martes, 19 de octubre de 2010

Esto no es un anuncio de coches. Aunque lo parece.

Cuando trabajaba viajaba mucho. En mis últimos 10 años, he salido a una media de 50000 km. al año. Y lo estaba echando de menos. Así que ayer conseguí un coche que no era mio, con tarjeta para la gasolina y el peaje. Le pegue a un alma cándida y familiar un sablazo para que me aflojara 100 euracos para gastos. Deje a los niños y a La Parienta en sus obligaciones y salí.
Paso por Calahorra, en silencio, sin música y sin la radio. Calahorra, qué estará haciendo la gente aquí...seguro que hay alguien en Calahorra que está en paro. Que está como yo. ¿Tendré algún lector en Calahorra?, me llena de soberbia pensar que igual hay alguien ahí que llamo a su puerta, le digo quien soy y me invita a un café...
Me salgo de la autopista después de Logroño. Quiero comer carretera.
Pienso en el curro que no tengo, en mi cambio de situación...la carretera me relaja y me da frialdad. Nunca me canso conducir.
Paso por Santo Domingo de la Calzada. Mi hermano se perdió ahí de pequeño, tres horas buscándole y cuando apareció lo habían recogido unos guardias civiles, le habían montado en la moto, le habían dejado poner la sirena...no quería venir con nosotros. Nosotros nos comimos el susto y la bronca y el se lo pasó cañón...
Hay peregrinos. Campos otoñales de viñas ya vendimiadas. Y peregrinos. A que se dedicará esta gente que puede andar por ahí de peregrino en mitad del otoño. Quizá son parados como yo.
Mi hijo está con su tratamiento, pero aún no se le quita el dolor. No estamos seguros. Es igual. Desde el volante, sobre la carretera hacia castilla lo veo todo con claridad y calma.
En el puerto de los montes de Oca no hay nadie. Giro una curva, inicia una recta larga y freno por intuición...un rebaño de corzos cruza la carretera. Me miran con indiferencia. He puesto las luces de emergencia. Me siento como el taxista de Collateral, cuando en medio de una noche irreal, los coyotes cruzan la calle dándole realidad.
Mi vida en los últimos diez años tuvo mucho de carretera, de road-movie, y la estoy reencontrando.
Campos cosechados de Castilla. Páramos que pasan a toda velocidad. Yo estoy parado y el paisaje es el que se mueve.
Hora de comer, llego a una ciudad castellana. Tenía un código para cada una y recuerdo el de esta. "Entrar hacia la estación que está señalizada, girar al sur por calles con nombres de oficios...". Sigue funcionando. El Porto Bello ha cambiado de nombre pero siguen siendo un gran restaurante.
Vuelvo hacia casa. Paro en Dueñas a comprar chocolate aunque ya no lo hacen los monjes.
-"El día de Jueves Santo después de los oficios dabais chocolate gratis"- la dependienta me mira alucinada pero me da un vaso de chocolate. He comprado cobertura y bombones para los niños.
Se hace de noche. Pienso y analizo si hacer o no un máster, que teclas me quedan por tocar, dónde acudir.
Llego a mi ciudad y devuelvo el coche. 780Km a una media de 97 Km/h, contando paradas...probabilidad alta de multa...Me da igual.
Entro en casa. Los niños duermen. La Parienta me mira: "te has fugado cobarde..." lo dice medio en broma medio en serio...
Si, me hacia falta.
Estoy más tranquilo.

19 comentarios:

  1. En el coche somos más nosotros, es algo raro pero a mí también me pasa.

    Si te sentó bien pues estupendo.

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  2. A mi también me gusta conducir. A veces hay que salir aunque sea en dirección a ningún sitio. El coche es especial para eso.

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  3. Lástima, te habría invitado al café de saber que estabas por aquí.

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  4. Pues si pasas por Jaca, te invito a un café. Faltaría mas!!!!

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  5. Jó, envidia. Cuando mamy se cabrea como una mona me coge a mi, una carpeta de cds blues, y rodamos unos 100 o 200 km hasta algún paraje de correr. Me gusta rodar.

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  6. Es curioso. Uno (yo mismo) se siente preocupado por esas cosas, tiende a ponerles cara y olvidar las estadísticas.

    Pero alguien que no conoce (tú mismo) lo cuenta así, y la empatía se radicaliza, crece.

    ¿De qué te sirve que te diga que en la vida pasan esas cosas y uno no sabe que la solución tiene una fecha, que querríamos que fuese hoy, pero es el día menos pensado? De nada, pero decir inutilidades es una de mis especialidades. A mí no me sirvió cuando entré en la ruina, a punto de prderlo todo, pero al final solo perdí 20 kilos de peso, que volvieron, los malditos, cuando todo pasó.

    Lo que te sirve es coger el coche y entrar en el silencio.

    Repite cuando puedas.

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  7. A mi me relaja conducir, eso sí, sin atascos!

    Saludos.

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  8. Bienvenido a Castilla, me alegra saber que te ha sentado bien el viaje, que no era a ninguna parte, ¿verdad?

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  9. Hola, te veia mal estos dias atras, ahora creo que estas mejor y me alegro, el coche es bueno para encontrarse con uno mismo, aunque sea peligroso hacer estas cosas. Sigue escribiendo, lee mucho y no hagas un master (es mi recomendacion), y si necesitas una conversacion cara a cara, ya sabes donde estoy, un abrazo muy fuerte.

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  10. Perderse siempre ayuda a encontrarse.

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  11. ¿Cómo os puede relajar conducir? ¡A mí me crispa! Inmejorable elección la de comprar chocolate, eso sí que es una buena manera de relajarse.

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  12. Hubiera estado encantada de invitarte a un cafe.
    Besos desde Calahorra

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  13. Con todo lo "exterior" que has plasmado, has descrito un auténtico retrato "interior".
    Creo haber paseado mientras leía. :)

    Un abrazo

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  14. Calle Panaderos, calle Labradores, calle de la Mantería, calle Cedaceros. Portobello, Pedro Olivar... Me has traído recuerdos de mi tierra, más aún, de mi barrio. Casi todas las ciudades de Castilla León se parecen.

    Espero verte pronto en la carretera.

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  15. Yo soy de las tuyas, al volante incluso asumo las multas...

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  16. A mi antes me gustaba conducir más que ahora, hoy me canso más, no obstante de vez cuando, muy de vez en cuando hacemos una escapada de un día y tragar kilometros, lo único que a mi me gusta ir con mi mujer, solo me aburro. Un saludo.

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  17. El coche...¡wowww!.No sabría vivir sin hacer kilómetros, sin los recopilatorios y sin las multas.

    Allí dentro la soledad buscada es maravillosa

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  18. Me encanta conducir yo sola en el coche viendo pasar los lugares con música de fondo... es como un tratamiento de spa.

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  19. Aunque en Logroño y no en Calahorra, yo también encantada de invitarte a un café. O a unas chuletillas y un crianza, en su defecto.

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