Paco era ganadero desde siempre, heredó el oficio de sus padres y de sus abuelos. Tenía ovejas, les daba de comer, parían corderos que vendía. Todo normal. De repente un día le dijeron que habíamos entrado en la comunidad europea. No sabía muy bien que era eso, pero al llevar sus corderos al matadero del pueblo lo encontró cerrado. Era por eso de la comunidad europea.
Se tuvo que ir al matadero más cercano con autorización, que estaba a 100 Km. Cuando llego y vieron sus corderos, le explicaron que así no podía ser. Que con tan pocos no podía negociar. Allí compraban los corderos de mil en mil, no de diez en diez como el carnicero del pueblo. Le contaron cosas de la globalización, Europa y las oportunidades del mercado y le recomendaron que volviera con muchos más corderos.
Paco se empezó a preguntar cómo se podría producir tanto, sí realmente le iban a comprar tantos corderos…entonces se enteró de lo de la subvención. Resulta que te iban a pagar por cada oveja que tuvieras. Paco se asustó y se imagino lo que iba a pasar…
Y pasó. Resulta que como pagaban por ovejas y no controlaban lo que hacías con el dinero…todo el mundo puso ovejas. El de la Caja de Ahorros del pueblo a medias con el Notario, uno que se había ido a la capital, algún otro… Y claro se cargaron el precio del cordero. ¿Por qué? Pues porque vendían a precio de coste. Producir un cordero me cuesta 10 pues lo vendo a 10 y arreglado. Mi beneficio es la subvención...Pero el suyo no, la subvención la empleo en mejorar su granja. Se quedo sin beneficios una temporada, viviendo de lo que le daban el campo y alguna otra cosa.
Paco monto una granja en condiciones, instalaciones adecuadas y tal y espero a que escampara el temporal. Cuando aflojo la fiebre, él tenía una buena granja y estaba preparado. Pero cuando iba a vender los corderos, le contaron lo de la trazabilidad. Resulta que ahora para vender sus corderos tenía que identificarlos individualmente, ponerles un número y un registro. Eso costaba dinero.
Cuando lo hizo, le explicaron que tenía que respetar una normativa absurda sobre los residuos de su explotación. Tratarlos como si fueran residuos industriales. Los residuos eran la mierda de toda la vida que se había echado en el campo. Además los cadáveres ya no se podían echar a los buitres. Se les tenía que dar “casi-cristiana” sepultura. Eso también costaba dinero
Cuando acabó con eso le explicaron que había que respetar unas condiciones de granja, luego unas de bienestar animal, luego… Cuando Paco explico que aquello era una enorme gilipollez, un señor político le dijo que no tenía ni idea. Que el 70% de los europeos estaban dispuestos a comprar la carne producida bajo aquellas normas.
Así que Paco adapto todo. Con todo en orden se fue a vender al matadero de la capital que en este tiempo lo había comprado una cadena de hipermercados. Llegó con sus corderos con todas las normas cumplidas. “A 12€” le dijeron. “¡Pero si producirlos cuesta 24€!” protestó. Le dijeron que era la globalización, que los corderos venían de Australia/ Nueva Zelanda/ Uruguay/ Brasil… a ese precio. “¿Pero cumplen todas las normas absurdas que me habéis hecho cumplir a mí?”
“Ah…eso. Ya pero es que hemos descubierto que ante el precio más barato, sólo un 4% de la gente se plantea todas esas normas. O sea había un 70% de europeos que iban a comprar carne producida conforme a eso, ¡pero sólo un 4% la compra realmente!”. “¿A que tiene gracia?”
Paco no le encontró la gracia. Lo mismo le pasaba al de los terneros, su vecino Luis. Estaba como él. La subvención les arruinó.
El otro día me junte con ellos en su pueblo, nos emborrachamos y dimos vivas a la revolución, pedimos tierra y libertad y recordamos la época en la que la gente honrada se ganaba la vida.
Se tuvo que ir al matadero más cercano con autorización, que estaba a 100 Km. Cuando llego y vieron sus corderos, le explicaron que así no podía ser. Que con tan pocos no podía negociar. Allí compraban los corderos de mil en mil, no de diez en diez como el carnicero del pueblo. Le contaron cosas de la globalización, Europa y las oportunidades del mercado y le recomendaron que volviera con muchos más corderos.
Paco se empezó a preguntar cómo se podría producir tanto, sí realmente le iban a comprar tantos corderos…entonces se enteró de lo de la subvención. Resulta que te iban a pagar por cada oveja que tuvieras. Paco se asustó y se imagino lo que iba a pasar…
Y pasó. Resulta que como pagaban por ovejas y no controlaban lo que hacías con el dinero…todo el mundo puso ovejas. El de la Caja de Ahorros del pueblo a medias con el Notario, uno que se había ido a la capital, algún otro… Y claro se cargaron el precio del cordero. ¿Por qué? Pues porque vendían a precio de coste. Producir un cordero me cuesta 10 pues lo vendo a 10 y arreglado. Mi beneficio es la subvención...Pero el suyo no, la subvención la empleo en mejorar su granja. Se quedo sin beneficios una temporada, viviendo de lo que le daban el campo y alguna otra cosa.
Paco monto una granja en condiciones, instalaciones adecuadas y tal y espero a que escampara el temporal. Cuando aflojo la fiebre, él tenía una buena granja y estaba preparado. Pero cuando iba a vender los corderos, le contaron lo de la trazabilidad. Resulta que ahora para vender sus corderos tenía que identificarlos individualmente, ponerles un número y un registro. Eso costaba dinero.
Cuando lo hizo, le explicaron que tenía que respetar una normativa absurda sobre los residuos de su explotación. Tratarlos como si fueran residuos industriales. Los residuos eran la mierda de toda la vida que se había echado en el campo. Además los cadáveres ya no se podían echar a los buitres. Se les tenía que dar “casi-cristiana” sepultura. Eso también costaba dinero
Cuando acabó con eso le explicaron que había que respetar unas condiciones de granja, luego unas de bienestar animal, luego… Cuando Paco explico que aquello era una enorme gilipollez, un señor político le dijo que no tenía ni idea. Que el 70% de los europeos estaban dispuestos a comprar la carne producida bajo aquellas normas.
Así que Paco adapto todo. Con todo en orden se fue a vender al matadero de la capital que en este tiempo lo había comprado una cadena de hipermercados. Llegó con sus corderos con todas las normas cumplidas. “A 12€” le dijeron. “¡Pero si producirlos cuesta 24€!” protestó. Le dijeron que era la globalización, que los corderos venían de Australia/ Nueva Zelanda/ Uruguay/ Brasil… a ese precio. “¿Pero cumplen todas las normas absurdas que me habéis hecho cumplir a mí?”
“Ah…eso. Ya pero es que hemos descubierto que ante el precio más barato, sólo un 4% de la gente se plantea todas esas normas. O sea había un 70% de europeos que iban a comprar carne producida conforme a eso, ¡pero sólo un 4% la compra realmente!”. “¿A que tiene gracia?”
Paco no le encontró la gracia. Lo mismo le pasaba al de los terneros, su vecino Luis. Estaba como él. La subvención les arruinó.
El otro día me junte con ellos en su pueblo, nos emborrachamos y dimos vivas a la revolución, pedimos tierra y libertad y recordamos la época en la que la gente honrada se ganaba la vida.
Es cierto. Mi primo llegó a cobrar 500.000 pesetas cada trimestre por su rebaño de ovejas, y no eran muchas. Un pastor las sacaba de paseo y a mi primo no le importaban ni la lana, ni la leche.
ResponderEliminarHace pocos años vendió el rebaño y despidió al pastor, supongo que se acabaría la subvención.
Y luego hablan de despoblamiento rural.
Don Mendo
Gonzalo, cuando te pones didactico no tienes precio.
ResponderEliminarTe he imaginado totalmente como Imanol Arias en cuentame....jajaja.
¡Diana!
ResponderEliminarEs un mundo que duele observar cómo se hunde.
Lo conozco bien.Y tengo para mi que es gente que siempre supo lo que hacía, y lo hizo muy bien.
Si rascas en las nuevas burguesías de las ciudades provincianas de esta país, lo que ves es un señor de pueblo, agrícola o ganadero,currando y sacando familias numerosas adelante. Y sus señoras madres.
Y sus hijos, a lo mejor, son sus verdugos: funcionarios de la cosa.
Ganaderos, agricultores y hortelanos en peligro de extinción. Por cierto, el sábado que viene se manifiestan en Madrid...
ResponderEliminarPues menuda mierda.
ResponderEliminaresto es algo que se venia venir, es una pena, pero los negocios no pueden girar alrededor de las subvenciones, no creo en ellas.
ResponderEliminarMuy didáctico. Me gustó.
ResponderEliminarsoy urbanita ,pero creo que el
ResponderEliminarpaís que destruye su sector primario está destruyendo el futuro de sus descendientes ,ya que para algo tan básico como comer cada día , dependerán de terceros países y del "capricho" de la economía mundial.
Podemos vivir sin producir tecnología ( viviremos peor ,pero podemos hacerlo ) ,pero no podemos sobrevivir sin producción de leche,cereales, carne ,.....
perdona que me haya extendido tanto (encima es mi primer comentario!! )
Gracias por el comentario Anusky, me pasare por tus blogs cuando tenga un rato
ResponderEliminarLo del cordero es especialmente gordo, en efecto. Es la puta ruina, en rigor. Ya pueden los de Pastores hacer lo que quieran, Ya pueden tratar de colocar la DO ternasco de Aragón, está jodida la cosa. Pero a toda la ganadería igual: normas de toda suerte, trazabilidades, bienestar animal y milongas para que al final en las grandes superficies les baste con que sea 'carne apta para consumo humano'. Apenas mejor que el material que se desecha para consumo animal. Qué pena más negra...
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