Vaya por delante que yo soy un marido muy por encima de la media al menos en lo que conozco. Comparto las tareas del hogar al 50%, soy una padre que adora a sus hijos y como amante soy formidable e insaciable. Además de esto soy buen compañero, discreto cocinero y gran conversador. Por si fuera poco no tengo esta tripa dura y llena de cuadrados, tan incómoda, que lucen algunos jóvenes, sino algo más blando y acogedor para usar; por ejemplo; como almohada o para dejar el mando de la tele que es para lo que se usa la tripa en el matrimonio.
Adelanto todo esto porque, a la vez, tengo un pequeñísimo defecto que La Parienta (LP en adelante) soporta porque mis otras cualidades lo compensan sobradamente. Ese defecto es mi manía con la ropa.
Yo me pongo la ropa no según ambiguos criterios estéticos sino en orden. Eso es fácil, la ropa limpia se cuelga en el armario por el lado izquierdo y la limpia se coge por el derecho. Así se crea una rotación cómoda y práctica. El problema viene porque como soy un chico limpio y me cambio todos los días (los pantalones no, esos soportan varios días) se producen diálogos como el que sigue:
LP:¿Pero dónde vas con esa pinta? ¿vas a llevar esa camisa con esos pantalones?
Yo: Pues si, es lo que toca.
LP: “LO QUE TOCA” ¡¡¡Pero si vas hecho un adefesio!!! (LP es muy estética, eso lo contaré otro día)
Yo: Ya, que se le va a hacer…
Porque claro, si toca, toca. Quede claro que no suelo ir con pintas raras, compro pantalones de colores neutros: azul marino, negros, verde muy oscuro…y los combino con camisas tampoco muy estridentes: blancas, azul clarito (color definido por LP), quizá rosa muy suave…pero a veces las combinaciones con el jersey chocan un poco. Con los trajes no hay problema, son todos azul marino o gris. A cambio los fines de semana, dejo que LP elija mi ropa. “Manda narices que además de los niños te tenga que preparar la ropa a ti” dice ella. Pero lo dice con cariño…creo.
No sólo es importante el orden, también voy mentalizado a quien voy a ver ese día. O sea me visto y asumo que esa es la ropa para reunirme con un Gran Jefe o con algún Director General o con un currito…y ya esa ropa queda marcada ese día. Así si voy a ver a un jefazo y de repente me llaman que tengo que pasarme a arreglar un asunto con un cliente mindundi de mierda…siento que esa ropa no es para él y me siento incomodo.
La cosa la solucione un día comprando otros pantalones sobre la marcha. Pero claro llegué a casa y hubo un bonito diálogo:
LP: ¿Te has cambiado de pantalones?
Yo: Es que iba a ver a un currito, me llamaron que me reuniera con el Gran Jefe, y esos pantalones no me iban, así que me compré estos
LP: ¡¡¡¡¿Que te has gastado 100 euracos en unos pantalones de pana iguales a los que tienes nuevos en el armario?!!!!!
Recordando esta escena paseaba yo por un supermercado de Lleida (si, a veces paseo por los supermercados, me relaja cuando estoy de viaje) y valorando si mis cualidades como marido compensarían otros pantalones (que tenía una visita imprevista) cuando vi la solución. Allí mismo, en el Carrefour, tenían unos pantalones por 20€. Eran de un color indefinible entre azul, gris y verdes…pero ese precio lo soportarían mis virtudes. Me los compre. LP cuando los vio me prohibió llevarlos yendo con ella, así que los deje en el coche del curro (con el par de zapatos de repuesto) y asunto resuelto.
Pero otro día en Sabiñanigo, mis pantalones de repuesto se estaban lavando y no había Carrefour, así que paseaba yo desesperado para buscar una solución cuando vi una droguería inmensa, de una cadena de color verde, no recuerdo el nombre. Tenía un apartado de ropa con pantalones de pana a ¡15€!. El dependiente mirando mis pintas de arriba abajo dijo: “pero estos son para currantes, bastos y tal”. Sin hacer caso me agencie unos y resolví el problema.
Así pasó el otro día en Soria, estaba paseando y vi otro droguería-ferreteria verde, llevaba los pantalones hechos un asco…y arreglado. Luego pasó lo que pasó…como el día que se me descosieron los bajos…
Adelanto todo esto porque, a la vez, tengo un pequeñísimo defecto que La Parienta (LP en adelante) soporta porque mis otras cualidades lo compensan sobradamente. Ese defecto es mi manía con la ropa.
Yo me pongo la ropa no según ambiguos criterios estéticos sino en orden. Eso es fácil, la ropa limpia se cuelga en el armario por el lado izquierdo y la limpia se coge por el derecho. Así se crea una rotación cómoda y práctica. El problema viene porque como soy un chico limpio y me cambio todos los días (los pantalones no, esos soportan varios días) se producen diálogos como el que sigue:
LP:¿Pero dónde vas con esa pinta? ¿vas a llevar esa camisa con esos pantalones?
Yo: Pues si, es lo que toca.
LP: “LO QUE TOCA” ¡¡¡Pero si vas hecho un adefesio!!! (LP es muy estética, eso lo contaré otro día)
Yo: Ya, que se le va a hacer…
Porque claro, si toca, toca. Quede claro que no suelo ir con pintas raras, compro pantalones de colores neutros: azul marino, negros, verde muy oscuro…y los combino con camisas tampoco muy estridentes: blancas, azul clarito (color definido por LP), quizá rosa muy suave…pero a veces las combinaciones con el jersey chocan un poco. Con los trajes no hay problema, son todos azul marino o gris. A cambio los fines de semana, dejo que LP elija mi ropa. “Manda narices que además de los niños te tenga que preparar la ropa a ti” dice ella. Pero lo dice con cariño…creo.
No sólo es importante el orden, también voy mentalizado a quien voy a ver ese día. O sea me visto y asumo que esa es la ropa para reunirme con un Gran Jefe o con algún Director General o con un currito…y ya esa ropa queda marcada ese día. Así si voy a ver a un jefazo y de repente me llaman que tengo que pasarme a arreglar un asunto con un cliente mindundi de mierda…siento que esa ropa no es para él y me siento incomodo.
La cosa la solucione un día comprando otros pantalones sobre la marcha. Pero claro llegué a casa y hubo un bonito diálogo:
LP: ¿Te has cambiado de pantalones?
Yo: Es que iba a ver a un currito, me llamaron que me reuniera con el Gran Jefe, y esos pantalones no me iban, así que me compré estos
LP: ¡¡¡¡¿Que te has gastado 100 euracos en unos pantalones de pana iguales a los que tienes nuevos en el armario?!!!!!
Recordando esta escena paseaba yo por un supermercado de Lleida (si, a veces paseo por los supermercados, me relaja cuando estoy de viaje) y valorando si mis cualidades como marido compensarían otros pantalones (que tenía una visita imprevista) cuando vi la solución. Allí mismo, en el Carrefour, tenían unos pantalones por 20€. Eran de un color indefinible entre azul, gris y verdes…pero ese precio lo soportarían mis virtudes. Me los compre. LP cuando los vio me prohibió llevarlos yendo con ella, así que los deje en el coche del curro (con el par de zapatos de repuesto) y asunto resuelto.
Pero otro día en Sabiñanigo, mis pantalones de repuesto se estaban lavando y no había Carrefour, así que paseaba yo desesperado para buscar una solución cuando vi una droguería inmensa, de una cadena de color verde, no recuerdo el nombre. Tenía un apartado de ropa con pantalones de pana a ¡15€!. El dependiente mirando mis pintas de arriba abajo dijo: “pero estos son para currantes, bastos y tal”. Sin hacer caso me agencie unos y resolví el problema.
Así pasó el otro día en Soria, estaba paseando y vi otro droguería-ferreteria verde, llevaba los pantalones hechos un asco…y arreglado. Luego pasó lo que pasó…como el día que se me descosieron los bajos…
Lo has contado regular..tirando a mal. Puedes hacerlo mucho mejor.
ResponderEliminarY para proximas entregas te recomiendo que LP vaya de un color y tu de otro en los diálogos, mola más.
Por supuesto..soy fan de LP..esa santa que te aguanta.
A mi también me dicen mi hermana y mi madre que visto muy mal, pero no suelo hacerles mucho caso.
ResponderEliminarHa sido divertida tu historia.
Un saludo.
Que sepas, que desde hoy y para mí, eres lo más parecido al Jack Nicholson de mejor imposible que "conozco".
ResponderEliminarLo que toca, que fuerte! xD
Si no hubieras tenido una adolescencia tan recatada, hubieras visto el armario de John (Mickey Rourke) en la pelicual "Nueve semanas 1/2".
ResponderEliminarLa solución a tus problemas: toda la ropa: camisas, chaquetas, pantalones, zapatos... igual. Y perfectamente ordenada en su vestidor-picadero-loft de Manhattan.
Hola May:
ResponderEliminarRecuerdo el día que fuí a ver esa peli precisamente por mis pìntas raras porque esa costumbre me viene de lejos.
Tu no lo recordaras pero aparecí en el Mamy Blue vestido con vaqueros, una camiseta naranja, una camisa de cuadros de leñador encima y por encima una cazadora de cuero gris.
Me acuerdo de mis pintas horrendas, y de lo contento que estaba de haber visto la peli...
Tu te pudes ofertar como un amante insaciable y como buen padre y yo te sigo la corriene incluso en lo primero. Pero lo de las tareas del hogar se lo toma en serio mi contraparte y luego te me pone de modelo todo el dia y me machaca. ¿viveiro leches en que equipo juegas? No demos armas gratuitas al enemigo.
ResponderEliminarPués para mi que eres bastante apañadico... Además de una lógica aplastante. Lo digo por lo de rotar las prendas del armario. Yo en cambio, siempre llevo las del mismo lado. El otro lado es desconocido para mí.
ResponderEliminarOye que si te pasa otra vez en Lérida, te digo donde estás Zara o algo similar y así dejas a LP contenta...
Joe chico de la Consuelo, ¿dejas que tu contraria lea el blog? ¡¡¡¡no lo hagas!!!
ResponderEliminar¿Leer el blog? Pero si se lo dices tu cada vez que la ves!!!!!
ResponderEliminarViveiro me ha dicho que se queda en casa con sus hijos, que los tuyos no te van ni a conocer.Viveiro hace la comida,lava la ropa,plancha,lleva tostaditas untadas de mantequilla a la cama, adora a su cuñao...
Si hasta yo me casaria contigo...
L.P.debe estar hasta el mismisimo moño)de tus cambios de ropa,tan poco inapropiados,y encima de una ferretería auggg,hasta pienso que los haymas monos en los chinos.Menos mal que la compensas con con toda esa serie de cosas buenas que tienes que si no te veía a las puertas del divorcio,dios santo que desastre,ja,ja.
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