que las cerdas podían entrar y salir cuando quisieran, y la gran mayoría de las cerdas (85%) elegía vivir dentro de las jaulas. Las únicas que vivían fuera eran las más viejas y más macarras que intentaban robar comida de otras.
Porque ese es el comportamiento de casi todos los animales cuando no tienen miedo ni stress. No hacen nada. La inteligencia animal es muy limitada. Si a un pollo, por ejemplo, le das temperatura y humedad controlada, comida y agua y ausencia de depredadores y de stress no se mueve más que en un área de cuatro metros cuadrados. No tiene motivación ninguna para viajar, ver mundo, hacer amigos… No. Tiene alimento, agua y está cómodo. Se queda ahí.
¿Y no hay forma de que los animales están activos y se muevan y tal?. Si. La hay. Pero eso incluye permitirles que puedan expresar determinadas pautas de comportamiento que contradicen las tres primeras libertades. Y es la jerarquía. Si tu restringes cualquier factor de los que necesita un animal se va a establecer una competencia entre ellos, y una jerarquía. El problema es que esa jerarquía no se establece por votación. Se hace de una forma bastante agresiva. Los cerdos, por ejemplo, se muerden y atacan, las gallinas se picotean unas a otra y en cuanto brota sangre, acuden todas en masa a picotear a la que sangra hasta matarla…
La naturaleza es cruel.
Pero el legislador no contemplo eso cuando legisló. Y hay que tener a los animales sin miedo ni stress y libre de mostrar sus comportamientos. Eso es casi imposible. Los animales son competitivos jerárquicos y bastante crueles. No se les puede permitir que muestren sus comportamientos, porque ellos mismos no se controlan en cuanto al sufrimiento a sus congéneres. Hay millones de ejemplos en el mundo salvaje, son herramientas de supervivencia que son buenas para la especie, pero no tienen porque serlo para cada uno de los individuos. Todo animal lleva en su código genético la supervivencia suya y de sus genes. Y hace lo que sea por atender ese instinto. En las granjas se ha de limitar ese comportamiento. Porque en las granjas interesa que viva el mayor número de individuos posibles y que están sanos. En la naturaleza no.
En el caso de las cerdas, se ha limitado su presencia en jaulas a los primeros días de gestación (para evitar abortos) y al tiempo que están con los lechones, para que no los aplasten. El resto del tiempo han de estar libres. Ha habido que reformar todas las granjas de cerdos de Europa. ¿Están ahora más felices los cerdos?. No. Están igual pero hay cuatro ignorantes que se creen que están mejor.

Lo curioso del caso es que del mismo modo que a los profesionales se nos ha obligado a toda una serie de temas en relación con el bienestar de los animales en granja, a nadie se le ha ocurrido legislar sobre el bienestar de los animales de compañía… Y ahí habría mucho que decir.

9 comentarios:

  1. Pues mis chuchos han vivido como marajás!!
    Yo no les veia ni miaja de estres!!
    Un poco salidos sí que estaban, pero estres ni gota!!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ¡Cómo me ha gustado leer este posteo!.
    Y, dime una cosa; ¿es verdad que hay veterinarios amenazados de muerte si rechazasen de firmar?.

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  4. Tus últimas entradas me encantan, ya era hora de que alguien escribiera con todo el sentido común con el que tratas tú el tema. Se los voy a enseñar a una pequeña vegetariana que tengo suelta por casa...

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  5. A mi me has dejado un poco más tranquila con mis contradicciones, que me daban pena los bichicos, pero no dejo el chuleton.
    Magnífica serie.

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  6. Que bien lo explicas. Muy fan.
    Diva Gando

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