martes, 19 de mayo de 2020

El abuelo cebolleta en Costa Pacífico - 1ª parte

Es odiosa la costumbre de los mexicanos de admitir su casi guerra civil y situación de violencia extrema como si hubiera normalidad absoluta. O así era en la primera mitad de la década pasada. 
Y había que moverse con plena naturalidad por aquella casi guerra.
Pero, por lo menos de cara a los extranjeros lo tenían bien montado.
Una muy eficiente asociación empresarial, te recibía en su sede en Ciudad Juarez o en Torreón y allí contabas tus planes para moverte por Chihuahua y Sonora. "Mire vengo a ver a fulanito, menganito y zutanito". Y entregabas tu agenda para que vieran dias y horas, y los hoteles donde te ibas a alojar. Las visitas eran siempre a técnicos, nunca a empresarios, a esos los veias en San Antonio, en Texas, a 20 minutos de avión...
El de la asociación de empresarios estudiaba tus planes, salía "nomás un momentito" y al cabo de 30 minutos o media hora, en la que preferias no saber que había hecho te decía que adelante que bienvenido. Y ya podías ir a currar tranquilo. Sin salir del itinerario establecido, eso si.
A veces era que no, que "pues...parece que están un poco revueltos los muchachos, dejémoslo para más adelante nomás..." Y tu te cagabas en las horas de viaje hasta allí, el trabajo perdido, el retraso de todo, los billetes de avión, la reserva de hotel...Pero decías que muy bien. Y te ibas sin protestar. Era la ley. Si quieres trabajar se hace así.
Una de las veces fui a Ciudad Juarez, y ya me había alquilado el coche cuando fui a la asociación de empresarios. había conseguido un Ford Bronco y era feliz. Esa microfelicidad que te dan los pequeños placeres absurdos de los viajes de curro. Como alquilarte un Ford Bronco.
Pero salió que no. Yo había oído que la zona estaba tranquila, pero no me dijeron que nanay y para casa. Pero yo tenía un Ford Bronco. Y la siguiente etapa era en Los Mochis, en Sinaloa. Así que le dije al encargado:
-"Oiga doctor, mire que camioneta me he alquilado, me da rabia devolverla sin usarla hombre...de aquí me iba a Los Mochis. ¿No podría bajar a Hermosillo y luego por la ruta del Pacífico?. Son 20 horas de carretera, la iba a gozar con la camioneta, que estoy harto de tanto avión...¿sería posible?"
Me miro con una sonrisa en los ojos y me dijo que iba a consultarlo.
A la media hora volvió "pues, si va sólo, si no para a hablar con nadie, solo para repostar y comer (no se me vaya a liar en otras haciendas) pues puede usted ir. Sin problema. Y goce de la camioneta, yo tuve una así..."
Me abastecí de agua, varios tacos y salí del burdel con semáforos que es Ciudad Juarez, por delante 1200 Km de desierto. Un Ford Bronco, varios CDs, mi sombrero y la autopista. El plan era perfecto.


3 comentarios:

  1. Madre mía por qué me he leído lis diálogos, incluso el tuyo con acento mexicano? Estoy fatal de la cabeza.

    Gracias por seguir escribiendo Gonzalo. Besos

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  2. ¿En qué año tuviste los santos huevos de arriesgar así por tu vida?

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