viernes, 31 de octubre de 2014

No me quieras tanto

Aquí en el reino de las sartenes, se va más relajado que en el pollo frito, sin estresarse, con calma. Además siempre hay un contacto local, algún aborigen que se encarga de ti.
Eso me ha llevado a un planteamiento que hasta ahora no me había pasado. No se si es por el ritmo de esta empresa o los latinoamericanos que funcionan de otra manera. Pero uno de los temas que me ocupa ahora los viajes es rechazar invitaciones.
Joder, que una cosa es que trabajemos juntos, pero de ahí a invitarme a tu casa...coño, no es normal. No me gusta ir a comer a casa de la gente, de gente que no conoces o no tratas. Cuando vas a comer a casa de alguien es porque es un amigo, alguien a quien puedes decir con confianza lo que quieres y lo que no.
Cuando estás de viaje, esto se acentúa, yo no quiero ir a comer a casa de nadie. Quiero comer en un restaurante, donde puedo pedir agua o una cerveza o lo que me de la gana. Y si tengo que ir a tu cas y tu acostumbras a beber te helado, por ejemplo, con la comida... pues me aguantaré, porque soy educado, pero ¿qué falta hace? ¿por qué no simplemente hacemos lo normal, ir a comer de negocios y luego tu a tu casa y yo al hotel?.
No sólo es comer. Desde la segunda vez que fui a Medellín, mi contacto allí, cada vez que voy, no deja de decirme ¿por qué vas a un hotel? Vente a mi casa...
Pues mira no. Cuando viajas también necesitas un espacio de intimidad, de tranquilidad, y eso te lo da un hotel.
Por mi parte, está claro. Lo que me alucina es la facilidad con que te invitan ellos. A ver, ¿en serio prefieres invitar a comer o a tu casa a un tío que acabas de conocer?. Porque si, yo soy muy limpio y educadito, pero te la juegas a que me invites a tu casa y me plante en pijama en el salón a ver la tele rascándome los huevos en mitad de la familia. O a que me huelan los pies a nivel guerra biológica, o a que deje el baño hecho una mierda. Y todo eso a un amigo o a alguien de confianza se lo puedes aguantar si quieres o si no le puedes mandar que se comporte, o que se lave los pies o que recoja el baño. Para eso es un amigo. Per ¿meter a un desconocido en casa?.
Alucino.
Y desconocido me refiero a nivel que en un par de semanas voy a Ecuador y Perú, y el tío de Ecuador, cuando le dije que me reservara hotel, medio cabreado porque no iba a su casa...Pero macho, que el hotel me lo paga la empresa, y así descansas tu también de mi y sobre todo...¿tu como puedes saber si te apetece invitarme a tu casa por cruzar mails y llamadas?
No lo entiendo.

9 comentarios:

  1. Son las costumbres de allá ... para ellos, los raros somos nosotros.

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  2. te pongo un 10 en inteligencia. Incluso cuando voy a un sitio donde viven hermanos míos, voy a un hotel.

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  3. Créate una respuesta estandar.
    "Me gustaria, pero mi religión me lo prohibe"

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  4. Jajajaja. Tienes toda la razón. No conozco la casa de amigos de toda la vida y aquí va junto con el beso holaquetal!

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  5. Yo tampoco lo entiendo. Es más, estas situaciones me violentan mucho. Que te pongan en bretes de este tipo es una faena.

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  6. La intimidad es un valor que no todo el mundo aprecia.

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  7. Pues yo he tenido que oír millones de veces eso de que los catalanes, cuando uno de otra provincia viene a una feria, se acaba la feria y lo LLEVAMOS al hotel, así, sin más, sin ir a tomar unas cañas, ni invitarle a casa a cenar.
    Acaba de caer un mito, a los de Zaragoza TAMPOCO les parece normal.

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