Yo creo que no
soy un psicópata. Ni estoy especialmente mal de la cabeza. Es la puta crisis,
la situación actual la que genera estas obsesiones. Y creo que son muy
habituales.
El caso es que
llega por la mañana un jefe de lo del pollo frito. Un jefe de nivel bastante
alto, del staff más guay. Y te dice “Gonzalo, pásate luego por mi despacho que
tenemos que hablar”. Y organizas las cosas y pasas. Pero está ocupado. “Pásate
dentro de un rato”.
Y te vuelves a
tu sitio y por curiosidad empiezas a repasar los papeles a ver si has hecho
alguna pifia. Y esperas un rato y vuelves a pasar pero está reunido.
Sigues currando
con una la mitad de la cabeza, la otra mitad en el reloj para que no se te
escape el tío antes de hablar contigo.
Y empiezas a
pensar que la última vez que ese jefe “habló” con alguien fue para darle el
finiquito. Y empiezas a pensar que la empresa del pollo frito va bien, sin problema,
pero que vete a saber. Que tú curras lo tuyo y lo de tu prima y lo de tres
amigos. Pero que a saber si a alguien se le ha cruzado el cable. Y te han liado
la 13-14 y te han buscado las vueltas.
Y entonces,
cuando el jefe ese sale de la reunión vas a hacer como que te encuentras con él
y le dices que lo de Tontolistán ya está en marcha y que si quiere algo más de
lo que te había dicho. Y te dice que sí, que quiere hablar contigo pero que
mañana. Y le dices “Pero, ¿es importante?” y te dice “si, mañana hablamos”.
Jodo.
Y te pegas toda
la tarde haciendo encaje de bolillos, pensando que cojones has hecho. Si te van
a liquidar o sólo a sancionar. Y lees noticias de desahuciados y te pones en lo
peor. Y empiezas a hacer cuentas de que vas a hacer si te despiden. Y estas que
no estás para nadie. No atiendes a tus hijos, no escuchas a La Parienta,
piensas en que va a ser de ti mañana. En cómo está el país y el abismo al que
vas si sale cruz. Y piensas que valientes hijos de puta los del pollo frito que
ni valoran tu esfuerzo ni les importa lo que curras y lo bien que vas. Que te
van a liquidar por la patilla.
O piensas que a
lo mejor sólo se queda en una bronca. Que no has hecho nada mal, pero que ahora
mismo firmabas que sólo fuera una bronca.
Y que eres un
puto número y con la crisis los empresarios se aprovechan.
Y pasa la noche
agobiado.
Y llegas al
curro y vas mirando a tus compañeros, a ver si alguno se le ve en la cara que
sabe algo. Y ves pasar el tiempo hasta que llega el jefe ese.
Y entras a su
despacho, le miras y le dices “ya estoy aquí, tenias algo importante para
decirme, ¿qué?”.
Te mira, piensa
y te suelta:
-“Ah, sí, oye
Gonzalo, por favor, pásame otra copia del informe aquel de Tontolistán, que la
he perdido y la necesito”
-“Pero si
además de por escrito te la pasé por mail…”
-“Ya, pero
estoy super liado, imprímemela tu por favor…”
Yo creo que no
soy un psicópata. Ni estoy especialmente mal de la cabeza. Es la puta crisis,
la situación actual la que genera estas obsesiones.
El pollo frito nunca ha traido cosas buenas, mira al Ramoncín como ha acabado. Escribe más a menudo Gonzalo se te echa de menos.
ResponderEliminarEstás muy muy llorica...y un poquito paranoico.
ResponderEliminarpero les va a encantar...a ya sabes quien..XD
Tenemos miedo ....
ResponderEliminarSaludos
Los pocos que quedamos con trabajo creo que estamos casi todos igual, con el culo encogido que no nos cabe ni un pelo a martillazos, medio desquiciados por saber quien va en las quinielas del ERE, si has metido la pata y van a agarrarse a cualquier detalle mínimo para darte la patada
ResponderEliminar(se corto) sobretodo los que hemos pasado por la experiencia reciente del paro, y la perspectiva de volver al infierno nos parece cualquier cosa menos atractiva -.-
ResponderEliminarEsa psicosis (y qué pasará después?) la sufro de madrugada desde hace unos años y no precisamente porque se aprovechen los empresarios. Venceremos?
ResponderEliminarAl que daba los despidos en la empresa de un amigo le llamaban el chotacabras. Nadie quería encontrárselo por el pasillo en soledad, porque te convocaba a su despacho y te daba una caja y firme aquí y muchas gracias por todo.
ResponderEliminarEse tipo de cosas son las que te quitan años de vida y hacen que te salgan canas y todo lo demás. Qué asco de gente, que se dejen de pamplinas, que no tenemos el corazón para esos arrechuchos, coñoyá.
Y un beso, hombre :)
que no, que lo que pasa es que la frase "tenemos que hablar" debería estar prohibida por ley, o hablas o te callas, pero no amenaces, y menos cuando estás en situación de poder.
ResponderEliminarTambién los que están en el paro se vuelven un poco locos.
ResponderEliminarQue luego no se rasguen las vestiduras, ni griten hasta enronquecer ni se arañen la cara con las uñas si a los del pueblo nos da por hacer locuras. Somos muchos los que cada vez tenemos más ganas.
Total, si por no levantarse del suelo te pueden caer de 3 a 5 años.
Después del tiempo que estuviste parado es una "psicosis" totalmente asumible.
ResponderEliminar100% Agree.
ResponderEliminarPoco más que añadir.
Es la puta crisis. Me alegro de que no haya sido nada.
ResponderEliminarEstoy con Primaveritis, al próximo que se presente a las elecciones prometiendo (y cumpliendo) que prohibe la frase "tenemos que hablar" le voto. jajaja
ResponderEliminarVaya un cabrón. Cuando mi jefa me dice que tenemos que hablar, ya avisa "que no es nada, no te preocupes"
ResponderEliminarPor eso, hay gente y gente.
El santo no, el santo tiene jefes anormales y vive como tú, acojonao.
Es normal que andases preocupado. Menos mal que, al final, resultó ser uno de los artículos de la "Ley Fundamental de una Oficina": el Jefe nunca imprime documentos de más de una página.
ResponderEliminarY lo peor del caso es que tienes razon....
ResponderEliminarEn dos palabras:
ResponderEliminarJo-der
En dos argumentos:
Mal de muchos remedio de tontos.
Pero no eres el único. Hace dos semanas me pasó lo mismo.
Joder, a mi me habría pasado lo mismo
ResponderEliminarParanoicus mundi
Sí, eso es muy típico, basta que un jefazo te diga que quiere hablarte para que pienses en cosas importantes y luego... suele ser la mayor parida. Pero este dij, el muy cabrón, que sí era importante.
ResponderEliminarNo eres tu, es el idiota del jefe que se las da de interesante....
ResponderEliminarME ha encantado el "JODO", es tan aragonés!
Efectivamente, lo sorprendente es que fuiste capaz de dormir algo!!! A mi me da un perreque!!! Un beso
ResponderEliminarAhora mismito estoy en lo mismo: mañana sábado reunión con el jefe y el asesor y llevo 4 noches sin poder coger el sueño con el susto metido en el cuerpo... no puedo asimilarlo. Y el año pasado estuve así más de quince días con el run-run de "me va a despedir o sólo bronca". Fue bronca pero los peores días de mi vida.
ResponderEliminarAnny
Eso le pasa a cualquiera que el jefe le dice que tenemos que hablar, peor si es viernes, peor si es fin de mes! y peor aun cuando el trabajo no va bien (y nosotros lo sabemos), muy bueno el blog, cuanta angusta me ha causado tu relato por dios.!!
ResponderEliminarSaludos