No me gusta la oficina, no suelo ir por allí. Me ha costado que mis jefes lo entendieran pero se han resignado. Aún así, hay días que es obligado. Por ejemplo el primer día de vuelta de vacaciones. Es importante porque hay que demostrar que has vuelto, que trabajas mucho y ya estas otra vez. El primer día, si no vas a la oficina no haces nada en casa y además no has quedado con nadie. Te pegas el día viendo la tele pensando en ponerte a currar. El segundo, si no has ido a la oficina el primero, tampoco haces nada y…así sucesivamente. También es importante para reafirmar la propiedad de tu plaza de aparcamiento y tu despacho.
Mi despacho no tiene demasiadas cosas. Una mesa que es algo pequeña por lo que uso otra más grande que hay para reuniones de cuatro o cinco personas, en esa es en la que trabajo. También tiene una pizarra que no uso nunca, bolis de la empresa, teléfono, conexión de banda anchísima…Tiene cuarto de baño privado. Eso sólo vale para dar envidia a los que no lo tienen.
Y el sofá. Mi despacho tiene un sofá de tres plazas. Me costó un poco hacer entender a los jefes porqué es importante un sofá: “hay temas que es mejor tratarlos, así, en distancias cortas y mirando al infinito…”. Coló y alguna siesta me he echado en él.
El caso es que al llegar esta vez de vuelta de vacaciones he notado algo extraño. He mirado un par de veces y me he dado cuenta. En frente del sofá tenía un plasma descomunal. Una tele con un huevo de canales. Puede que haya gente que necesite la tele para currar (gente de agencias de publicidad y de periódicos supongo) pero para mi trabajo es tan necesaria como un jarrón de la dinastía Ming por ejemplo.
Mi primera tentación ha sido llevármela a casa, robo de material de oficina y tal…pero he pensado que se darían cuenta. Así que he llamado al jefe supremo, me contesta un tía:
-¿Siiiiiiiiiiiiiiiii?
-¿Dónde está el jefe supremo?
-No está, ha salido a una urgencia (si claro, el calor y las pocas ganas de trabajar son urgentes) ¿Quién eres?
-Gonzalo, ¿tú sabes qué coño hace una tele cojonuda en mi despacho?
-El jefe mandó que te la pusieran
-¿Qué me la pusieran en el despacho o que me la dieran para mí?, la diferencia es sustancial.
La voz se ha vuelto un poco borde:
-Que la pusieran en tu despacho. Es un bien inventariado-aclara-. Ha debido notar mis tentaciones.
No sé si el jefe sospecha lo de mis siestas y ha decidido que pueda hacerlas de lujo, o sea, con un documental de La 2 de fondo, pero yo estoy tan contento.
No he hecho nada en todo el día más que ver la tele.
Mi despacho no tiene demasiadas cosas. Una mesa que es algo pequeña por lo que uso otra más grande que hay para reuniones de cuatro o cinco personas, en esa es en la que trabajo. También tiene una pizarra que no uso nunca, bolis de la empresa, teléfono, conexión de banda anchísima…Tiene cuarto de baño privado. Eso sólo vale para dar envidia a los que no lo tienen.
Y el sofá. Mi despacho tiene un sofá de tres plazas. Me costó un poco hacer entender a los jefes porqué es importante un sofá: “hay temas que es mejor tratarlos, así, en distancias cortas y mirando al infinito…”. Coló y alguna siesta me he echado en él.
El caso es que al llegar esta vez de vuelta de vacaciones he notado algo extraño. He mirado un par de veces y me he dado cuenta. En frente del sofá tenía un plasma descomunal. Una tele con un huevo de canales. Puede que haya gente que necesite la tele para currar (gente de agencias de publicidad y de periódicos supongo) pero para mi trabajo es tan necesaria como un jarrón de la dinastía Ming por ejemplo.
Mi primera tentación ha sido llevármela a casa, robo de material de oficina y tal…pero he pensado que se darían cuenta. Así que he llamado al jefe supremo, me contesta un tía:
-¿Siiiiiiiiiiiiiiiii?
-¿Dónde está el jefe supremo?
-No está, ha salido a una urgencia (si claro, el calor y las pocas ganas de trabajar son urgentes) ¿Quién eres?
-Gonzalo, ¿tú sabes qué coño hace una tele cojonuda en mi despacho?
-El jefe mandó que te la pusieran
-¿Qué me la pusieran en el despacho o que me la dieran para mí?, la diferencia es sustancial.
La voz se ha vuelto un poco borde:
-Que la pusieran en tu despacho. Es un bien inventariado-aclara-. Ha debido notar mis tentaciones.
No sé si el jefe sospecha lo de mis siestas y ha decidido que pueda hacerlas de lujo, o sea, con un documental de La 2 de fondo, pero yo estoy tan contento.
No he hecho nada en todo el día más que ver la tele.
Ala... y te quejarás de haber vuelto al curro.
ResponderEliminarJoder, me gustaría tener un curro en que no tuviera que ir al despacho cada día... Tengo que replantearme mi vida laboral...
Un saludo y buenas siestas!
Yo creo que lo de la tele es para que te vean más por el despacho... ;)
ResponderEliminarNo te has planteado que si pasas tan poco tiempo en tu despacho probablemente haya alguien que haga uso de tu sofá con tele?
ResponderEliminarLo digo por experiencia.
Oye, Gonzalo... hay opciones de que te envie el "ridiculum" para ver si puedo currar en la empresa esa...? (oyes, si cuela...)
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